Es noticia
Menú
¿Por qué no quiero pasar tiempo con mis amigos? La psicología responde con claves para entenderlo sin culpas
  1. Vida saludable
SALUD MENTAL

¿Por qué no quiero pasar tiempo con mis amigos? La psicología responde con claves para entenderlo sin culpas

Hay veces que aunque nuestros amigos sean como familia no tenemos la energía necesaria para estar con ellos. Según la psicología este fenómeno tiene varias explicaciones

Foto: ¿Por qué no queremos quedar con nuestros amigos? (Pexels)
¿Por qué no queremos quedar con nuestros amigos? (Pexels)

Sentirse distante de los amigos, incluso cuando antes nos hacía ilusión verlos, es más común de lo que creemos. A muchas personas les ocurre: de pronto, esas quedadas que solían recargarnos de energía ahora se sienten agotadoras o simplemente innecesarias. ¿Qué nos está pasando? La psicología tiene varias respuestas, y lo mejor es que ninguna de ellas señala directamente a la pereza o a la falta de afecto.

Los expertos coinciden en que la necesidad de estar a solas puede ser una señal de que algo necesita atención en nuestro mundo interno. Factores como el estrés, la ansiedad o incluso cambios hormonales pueden influir en nuestro deseo de socializar. Cuando el cuerpo y la mente piden pausa, es natural que queramos alejarnos del bullicio, incluso si este está formado por nuestras personas favoritas. Además, la etapa vital en la que nos encontramos también pesa. No es lo mismo tener 20 años que 40, vivir en pareja o estar soltera, tener hijos o cuidar de padres mayores. Las prioridades cambian, y con ellas, la energía disponible para la vida social. No querer salir no implica perder el interés por las amistades, sino que a veces, simplemente, necesitamos espacio para procesar lo que vivimos.

placeholder A veces necesitamos espacio que procesar lo que vivimos. (Pexels)
A veces necesitamos espacio que procesar lo que vivimos. (Pexels)

Otra clave importante: no todas las amistades nos hacen bien todo el tiempo. Si hay relaciones que se sienten forzadas o poco nutritivas, nuestro cuerpo lo nota. Alejarse un poco puede ser una forma saludable de protegernos emocionalmente. Según los psicólogos, escuchar ese deseo de soledad no solo es válido, sino que puede ayudarnos a reconectar con nosotros mismas y, más adelante, con los demás de una forma más auténtica.

Por eso, si últimamente preferimos una tarde tranquila en casa antes que una cena en grupo, no debemos castigarnos. No se trata de volverse antisocial, sino de aprender a respetar nuestros tiempos y necesidades. Darnos permiso para no estar siempre disponible también es una forma de autocuidado. Y cuando volvamos a tener ganas de compartir, lo haremos desde un lugar más consciente y libre.

Sentirse distante de los amigos, incluso cuando antes nos hacía ilusión verlos, es más común de lo que creemos. A muchas personas les ocurre: de pronto, esas quedadas que solían recargarnos de energía ahora se sienten agotadoras o simplemente innecesarias. ¿Qué nos está pasando? La psicología tiene varias respuestas, y lo mejor es que ninguna de ellas señala directamente a la pereza o a la falta de afecto.

Vida saludable Bienestar
El redactor recomienda