Terminar una relación es atravesar un duelo. Así lo recuerda Cristina, psicóloga y terapeuta familiar y de pareja especializada en trauma y apego, que recoge las herramientas que más han ayudado a sus pacientes tras una ruptura. Su mensaje se centra en aceptar el proceso, cuidar de uno mismo y encontrar nuevas formas de reconstruir la identidad.
“Por más dolorosa, intensa o desgastante que haya sido la relación, sigue siendo una pérdida”, explica. Según la especialista, ponerle nombre a lo que ocurre es el primer paso para transitarlo.
El segundo consejo es claro: no intentar acelerar las emociones. Buscar apoyo en la terapia, en amistades o en grupos especializados puede facilitar el camino, pero siempre respetando los tiempos de cada persona. El duelo, recuerda Cristina, “toma el tiempo que necesita”.
Convivir con las emociones
La terapeuta anima a no huir de sentimientos como la tristeza, la ira o la ansiedad, sino a escucharlos y aprender a regularlos. Herramientas como la escritura reflexiva —el conocido journaling— pueden ser útiles para volcar pensamientos, registrar avances y reforzar la sensación de resiliencia. También recomienda acciones sencillas como descansar, respirar o caminar.
Practica 'journaling' para sentirte mejor. (Pexels/Karolina Grabowska)
Redescubrir la identidad propia
Una ruptura obliga a revisar quién se es fuera de la pareja. Para Cristina, la clave está en hacerse preguntas básicas: ¿qué me gusta a mí?, ¿qué necesito?, ¿qué me da alegría?. Encontrar nuevos hobbies, clases o experiencias puede abrir puertas a facetas personales que habían quedado en segundo plano.
Prepararse para fechas sensibles
Cumpleaños, aniversarios o celebraciones familiares pueden reavivar la herida. La terapeuta aconseja planificar esas jornadas con actividades que nutran emocionalmente y rodearse de personas de confianza. La anticipación, explica, ayuda a que no sorprenda la intensidad de la emoción.
Hay que rodearse de personas optimistas que se alegren de tus logros. (Pexels)
Un cierre simbólico
El sexto paso, que Cristina define como “el más poderoso”, es realizar un ritual de cierre. Guardar o eliminar fotos, escribir una carta que no será enviada o reunir recuerdos de la relación para despedirse de ellos puede convertirse en un gesto liberador. “No como castigo —aclara—, sino como símbolo de que tu nueva vida empieza ahora”.
Terminar una relación es atravesar un duelo. Así lo recuerda Cristina, psicóloga y terapeuta familiar y de pareja especializada en trauma y apego, que recoge las herramientas que más han ayudado a sus pacientes tras una ruptura. Su mensaje se centra en aceptar el proceso, cuidar de uno mismo y encontrar nuevas formas de reconstruir la identidad.