¿Es normal que tus hijos se peleen entre ellos? La Universidad de Harvard te responde

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Las relaciones entre hermanos suelen formarse a través de los juegos compartidos, los conflictos por la atención de los padres y las experiencias que van cimentando un vínculo con el paso del tiempo. Sin embargo, cuando las peleas se vuelven recurrentes o se transforman en un problema constante, muchos padres se cuestionan si es normal o si es necesario intervenir.

La Universidad de Harvard ha analizado este comportamiento y afirma que las disputas entre hermanos son naturales y pueden tener beneficios, siempre que no se conviertan en una fuente de conflictos constantes. Según los expertos, esta rivalidad moderada puede impulsar a los niños a esforzarse y superarse, pero si el conflicto es excesivo, puede dañar su autoestima y sus relaciones familiares a largo plazo.

Un estudio publicado en la revista 'Journal of Child and Family Studies' investigó el impacto de la dominancia en las relaciones entre hermanos y su influencia en el desarrollo social de los niños. La investigación concluyó que cuando uno de los hermanos ejerce dominancia sobre el otro de forma desproporcionada, el niño subordinado puede tener mayor riesgo de sufrir problemas sociales como el acoso escolar. En cambio, las relaciones entre hermanos, en las que la dominancia es equilibrada, permiten que los niños desarrollen mejores habilidades de resolución de conflictos.

Los expertos recomiendan que los padres eviten comparaciones entre los hijos y que resalten las cualidades de cada uno de ellos, como estrategia para fomentar relaciones saludables. Además, hay que tener en cuenta que cada niño es único, por lo que las comparaciones incrementan las rivalidades entre hermanos, especialmente si existe una dinámica de dominancia. Con el fin de fortalecer el vínculo individual y reducir el riesgo de conflictos, se recomienda pasar tiempo de calidad con cada uno de los niños de la familia.

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Por otro lado, un estudio publicado en 'Journal of Marriage and the Family' aconseja a los padres organizar actividades familiares como noches de juegos o salidas, donde cada miembro tenga la oportunidad de elegir y sentirse valorado. Este estudio observa que, cuando los progenitores dedican momentos de calidad a la familia, los conflictos disminuyen, ya que los niños se sienten más seguros y reconocidos.

La implementación de normas claras de respeto dentro del hogar ayuda a reducir la frecuencia e intensidad de las disputas, de forma que los hermanos puedan expresar sus emociones sin llegar a la agresión. A medida que los niños crecen, otorgarles espacio para resolver sus propios conflictos también fomenta habilidades de negociación y fortalece su autonomía. En cualquier caso, si tienes dudas sobre cómo sobrellevar este tipo de situaciones, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.