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Qué es el detox emocional y por qué hará tu vida más feliz
  1. Vida saludable
No hay emociones buenas o malas

Qué es el detox emocional y por qué hará tu vida más feliz

Dile adiós a tu lado más tóxico, que no te hace ningún bien, y aprende a soltar las emociones negativas. Te explicamos cómo

Foto: No permitas que tus emociones te bloqueen y no te dejen avanzar. (Unsplash/Kyle Broad)
No permitas que tus emociones te bloqueen y no te dejen avanzar. (Unsplash/Kyle Broad)
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A lo largo de nuestra vida, muchas veces las emociones nos bloquean, y no nos permiten avanzar o vivir plenamente. Aprender a soltar aquellas que son negativas para nosotros, así como a vivir de una forma más generosa con nosotros mismos, sin juzgarnos y entendiéndonos, es fundamental para el bienestar interior.

El detox emocional, por medio de herramientas como el mindfulness o la autocompasión, es la clave para sentirnos mejor y tener una existencia más consciente, positiva y beneficiosa que se traducirá en una vida más feliz.

placeholder Libérate de tus emociones negativas para vivir mejor. (Unsplash/Ben White)
Libérate de tus emociones negativas para vivir mejor. (Unsplash/Ben White)

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Identificar y analizar cómo te sientes: el punto de partida

A menudo, en nuestro día a día, el ritmo frenético al que vivimos nos lleva a ser la última persona en nuestra propia lista de prioridades. Intentamos hacerlo todo bien, cumplir en el trabajo, en casa, en la familia, con los amigos, con todas nuestras responsabilidades, pero no nos damos cuenta de que estamos descuidando lo más importante de todo: a nosotros mismos. No nos permitimos fallar, flaquear o descuidar a los demás, y no caemos en la cuenta de algo fundamental: si yo mismo no atiendo a mis propias necesidades, no me siento bien, no soy feliz y no me cuido, no podré cuidar a los demás.

El primer paso para avanzar y vivir de una forma más plena y mentalmente saludable es aprender a parar y mirar dentro de ti, a preguntarte a ti mismo, como harías con alguien a quien quieres, cómo te sientes, qué te preocupa o te atormenta, qué podrías hacer para ser más feliz.

placeholder Cuídate por dentro y por fuera como harías con quien más quieres. (Unsplash/Roberto Nickson)
Cuídate por dentro y por fuera como harías con quien más quieres. (Unsplash/Roberto Nickson)

Las diferentes emociones y cómo nos afectan

Cuidarnos a nivel emocional es tanto o más importante que hacerlo a nivel físico. El plano emocional es la base de lo que proyectamos, el cristal a través del cual miramos al mundo que nos rodea.

Es imposible hacer felices a quienes tenemos al lado si encerramos en nuestro interior emociones que nos frenan, que no nos dejan avanzar, que nos hacen sentir mal o nos bloquean. Sentimientos como la frustración, la inseguridad o la insatisfacción van haciendo mella en nuestras emociones y no nos permiten desarrollarnos como personas.

placeholder La felicidad no es un estado permanente, sino momentos fugaces. (Instagram/Sam Macnamara)
La felicidad no es un estado permanente, sino momentos fugaces. (Instagram/Sam Macnamara)

Pensemos en una de las emociones que consideramos “positivas”, la felicidad. Es imposible sentirse feliz las veinticuatro horas del día, todos los días de la semana. De hecho, podríamos decir que la felicidad son instantes, momentos fugaces que se producen en nuestra vida y que atesoramos, pero no un estado permanente. Sin embargo, si pensamos en una emoción considerada “negativa”, como por ejemplo la inseguridad, sí es posible que esté bloqueándonos prácticamente todo el tiempo, nos demos o no cuenta de ello. Y por eso tenemos que aprender a lidiar con estas emociones que nos hacen daño.

Para conseguir liberarnos de las emociones que no son beneficiosas para nosotros y no nos aportan nada bueno, lo primero que hay que hacer es cambiar el chip y comprender que las emociones no son buenas o malas, ni positivas o negativas: son las que son. Y sentir culpa o angustia por las emociones que sentimos no solo no soluciona el problema, sino que no nos aporta absolutamente nada. Debemos aprender a observarnos, a escucharnos a nosotros mismos. ¿Cómo me siento? ¿Hay algo que me duele, física o emocionalmente, con lo que estoy en permanente lucha? Y lo más importante es observarnos y escucharnos sin juzgarnos.

placeholder Aprende a observar cómo te sientes sin juzgarte. (Unsplash/Giullia Bertelli)
Aprende a observar cómo te sientes sin juzgarte. (Unsplash/Giullia Bertelli)

Para comprender este punto no tienes más que imaginarte que lo que a ti te preocupa le sucediera a una amiga muy querida. ¿Qué le dirías? ¿Cómo la ayudarías? Lo que es seguro es que no harías leña del árbol caído, ni la tratarías del mismo modo en el que te tratas a ti muchas veces. Por tanto, empieza por parar un momento, observarte y escucharte, y analizar qué sientes y cómo te sientes, pero de una forma totalmente objetiva. Estoy triste, estoy cansado, estoy agotado, estoy frustrado… y ya está. Sin añadir calificativos, consecuencias o juicios. Siento una emoción, es la que es, y está bien así.

A menudo se dice que pensar demasiado en el pasado conduce a la depresión, y hacerlo en el futuro, a la ansiedad. Sin embargo, si nos centramos en el momento presente, en vivir, sentir y disfrutar cada cosa que hacemos, cada instante, nuestra existencia será mucho más consciente, más plena, más sencilla.

placeholder No luches contra el dolor: aprende a aceptarlo. (Unsplash/Candice Picard)
No luches contra el dolor: aprende a aceptarlo. (Unsplash/Candice Picard)

El dolor, tanto en el plano físico como en el emocional, es parte de la vida, y como tal, no podemos evitarlo por muy prudentes o muy fuertes que seamos. Y tampoco deberíamos pretenderlo. No podemos decidir no sufrir, al igual que no podemos decidir si tenemos un accidente o si perdemos a alguien querido. Está claro que de poder hacer algo para evitarlo, lo haríamos. Pero es imposible. Y, por tanto, no hay que huir del dolor o luchar contra él, pues es absurdo y no nos lleva a ningún sitio, sino aceptarlo, trabajar con él y buscar las herramientas para superarlo.

Al igual que si nos damos un golpe nos ponemos hielo para evitar la inflamación y aliviar el dolor, podemos trabajar del mismo modo a nivel emocional poniendo en práctica las herramientas que hemos visto.

A lo largo de nuestra vida, muchas veces las emociones nos bloquean, y no nos permiten avanzar o vivir plenamente. Aprender a soltar aquellas que son negativas para nosotros, así como a vivir de una forma más generosa con nosotros mismos, sin juzgarnos y entendiéndonos, es fundamental para el bienestar interior.

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