Las cinco formas en las que debes actuar para que tu hijo no se sienta un fracasado, según Álvaro Bilbao
Los progenitores pueden llevar a cabo algunas estrategias con el fin de aumentar la autoestima en los más pequeños
En ocasiones, los niños pueden sentirse fracasados en diferentes ámbitos de la vida. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao ha compartido cinco claves para que los padres ayuden a sus hijos cuando experimenten el sentimiento de fracaso, resaltando que el camino al éxito no está exento de diferentes tipos de obstáculos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que los más pequeños aprenden principalmente a través de la observación de sus padres. Si los adultos se alteran fácilmente frente a las frustraciones diarias, los niños copiarán ese comportamiento. Bilbao recomienda que los padres manejen sus frustraciones con serenidad, ya que, así, los menores desarrollarán una mayor resistencia ante el fracaso.
Por otro lado, hay que transmitirles que equivocarse es parte del aprendizaje. Expresiones como "todos cometemos errores" o "la próxima vez lo harás mejor" ayudan a que los niños no asocien los fracasos con un concepto negativo; gracias a esto, entenderán que fallar es de lo más común.
En tercer lugar, se puede ayudar a los niños a identificar sus puntos fuertes. Esta práctica les permitirá reforzar su autoconfianza y mejorar en futuros intentos. En este caso, Bilbao sugiere destacar los aspectos positivos de cada situación.
Según el experto, los errores son oportunidades de aprendizaje si se les da el enfoque adecuado. La reflexión sobre lo que salió mal y las posibles soluciones para la próxima vez, se convierten en una posible estrategia para que los más pequeños puedan ver en los problemas una oportunidad de mejorar.
Asimismo, se ha de tener en cuenta la personalidad del niño, ya que no todos responden de la misma manera ante las dificultades: algunos se desmotivan, mientras que otros siguen adelante. Bilbao explica que el entorno es fundamental. Los padres, con su apoyo, pueden fomentar la persistencia en sus hijos, siendo estos capaces de afrontar pequeños desafíos y progresando poco a poco.
Si hay algo claro, es que la perspectiva paterna marca la diferencia. Según una investigación publicada en 'Psychological Science', la percepción que los padres tienen del fracaso afecta significativamente la mentalidad de sus hijos. Cuando los padres ven el fracaso como algo negativo, tienden a centrarse en el rendimiento, lo que puede hacer que los niños piensen que sus habilidades no se pueden cambiar y que seguirán siendo así, siempre. En cambio, aquellos progenitores que ven el fracaso como una oportunidad para aprender, fomentan en sus hijos la posibilidad de mejorar.
En ocasiones, los niños pueden sentirse fracasados en diferentes ámbitos de la vida. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao ha compartido cinco claves para que los padres ayuden a sus hijos cuando experimenten el sentimiento de fracaso, resaltando que el camino al éxito no está exento de diferentes tipos de obstáculos.
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