¿Conoces la diferencia entre estrés y ansiedad? Esto es lo que dice la Asociación Norteamericana de Psicología
La diferencia entre estos dos estados de ánimo puede ayudar a descubrir qué solución se adapta mejor a nosotros
- Así puedes detectar los síntomas físicos de la ansiedad y combatirlos
- Afrontar los miedos ayuda a reducir la hormona del estrés, según la gurú de la felicidad Marián Rojas Estapé
Los términos como estrés y ansiedad se han convertido en parte del vocabulario utilizado para describir estados emocionales en los que la angustia y la tensión se apoderan de nosotros. Sin embargo, aunque estas palabras pueden parecer sinónimos, lo cierto es que representan situaciones diferentes.
La Asociación Norteamericana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) ha tratado de aclarar estas distinciones. La forma en que cada uno se manifiesta, su origen y sus consecuencias pueden variar considerablemente, por lo que conocer estos aspectos no solo ayuda a identificar lo que sucede, sino también a saber cuándo es recomendable buscar ayuda especializada.
El estrés aparece como respuesta a factores externos que ejercen presión sobre una persona, como por ejemplo, un plazo de entrega en el entorno laboral, una discusión familiar o problemas financieros. El estrés, según la institución mencionada, genera síntomas como la irritabilidad, los dolores musculares, la fatiga y problemas de sueño. Es una respuesta que generalmente disminuye o desaparece cuando cesa el estímulo que la provoca, aunque si se prolonga en el tiempo puede ocasionar efectos graves en el bienestar físico y emocional.
Por su parte, la ansiedad se define como un estado de preocupación excesiva que no requiere de un desencadenante externo concreto. Así, este estado se desarrolla cuando la persona anticipa un posible peligro futuro, lo que provoca una alerta continua y no siempre racional. Esto da lugar a síntomas que incluyen la tensión muscular, el insomnio, la fatiga y la dificultad para concentrarse. Si los síntomas persisten y afectan la vida diaria, puede acabar convirtiéndose en un trastorno de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de pánico, que requieren tratamiento profesional.
Aunque, como hemos visto, el estrés y la ansiedad pueden parecer similares por su sintomatología, son diferentes tanto en origen como en duración. El estrés responde a circunstancias externas y, al cesar el factor que lo provoca, sus síntomas suelen desaparecer. La ansiedad, en cambio, suele ser una respuesta prolongada y a menudo sin causa evidente, manteniendo a la persona en un estado de alerta persistente ante posibles amenazas futuras.
Con el objetivo de reducir su impacto sobre la salud, la institución norteamericana recomienda llevar a cabo una serie de prácticas como el ejercicio regular, una alimentación equilibrada y un descanso adecuado. Por otro lado, la terapia cognitivo-conductual ha mostrado su eficacia con este tipo situaciones, ya que permite modificar patrones de pensamiento y respuesta ante las situaciones que generan tanto ansiedad como estrés. En cualquier caso, si tienes dudas sobre cómo abordar estos problemas, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.
- Así puedes detectar los síntomas físicos de la ansiedad y combatirlos
- Afrontar los miedos ayuda a reducir la hormona del estrés, según la gurú de la felicidad Marián Rojas Estapé
Los términos como estrés y ansiedad se han convertido en parte del vocabulario utilizado para describir estados emocionales en los que la angustia y la tensión se apoderan de nosotros. Sin embargo, aunque estas palabras pueden parecer sinónimos, lo cierto es que representan situaciones diferentes.