El emperador japonés, ingresado en el hospital

 La tierra del sol naciente vive unos días de preocupación por el delicado estado de salud de su máximo representante institucional, el emperador Akihito, quien a finales de la pasada semana fue ingresado en un hospital japonés por una insuficiencia respiratoria.

Según informa la agencia de noticias Kyodo, durante su noche de hospitalización Akihito estuvo acompañado en todo momento por la emperatriz Michiko, de 76 años, para ser dado de alta a la mañana siguiente y volver a su residencia en el Palacio Imperial.

Los primeros diagnósticos realizados por el equipo médico indican que el emperador podría sufrir de arteriosclerosis, una síndrome caracterizado por el depósito e infiltración de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias de mediano y grueso calibre.

Desde el pasado mes de enero, el mandatario nipón está siendo sometido a una serie de pruebas médicas para revisar a fondo sus vasos cardiacos y cuyos resultados determinarán el tratamiento ha seguir por el enfermo. A la espera de las conclusiones de los estudios, Akihito puede continuar con su vida normal.

Akihito, que parece haber superado con éxito un cáncer de próstata que le fue diagnosticado en el año 2003, accedió al trono japonés en 1989 una vez fallecido su padre y el también emperador Hirohito. Su papel al frente de la nación es mayormente institucional pero su figura cuenta con el profundo respeto de la mayor parte de la sociedad japonesa.

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