Cada cuánto tiempo debes lavar las sábanas y toallas en verano, según los dermatólogos
Este es el tiempo que recomiendan los expertos para cambiar las sábanas y las toallas durante la época del año más calurosa
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Con el calor y las noches sofocantes, mantener una buena higiene textil en casa se convierte en un hábito imprescindible para cuidar tanto de tu salud como del bienestar general. Los dermatólogos coinciden: el verano no es la estación para descuidar la limpieza de lo que está en contacto directo con la piel, especialmente sábanas y toallas.
Durante los meses más cálidos, el cuerpo suda más, se usan cremas solares, lociones hidratantes y estamos más expuestos al polvo, el polen y otros agentes externos. Todo esto se transfiere fácilmente a los tejidos, convirtiéndolos en un foco de bacterias, hongos y células muertas si no se lavan con la frecuencia adecuada.
Los expertos recomiendan que, en época estival, las sábanas se cambien y se laven al menos una vez por semana. En caso de dormir con poca ropa, sudar en exceso o si se duerme con mascotas, esta frecuencia debe aumentar a cada 3 o 4 días. Además, es importante usar programas de lavado con temperaturas elevadas para eliminar eficazmente los gérmenes acumulados.
La acumulación de sudor y residuos corporales puede causar irritaciones, brotes de acné corporal y otras molestias dermatológicas si no se renuevan las sábanas con regularidad. La ropa de cama debe mantenerse seca y aireada cada mañana para evitar también la proliferación de ácaros.
Las toallas requieren aún más atención. Según los dermatólogos, lo más saludable es lavarlas cada dos o tres usos, ya que retienen mucha humedad y son un entorno ideal para el crecimiento de bacterias. Si vives en zonas con alta humedad o si hay varias personas usando la misma toalla, conviene cambiarlas a diario.
Las toallas de manos y de ducha deben secarse por completo entre uso y uso. Utilizar un gancho o barra que permita la máxima ventilación es fundamental. Además, el uso de detergentes antibacterianos puede reforzar su limpieza, especialmente si hay personas con piel sensible o con tendencia a infecciones cutáneas en casa.
En definitiva, mantener una frecuencia adecuada de lavado no solo contribuye a un hogar más limpio, sino que también protege la barrera natural de la piel, evitando problemas como dermatitis, alergias o infecciones. Adoptar esta rutina de limpieza textil es una forma sencilla y eficaz de mejorar tu calidad de vida, especialmente cuando las altas temperaturas y la transpiración se convierten en una constante.
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