La mezcla de bicarbonato de sodio, vinagre y jabón de platos se ha convertido en uno de los trucos de limpieza más populares por su eficacia para eliminar la grasa más difícil. Este trío combina propiedades químicas complementarias que, al unirse, logran descomponer la suciedad incrustada y devolver el brillo a las superficies sin necesidad de recurrir a productos industriales agresivos.
El bicarbonato de sodio actúa como un abrasivo suave capaz de despegar la grasa sin rayar ni dañar los materiales. Además, neutraliza olores y suaviza el agua, lo que facilita el enjuague. Por su parte, el vinagre blanco es un ácido natural que disuelve los residuos grasos, elimina la cal y combate bacterias y hongos.
El bicarbonato de sodio, una solución perfecta para tu fregadero. (Pexels)
Su acidez rompe las moléculas de grasa, permitiendo que se desprendan con mayor facilidad. A esta combinación se suma el jabón de platos, que contiene agentes tensioactivos encargados de reducir la tensión superficial del agua. Gracias a esto, el agua puede penetrar mejor entre la suciedad y la superficie, arrastrando los restos con eficacia.
Cuando el vinagre entra en contacto con el bicarbonato, se produce una reacción efervescente que libera dióxido de carbono. Esta efervescencia ayuda a levantar la suciedad adherida, mientras la acción conjunta del jabón y los otros dos componentes potencia la eliminación de grasa. Aunque la reacción química dura apenas unos segundos, sus efectos limpiadores se mantienen durante el uso de la mezcla.
Utilizar una mezcla casera de bicarbonato y vinagre, uno de los consejos. (Pexels)
Para prepararla, se recomienda mezclar una taza de vinagre blanco con una cucharada de bicarbonato de sodio y unas gotas de jabón de platos. El bicarbonato debe añadirse poco a poco para evitar que la mezcla se desborde. Una vez lista, puede aplicarse directamente sobre superficies grasientas, como estufas, campanas extractoras, hornos o utensilios de cocina. Se deja actuar unos minutos y luego se frota con una esponja o paño húmedo para retirar los residuos.
Aunque es una alternativa natural y económica, es importante no utilizar esta mezcla sobre mármol, granito u otras piedras naturales, ya que el vinagre puede corroerlas. Tampoco debe combinarse con lejía u otros productos químicos. Sin embargo, en superficies seguras resulta una opción muy eficaz, sostenible y de bajo costo para mantener la cocina libre de grasa.
La mezcla de bicarbonato de sodio, vinagre y jabón de platos se ha convertido en uno de los trucos de limpieza más populares por su eficacia para eliminar la grasa más difícil. Este trío combina propiedades químicas complementarias que, al unirse, logran descomponer la suciedad incrustada y devolver el brillo a las superficies sin necesidad de recurrir a productos industriales agresivos.