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Manchester Exprés: 24 horas en la capital del norte de Inglaterra
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Manchester Exprés: 24 horas en la capital del norte de Inglaterra

Una ciudad de reminiscencias 'dickensianas', asociada desde hace siglos a la Revolución Industrial. Los locales, los paseos y los mejores lugares donde comer, cenar o tomar copas. Todo, aquí

Foto: El Bridgewater Hall, en Manchester
El Bridgewater Hall, en Manchester

Manchester, esa ciudad de reminiscencias 'dickensianas' y asociada durante eras a lo mejor y lo peor de la Revolución Industrial, esa urbe cuyo nombre se cuela una semana sí y la otra también en nuestras casas a la hora de la cena gracias a ser hogar de dos de los equipos de fútbol más famosos del mundo, es también un lugar idóneo para escaparse y descubrir que, en cuanto al turismo urbano, hay vida en Inglaterra más allá de Londres.

Y como la esencia se disfruta en frascos pequeños, allá vamos nosotros: a exprimir todo el jugo de Manchester en tan solo 24 horas, aprovechándonos de que está más cerca de nosotros gracias a los vuelos directos que la conectan con capitales como Madrid dos veces por semana. Así que abrochénse los cinturones que salimos rumbo a la tercera ciudad de Inglaterra.

Por la mañana: Un poco (o mucho) de fútbol

A Cottonpolis (el apodo que tenía Manchester en el siglo XIX, cuando era la capital mundial del algodón) le han lavado la cara a conciencia en las últimas décadas, convirtiendo lo que era un centro urbano echado a perder en un coqueto lugar por el que pasear, y en el que lucen mejor que nunca algunas de las mejores muestras de la arquitectura industrial inglesa.

Pero no nos engañemos. En esta ciudad recalan –y se cuentan por centenares de miles– hordas de forofos que acuden a reverenciar a sus dos equipos de fútbol favoritos: los inefables Manchester City y Manchester United.

Ambos forman uno de los polos económicos por excelencia de la ciudad y están al nivel de la industria farmacéutica o de la automoción, considerados los dos motores de la ciudad desde la crisis industrial de los 60. Así que, más allá de las multitudes que acuden a los encuentros que se disputan en la ciudad, sus estadios son un auténtico hervidero de fans, sea cual sea el momento del año. El estadio del United, el mítico Old Trafford (en Sir Matt Busby Way) y el del City (los Citizens), el espectacular y modernísimo Etihad Stadium, pueden visitarse con 'tours' guiados por sus entrañas. Pero, eso sí, en ninguno te dejarán tocar el césped. Todo templo tiene su liturgia...

Si despúes de semejante baño mitómano aún queda hambre de fútbol, hay que poner rumbo al centro de la ciudad, donde está el National Football Museum, una cuña de arquitectura moderna –cristal y acero– que rompe la uniformidad victoriana del centro de la ciudad y donde aguardan más exposiciones y una colección de 140.000 objetos que exploran el pasado, el presente y el futuro del fútbol.

Como ya estamos en el centro y es la hora de recuperar fuerzas, podremos hacerlo en el TNQ (108 High Street), en el muy de moda Northern Quarter. Allí nos agasajarán a base de excelente cocina tradicional de temporada con una espectacular materia prima perfectamente trazada. El chuletón de buey de Cheshire (en el condado de Manchester) quita el sentido y carga las pilas para patear el centro de la ciudad durante el resto de la tarde. ¿Preparados?

Por la tarde: Paseando por la ciudad

Donde no hace muchas décadas había chimeneas escupiendo todo el humo negro que producía el algodón traído de las cinco esquinas del mayor imperio de la historia, hoy nos encontramos factorías de ladrillo limpio como el jaspe reconvertidas en multicines y centros comerciales. Unos vanguardistas edificios de oficinas anejos al nuevo icono de la ciudad: la Beetham Tower. Un rascacielos de cristal que se eleva sobre las vías del tren y sobre Deansgate, la calle más larga de la ciudad, que sigue el trazado de la antigua calzada romana, antaño Mamucium.

Hoy, tras décadas de decadencia urbana, Deansgate vuelve a ser el cordón umbilical de Manchester. La calle más destacada de una ciudad tiene unas cuantas paradas obligadas. Como los Baños Victorianos de Chorlton-on-Medlock. Un lugar con preciosas baldosas en el suelo, sus intrincadas vidrieras y ese aroma a otros tiempos que lo convierte en un lugar que visitar.

La histórica prosperidad de la ciudad también se refleja en los excelentes museos. El Manchester Museum, fundado en 1821 como centro de Historia Natural, está dispuesto en quince galerías distribuidas por cuatro plantas. Se puede contemplar una imponente colección donde cabe de todo: desde un tyrannosaurus rex o colecciones de artesanía indígena del Amazonas hasta un espectacular terrario. Otro es el People's History Museum; donde se cuenta la historia de la Revolución Industrial y todos los movimientos y derechos que se obtuvieron durante ella, cómo eran las fábricas, las reformas...

Para los amantes de la televisión, los estudios de la ITV están en Atherton Street y, hasta que los tiren en los próximos meses, siguen ofreciendo rutas por los escenarios de la serie más longeva y famosa de la televisión británica: 'Coronation Street'. Y para contemplar la ciudad en todo su esplendor, nada mejor que hacerlo desde las alturas: las mejores vistas de la ciudad se tienen desde la Noria de Manchester, con 42 cabinas que se elevan 60 metros sobre los Piccadilly Gardens.

Por la noche: Spinningfields

El barrio de Spinningfields es el nuevo 'niño bonito' de Manchester. Tras décadas –casi siglos– de abandono, en los últimos años, se ha invertido en la recuperación y transformación del antiguo barrio obrero del centro de la ciudad. Más de 1.500 millones de libras han bastado para crear un espectacular 'collage' de edificios 'high tech'. Junto a ellos conviven maravillas arquitectónicas del siglo XIX donde se hospedan marcas relacionadas con las nuevas tecnologías, centros comerciales y los mejores restaurantes y clubes de la ciudad... O todo a la vez.

Como en el caso del The Alchemist, uno de los favoritos de la clientela de la zona –ejecutivos jóvenes, solteros y vips– y donde las pintas del 'afterwork' se juntan con la cena –carnes, excelente 'fish & chips', quesos– y con los cócteles de la noche. Estos se pueden seguir tomando en el Brannigans (Peter Street), el 'night club' de moda, que está en las dos plantas superiores del precioso Albert Hall, una joya eduardiana que alberga conciertos y actuaciones.

Al caer la noche en Manchester, nada mejor que poner rumbo al flamante Innside Manchester, a un paso del centro y que se ha convertido en los pocos meses que lleva abierto en el hotel de referencia de la ciudad. Un lugar ideal donde descansar del Manchester moderno, contemporáneo y 'cool' de las últimas 24 horas.

Cómo llegar: Iberia Express viaja a Manchester dos veces por semana.

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Manchester, esa ciudad de reminiscencias 'dickensianas' y asociada durante eras a lo mejor y lo peor de la Revolución Industrial, esa urbe cuyo nombre se cuela una semana sí y la otra también en nuestras casas a la hora de la cena gracias a ser hogar de dos de los equipos de fútbol más famosos del mundo, es también un lugar idóneo para escaparse y descubrir que, en cuanto al turismo urbano, hay vida en Inglaterra más allá de Londres.

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