¿Leche de cabra o de vaca? Una nutricionista revela cuál es mejor

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La nutricionista y psicóloga ComiendoconMaría ha ofrecido en un reciente video valiosas aclaraciones sobre el consumo de lácteos, destacando su valor nutricional y ofreciendo recomendaciones basadas en las necesidades digestivas individuales. Aunque los lácteos son un alimento saludable y versátil, la elección de su tipo y cantidad debe adaptarse a las condiciones personales de cada individuo.

ComiendoconMaría señala que, en términos generales, la leche entera es la opción recomendada para la población en general. "Los lácteos son alimentos saludables, fuente de proteína y calcio, y son muy versátiles", asegura. No obstante, la nutricionista destaca que, si se experimentan problemas digestivos o intolerancia a la lactosa, se deben buscar alternativas, como la leche sin lactosa o la desnatada. Además, para aquellos que encuentran difícil digerir la leche de vaca, recomienda probar con leche de cabra o de oveja, ya que tienen un contenido proteico más fácil de digerir.

Aunque ComiendoconMaría resalta que los lácteos son una excelente fuente de nutrientes, también aclara que no son imprescindibles para llevar una dieta saludable. "Puedo no tomar lácteos y llevar una dieta completamente saludable", afirma. Esto deja en claro que existen otras formas de obtener los nutrientes que los lácteos proporcionan, sin necesidad de incluirlos en la dieta diaria.

La nutricionista también hace una reflexión sobre las recomendaciones actuales sobre el consumo de lácteos. Anteriormente, se aconsejaba consumir entre 2 y 4 raciones al día, pero las nuevas pautas sugieren un rango de entre 0 y 3 raciones. ComiendoconMaría subraya la importancia de elegir productos lácteos enteros con moderación, ya que estos alimentos, aunque beneficiosos, contienen un alto nivel de grasa saturada. Por esta razón, recomienda no exceder las cuatro raciones diarias de lácteos enteros, especialmente si se consume de manera continua durante toda la semana.

Por último, la nutricionista hace un llamado a la prudencia y personalización en la elección de lácteos. Cada persona debe adaptar el consumo de estos productos a sus necesidades y capacidades digestivas, para obtener los beneficios de los lácteos sin sobrepasar las recomendaciones de grasa saturada. La clave está en mantener un balance y hacer de los lácteos un complemento adecuado dentro de una dieta equilibrada.