Adiós a la doble barbilla: el ejercicio clave para eliminarla según fisioterapeutas

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La doble barbilla, también conocida como papada, es una de esas zonas del rostro que tiende a captar protagonismo con el paso del tiempo, especialmente a partir de los 40 años. Factores como la pérdida de colágeno, el sedentarismo facial y los cambios hormonales pueden hacer que esta parte del cuello pierda firmeza. Pero lo interesante es que, al igual que tonificamos piernas o abdomen, también podemos ejercitar el rostro. Y según expertos fisioterapeutas, hay una rutina clave que está ganando cada vez más adeptas.

Uno de los ejercicios más efectivos —y sorprendentemente sencillo—muy popularizado consiste en realizar movimientos específicos con la boca que activan los músculos del cuello, la mandíbula y la zona inferior del rostro. Uno de los más comentados es el conocido como "el ejercicio de la vocal 'i'", que implica forzar una sonrisa pronunciada manteniéndola durante unos segundos. Suena simple, pero su impacto es profundo: al repetirse varias veces al día, ayuda a fortalecer la musculatura y a reafirmar la piel desde el interior. Fisioterapeutas especializados en estética facial coinciden en que estos ejercicios, cuando se practican con constancia, pueden activar la circulación, favorecer la producción natural de colágeno y mejorar notablemente la firmeza cutánea. Además, no requieren equipo ni demasiado tiempo. Basta con dedicar entre 5 y 10 minutos al día para empezar a notar cambios visibles en el contorno facial.

A esta rutina se le pueden sumar gestos como girar la cabeza suavemente de lado a lado o empujar la lengua contra el paladar mientras se inclina ligeramente la cabeza hacia atrás. Estos movimientos ayudan a trabajar la zona del cuello y la mandíbula desde diferentes ángulos. Como ocurre con cualquier rutina corporal, la clave está en la regularidad: unos pocos minutos diarios pueden marcar la diferencia. Además del ejercicio, cuidar la hidratación, proteger la piel del sol y mantener una alimentación rica en antioxidantes son aliados fundamentales para potenciar los efectos. Y no hay que olvidar la postura: pasar muchas horas con la cabeza inclinada mirando pantallas también puede favorecer la aparición de la papada.

Así que sí, decirle adiós a la doble barbilla sin recurrir a procedimientos invasivos es posible. Solo necesitas un espejo, unos minutos al día y el compromiso de cuidar tu rostro como cuidas el resto de tu cuerpo. El resultado: una piel más firme, un perfil más definido y una sensación de bienestar que se nota por dentro y por fuera.