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Un año sin Lagerfeld: ¿qué fue de Choupette, la gata heredera de más de 180 millones?
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Me pareció ver un lindo gatito

Un año sin Lagerfeld: ¿qué fue de Choupette, la gata heredera de más de 180 millones?

Sí, es una gata y probablemente sea el felino más rico del mundo gracias a la pasión que el diseñador sentía por él, aunque las cifras varían entre los 180 y los 300 millones

Foto: Karl Lagerfeld y Choupette. (Instagram)
Karl Lagerfeld y Choupette. (Instagram)

Decía Karl Lagerfeld: “El único amor en el que creo es en el de una madre a su hijo”. Sin embargo, lo que nunca dijo el diseñador que relanzó la firma Chanel es que más grande que el amor de una madre por su vástago es el de un extravagante divo de la moda por su minino. Y ahí es donde entra en escena Choupette, el gato que podría heredar la enorme fortuna dejada por el alemán tras su muerte, hace hoy un año.

El káiser de la moda, tras sus gafas oscuras y su impecable e icónico look en blanco y negro (especialmente en los últimos años de su vida tras haber perdido 40 kilos), escondía una personalidad muy poco dada a los cariñismos y las manifestaciones de afecto. Murió sin pareja ni hijos, y era algo huraño excepto con su gata, por la que sentía auténtica devoción, tanto como para nombrarla su principal heredera. Lo de Calígula y su caballo Incitato (al que mandó construirle una caballeriza de mármol con pesebres de marfil y quiso nombrar cónsul) parece ahora una tontería comparada con los más de 180 millones de euros (algunas fuentes lo elevan a 277) que le podrían caer al minino que, entre otras cosas, cuenta con su propia cuenta de Instagram. Pero ¿cómo llego Choupette a la vida de Karl? ¿Dónde vive ahora el minino que se quedó huérfano tras la muerte del Káiser? Y lo que es aún más importante, ¿por que el gato de Lagerfeld tiene entrada en Wikipedia y el de Rosario Flores no?

placeholder Karl y un dibujo del minino. (EFE)
Karl y un dibujo del minino. (EFE)

Amor a primera vista

Choupette llegó a la vida de Karl de forma inesperada. En realidad, la minina pertenecía al modelo francés (y amante del diseñador) Baptiste Giabiconi. El Káiser se quedó cuidando de ella una Navidad de 2011 mientras el modelo se encontraba fuera y ya no hubo manera de separarlos. “Cuando volvió, dije: 'Lo siento, pero Choupette es mía”. Y ya no se separaron. El gato de Lagerfeld consiguió desbancar en popularidad y excentricismo a Tinkerbell, el chihuahua que acompañó a Paris Hilton durante años y al que la celebritie consideraba parte de su familia.

Choupette nació el 15 de agosto de 2011, un Leo como la propia Coco Chanel. Lagerfeld declaró que sus ojos eran como zafiros estrella y su nombre (Choupette) es "un apodo común en francés para chicas lindas", dijo en una entrevista reciente.

La gatita pronto se convirtió en un personaje de calado, un gato con una cuenta de Instagram seguida por 274 mil personas, y que llegó a inspirar la colección ‘Choupette in Love’, además de una línea de Chanel con ojos del gato.

Me pareció ver un lindo gatito

Tras la muerte del diseñador, el rumor fue tomando fuerza: el genio había legado gran parte de su fortuna a su mejor compañía en su últimos años de vida, su gata. Mientras las leyes deciden si un minino puede heredar tamaño patrimonio, el equipo del diseñador sigue guardando silencio. Pero, según publicaba la revista 'The Cut' tras hablar con un experto fiscal, “el dinero nunca le pertenecería al animal. De hecho, cuando un famoso dice que le deja su fortuna a su mascota, en realidad significa que está estableciendo una forma de cuidar de ella, ya sea a través de un cuidador humano que realmente heredó el dinero o mediante un fideicomiso”. Algo que, por cierto, ya hizo su colega Alexander McQueen, que dejó 50.000 libras a sus tres perros (bueno, a los cuidadores de los tres perros).

En cualquier caso, Choupette ni siquiera necesita la inmensa fortuna amasada por el diseñador (se estima que su patrimonio personal oscilaba entre los 500 y los 1.000 millones de euros, repartidos entre salarios netos, propiedades inmobiliarias, fondos y participaciones financieras, y colecciones de arte) porque es, en sí misma, una empresaria con su propia fortuna cosechada gracias a su marca de vino, su línea de maquillaje, las campañas publicitarias que ha protagonizado en solitario (por las que en 2014 llegó a embolsarse la friolera de 3 millones de euros) y su actividad en redes sociales, que le han otorgado la etiqueta de influencer. Además de haber lanzado su propio libro, 'Choupette: The Private Life of a High-Flying Fashion Cat', 128 páginas dedicadas en exclusiva a hablar de ella, de sus cuidados, de sus caprichos...

Y entonces, ¿cómo está la gatita?

Mejor que tú y que yo y que la mitad del planeta. Hace unos días, la directora de Comunicación de la firma Karl Lagerfeld, Caroline Lebar, explicaba a 'The New York Times' la rutina diaria de Choupette (que para nosotros la quisiéramos). Como dejó estipulado el Káiser, la gata vive con Françoise Caçote en París. Ella era la ama de llaves de Lagerfeld y también niñera de la gata. “Está en buena forma y rodeada de amor”, tal cual. Además es muy posible que aún conserve las dos niñeras, un guardaespaldas, un cocinero y una de las veterinarias más exclusivas de toda la ciudad, que ya tenía en vida del modisto.

También está muy ocupada, según comentaba al mismo medio su agente, Lucas Bérullier, de My Pet Agency. "Ella (la gata) viene a la agencia de vez en cuando y hacemos fotos aquí para su cuenta de Instagram. Tenemos hermosos proyectos”, comenta a Choupette.

Es posible que Choupette se estará preguntando lo que se preguntaba su mentor Karl: "¿Por qué debería parar de trabajar? Si lo hago, moriré, y si muero, todo acabará”.

Decía Karl Lagerfeld: “El único amor en el que creo es en el de una madre a su hijo”. Sin embargo, lo que nunca dijo el diseñador que relanzó la firma Chanel es que más grande que el amor de una madre por su vástago es el de un extravagante divo de la moda por su minino. Y ahí es donde entra en escena Choupette, el gato que podría heredar la enorme fortuna dejada por el alemán tras su muerte, hace hoy un año.

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