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La sangre azul de ‘Carlos de Transilvania’
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La sangre azul de ‘Carlos de Transilvania’

Carlos de Inglaterra parece haberse tomado muy en serio su última visita a Rumanía. Aunque se trataba de un viaje privado con intereses económicos relacionados con

Foto: La sangre azul de ‘Carlos de Transilvania’
La sangre azul de ‘Carlos de Transilvania’

Carlos de Inglaterra parece haberse tomado muy en serio su última visita a Rumanía. Aunque se trataba de un viaje privado con intereses económicos relacionados con los productos ecológicos, el Príncipe de Gales se siente como en casa en Transilvania. No es porque sea un gran fan de las leyendas de Conde Drácula, sino porque ha confesado que sus ancestros proceden de estar región. ¿Será el nieto del mismísimo Vlad ‘El empalador’, un señor un tanto cruel?

Transilvania está probablemente en mi sangre. Tengo aquí lazos familiares. Es una tierra especial", confesó el príncipe a la prensa en una feria tradicional en el aldea de Saskiz (en el distrito de Mures). Y es que resulta que el futuro heredero al trono británico tiene un remoto antepasado en esta zona. En concreto, la abuela de su abuela Mary. La condesa Claudia Rhedley se casó con un pariente de la familia real allá por el siglo XVII y su nieta llegó a ser reina consorte. Y esta mujer es la que, según parece, une al príncipe con Transilvania.

La condesa Claudia, que carecía de sangre azul, está enterrada en la iglesia de Sangiorgiu de Padure, donde Carlos dijo que depositaría un ramo de flores para honrar a sus tataraancestros. Y de ahí viene su relación tan intensa con la remota Transilvania. Después de pasar dos días como invitado del conde Tibor Kalnaky, en la residencia de éste en Miclosoara, Carlos pasó la pasada noche en su propia casa de la localidad de Viscri, un edificio de 200 años típico de las aldeas sajonas.

Carlos subió a un sencillo carro tirado por caballos, dio largos paseos por la región y probó en una feria tradicional los productos alimentarios rumanos, que estimó "deliciosos". El príncipe habló con los lugareños y los alentó a que no pierdan su modo de vivir, los productos ecológicos, la integridad del paisaje y se mostró preocupado por el futuro de esta civilización. Y es que está muy preocupado por la naturaleza en esta zona. En este viaje al pasado no le acompañó su esposa Camilla, que pasa bastante de tanto tema ecológico.

Carlos de Inglaterra parece haberse tomado muy en serio su última visita a Rumanía. Aunque se trataba de un viaje privado con intereses económicos relacionados con los productos ecológicos, el Príncipe de Gales se siente como en casa en Transilvania. No es porque sea un gran fan de las leyendas de Conde Drácula, sino porque ha confesado que sus ancestros proceden de estar región. ¿Será el nieto del mismísimo Vlad ‘El empalador’, un señor un tanto cruel?