Sol De la Torre Bravo, experta en respiración funcional: "Más del 90% de la población global tiene una respiración disfuncional"
Respirar es automático, pero no siempre correcto. La mayoría lo hace mal, y eso puede tener consecuencias profundas en la salud, incluso sin darnos cuenta
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Solemos pensar que respirar bien es tan simple como hacerlo por la nariz. Pero no es así. Según Sol De la Torre Bravo, especialista en respiración funcional, más del 90 % de la población mundial presenta una respiración disfuncional. Y lo más sorprendente: muchas personas no lo saben.
En el pódcast de 'Upeka', la experta explicó que, según la literatura científica, al menos el 50 % de ese 90 % respira habitualmente por la boca. “La boca no está diseñada para respirar, sino para comer”, aclara. Respirar por la boca no solo es ineficiente, sino que puede tener efectos negativos acumulativos: desde alteraciones del sueño hasta mayor predisposición al estrés o a infecciones respiratorias.
Pero incluso entre quienes usan la nariz, la respiración no siempre es la adecuada. “Hay muchas personas que respiran por la nariz que creen que ya les exime de tener una respiración disfuncional”, afirma De la Torre. Por eso, prefiere hablar de respiración funcional, un concepto que va más allá del simple gesto automático.
Una respiración funcional, explica, es aquella que se produce por la nariz, pero que además es lenta, profunda y consciente. Requiere que la exhalación sea más larga que la inhalación, lo que ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático y contrarrestar el estrés. Y, sobre todo, debe ser silenciosa. “La respiración no debe oírse; cuando se oye, no estamos siendo todo lo eficientes que deberíamos”, advierte.
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No es solo una cuestión técnica, sino de salud integral. Respirar de forma disfuncional puede interferir en la digestión, la concentración, el descanso y el estado emocional. Como ella misma señala, hacerlo mal es común, pero no inevitable. Tomar conciencia y corregir el hábito puede transformar, en muchos casos, la calidad de vida.
Porque sí: hasta respirar —algo que hacemos unas 20.000 veces al día— puede aprenderse a hacer mejor. Y, como ocurre con cualquier hábito que afecta directamente a nuestra salud, lo ideal es hacerlo con el acompañamiento de un profesional cualificado, que pueda evaluar el patrón respiratorio y guiar el proceso de manera personalizada.
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Solemos pensar que respirar bien es tan simple como hacerlo por la nariz. Pero no es así. Según Sol De la Torre Bravo, especialista en respiración funcional, más del 90 % de la población mundial presenta una respiración disfuncional. Y lo más sorprendente: muchas personas no lo saben.