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Aiko cumple años alejada de la sucesión
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Aiko cumple años alejada de la sucesión

La Princesa Aiko, la hija de los herederos japoneses, ha cumplido siete años. Y nada ha cambiado. La hija de Naruhito y Masako, que parece que

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Aiko cumple años alejada de la sucesión

La Princesa Aiko, la hija de los herederos japoneses, ha cumplido siete años. Y nada ha cambiado. La hija de Naruhito y Masako, que parece que poco a poco supera sus problemas de depresión, sigue alejada de la sucesión al trono desde que su tío, ya cuarentón, tuviera un hijo varón que le robó un hipotético puesto de emperatriz. Ella sigue feliz.

Con motivo de su cumpleaños, la Casa Real nipona ha distribuido fotografías de la pequeña y de sus padres con dos perros mientras pasean por el Palacios Imperial de Tokio. Aiko es la única hija de Naruhito y Masako, herederos al trono. La niña nació cuando sus padres llevaban ya muchos años de matrimonio. La princesa se sentía presionada para ofrecer un descendiente varón al pueblo que continuara con la saga del crisantemo.

Cuando el Gobierno estaba a punto de modificar la ley para lograr que Aiko fuera emperatriz, hubo un embarazo real a destiempo que la relegó por ser mujer. El hermano de su padre, Akishino, y su esposa Kiko anunciaron la llegada de su tercer hijo cuando ya habían cumplido cuarenta años y sus hijas estaban entrando en la adolescencia. Hubo suerte, fue un varón que desbancó a su prima de la sucesión de acuerdo con la legislación nipona.

Pero también celebra su aniversario estos días Akishino que ha concedido una entrevista donde habla de su hijo. El pequeño Hisahito, de dos años, aprende a hablar despacio y le gusta jugar como a todos los niños. Sin embargo, el príncipe reconoce que adora pasar tiempo con su hermano, su esposa y su sobrina. Vamos, que entre ellos al final no hay problemas por una corona o un trono.

La Princesa Aiko, la hija de los herederos japoneses, ha cumplido siete años. Y nada ha cambiado. La hija de Naruhito y Masako, que parece que poco a poco supera sus problemas de depresión, sigue alejada de la sucesión al trono desde que su tío, ya cuarentón, tuviera un hijo varón que le robó un hipotético puesto de emperatriz. Ella sigue feliz.