La ‘fugaz’ reunión de Letizia con los de su gremio

Las siete de la tarde fue la hora a la que la princesa Letizia llegó al Auditorio Nacional de Música de Madrid para presidir el concierto conmemorativo del 80º aniversario de la Casa de Nazareth. Se trata de una de las muchas iniciativas sociales de la Fundación Luca de Tena, dedicada a la atención de familias de periodistas. La princesa de Asturias no parecía haber tenido un buen día, ya que posó medio minuto para unos gráficos acreditados que, desconcertados, no entendían la premura de la consorte real. Media sonrisa y a la carrera.

Esa carrera continua también la llevó a no detenerse para recibir el saludo de los ciudadanos que esperaban en la puerta del centro musical. La ciudadanía fue educada esta vez. No hubo abucheos pero tampoco la algarabía de tiempo atrás. La sombra de las tropelías de Iñaki Urdangarin sobrevuela cualquier acto multitudinario de los miembros de la Primera Familia. La reina y la infanta Elena son las únicas que por ahora se salvan de la reprobación popular y, quizá por eso, y para no arriesgar a que sucediera alguna  situación conflictiva se decidió que su entrada fuese discreta y rápida.

Esta vez ‘traicionó’ a su modisto de cabecera y lució un vestido negro de la firma Hugo Boss y unos pendientes de oro y diamantes. Dentro de la sala, la esperaban la presidenta del diario ABC Catalina Luca de Tena y la directora de la Fundación Victoria Barandiarán cuya labor solidaria resulta fundamental en estos tiempos convulsos donde los ERES y despidos irregulares afectan a la profesión periodística. Una de las iniciativas que llevan a cabo es la creación de programas de ayuda a las familias de periodistas y empleados de prensa que sufren el drama de la crisis y un horizonte poco alentador. Este fue uno de los temas de conversación de los periodistas que acudieron a la cita benéfica tanto en calidad de invitados como cubriendo el acto. Se dejó ver que pedían un compromiso mucho más directo de la princesa para reivindicar la profesión muy tocada por el paro.

Uno de las situaciones más singulares de la reunión fue el interés de muchos ciudadanos para saber dónde podían adquirir el libro Adiós princesa, firmado por el primo de la princesa, David Rocasolano, y cuyas páginas desvelan asuntos complicados, trágicos y chocantes de la vida de la experiodista. En el descanso del concierto, muchas personas se acercaban y preguntaban al grupo de periodistas que cubrían el acto cuál es el canal de distribución del libro. Aseguraban que habían querido comprarlo y lo suponían agotado.

Letizia estuvo acompañada por Carmen Martínez Castro, secretaria de Estado de Comunicación;  Adolfo Lafuente, María Jesús Chao secretaria general de APM; Javier Martí presidente de la Fundación ‘Excelentia’; los patronos de la Fundación Luca de Tena, Juan Fernández-Cuesta y Pilar Herreros de Tejada, y  Gabriel Veiga, gerente del Auditorio Nacional de Música. También asistieron el presidente de Telemadrid, Manuel Soriano y los periodistas Carmen Enriquez y Alberto Maeso. Todos ellos disfrutaron con el concierto dirigido por Michail Jurowski. La Orquesta Clásica Santa Cecilia, interpretó dos piezas de Brahms, Concierto para violín y orquesta en re mayor, Op. 77 y Sinfonía nº 4 en mi menor, Op. 98, con Renaud Capuçon como solista.

Una vez finalizado el concierto y su horario laboral, la princesa de Asturias se enfundó una chaqueta de cuero y se fue a cenar con sus amigas como publicó Vanitatis.