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¿Podría Froilán ser rey de España?
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Se sienten atropellados por los felipesextistas

¿Podría Froilán ser rey de España?

Al grito de “Froilán tercero, legítimo heredero”, una vía legitimista del norte pide el trono de Galicia para el hijo de Doña Elena, el primogénito de la primogénita. ¿Se trata de algo descabellado o es una tesis con razón (histórica) de ser?

Foto: Fotomontaje de Froilán sentado en el 'trono de hierro' (Vanitatis)
Fotomontaje de Froilán sentado en el 'trono de hierro' (Vanitatis)

“El último atropello del felipesextismo fue la degradación de nuestro estatus de reino a ducado de Lugo. El reino más antiguo de Europa no merece tal degradación”. Así abre su declaración de intenciones el autodenominado Partido Froilanista (PF), cuyo eslogan –presidido por la imagen de un 'hipster' con boina calada– es FROILANISM IS THE NEW CARLISM. El partido, fundado el día de la abdicación de Juan Carlos I y cimentado sobre la antiquísima retranca gallega (ese sentido del humor que comienza por reírse de uno mismo como salvoconducto legitimador para despellejar cualquier institución), postula que el reino de Galicia debe tener un monarca y ese, el elegido, es Froilán III.

El PF está dirigido por un Alto Almirantazgo bajo el que se extienden comandancias (de Mondoñedo al Bierzo, pasando por Orense y Compostela) capitanías, autarquías y embajadas (entre las que se encuentran el ducado de Nóos y de Seseña y el virreinato del Caribe) y bebe de fuentes históricas que la realidad actual no deja de recordarnos: Lugo es la capital romana de Galicia, san Froilán es su patrón y la infanta Elena, primogénita del Rey Juan Carlos, es la duquesa de Lugo. El círculo se cierra con su hijo mayor, quien merece ser rey del antiguo reino de Galicia.

'Vanitatis' se ha puesto en contacto con el Alto Almirantazgo del PF y esto es lo que nos responden: “Somos un partido conservador. Por ello nos ceñimos a las fronteras estipuladas por Rekiario, primer rey católico, quien llevó las fronteras del Reino de Galicia en el año 456 hasta las puertas de las actuales Andalucía, Murcia, Valencia y Cataluña. Tampoco queremos abarcar más de lo que nos corresponde por legado histórico”, matizan con prudencia. Para llevar a cabo sus pretensiones, disponen de un plan soberanista en tres pasos. “En una primera fase subestatutista, Don Froilán III reclamará para sí el trono de Galicia [siempre Galiza para los froilanistas] y depositará al fin su noble trasero en su trono en Lugo, pasando a reinar sobre todo el territorio de la actual comunidad autónoma más los territorios del Bierzo y Navia-Eu. Se acompañará este ‘bypass histórico’ con la apertura de embajadas en el exterior".

“En un segundo paso reclamaremos las fronteras de 1065, que incluirían Coimbra, Segovia y Burgos y toda la tierra que media entre estas localidades y Lugo. Trasladaremos la capital a Coimbra y abriremos las fronteras de la Comunidad Económica de Galicia a todos aquellos pueblos vecinos que deseen el privilegio de ser estatuidas colonias libremente asociadas. En un tercer momento invadiremos a quien no se avenga a razones históricas y acepte su natural posición de dependencia. Desde nuestra embajada en Gibraltar se está trabajando ya para abrir nuestro reino al Mediterráneo, en caso de que nos viésemos avocados a tomar tan ingrata determinación”.

Froilán III no es solo una acertada rima para “legítimo heredero”. El Alto Almirantazgo nos explica que hubo otros froilanes: “Froila I, el 34º rey del muy noble y muy antiguo reino de Galicia reinó entre el 757 y el 768 d.C. El 45º rey de Galiza, Froila II o Fruela (en asturiano y en castellano), fue el segundo de su nombre, señor de Asturias entre 910 y 924, y rey de toda Galicia desde 924 hasta el 925. El joven Froilán es el 74º rey gallego y el tercero que reinará bajo ese nombre. ¡Y es que además, rima! Definitivamente, los dioses del olimpo celta están de nuestra parte”, exclaman arrebatados de hondo sentido histórico.

Nos queda, por último, preguntar por qué se saltan a la primogénita de Don Juan Carlos exigiendo la entronización inmediata de Froilán III: “Mantenemos unas excelentes relaciones con los elenistas. Efectivamente, como no nos cansaremos de decir, 'Felipe usurpador, Elena es la mayor’. Doña Elena debió haber sido reina en España. Pero la machista ley sálica, que no reconocemos, se interpuso en tal designio histórico. Por supuesto en Galicia, para los y las froilanistas, Elena goza de la consideración de ‘Reina Rexente da Galiza Independente’ y del prestigio de ser la Reina Madre que lo Parió a nuestro Adalid y Mesías. Hay una rama federiquista en el Partido, muestra de nuestra plural idiosincrasia. Esta rama se está empezando a impacientar al ver que Don Froilán tarda en reaccionar y reclamar para sí lo que por derecho dinástico es suyo, y apuestan por entronizar a Doña Victoria Federica, su hermana, que parece una persona sensata y con juicio. D. Froilán III tiene depositada la confianza del pueblo de Galicia. Eso es un tesoro. Si demuestra flaqueza, falta de voluntad o pusilanimidad, el Partido Froilanista pasará a denominarse Partido Antifroilanista y pro-Federiquista con carácter inmediato, como mandan sus estatutos. Podemos aceptar un rey por derecho divino pero hasta los dioses se equivocan y para eso estamos nosotros, para corregir los renglones torcidos de la historia”.

Clase de historia

Naturalmente, los fines del Partido Froilanista no pasan de ser una divertida chanza, por más que insistan en que Doña Elena debió ser la reina y no Felipe VI, se manifiesten ante la catedral de Lugo o llamen a las armas, llegado el caso. Pero en 'Vanitatis' nos tomamos todo muy en serio y creemos que nuestro lector debe saber (o recordar) por qué la primogénita de Don Juan Carlos y Doña Sofía fue relegada por el benjamín de los Borbón. ¿Se trata de una rémora de la ley sálica creada en Francia, que imperó en toda Europa y que trajo a España el primer Borbón, Felipe V?

Para ello consultamos con el historiador José Luis Sampedro, numerario de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y autor, entre otras obras, de 'Las joyas de la Familia Real de España' (Planeta) y 'Dinastías de traición' (La Esfera). Nuestro experto ríe divertido al otro lado del teléfono al conocer la existencia de los legitimistas de Froilán III: “En efecto, la Constitución da prevalencia al varón sobre la mujer en su artículo 57.1. Pero sucede que cuando se inicia el proceso constituyente, en el año 78, el Rey Juan Carlos tenía clarísimo que quien estaría mejor preparado para sucederle sería Felipe. Por varias razones. Por ejemplo, en ese año en el Ejército no había mujeres, salvo las damas enfermeras, ni estaba previsto que entrasen. El mandato constitucional que hace del rey el jefe supremo de las Fuerzas Armadas lo pone en un mundo de varones. Recordemos que Franco acaba de morir, así que solamente con lo relativo al ámbito castrense teníamos una buena razón”.

Cuando Don Felipe y Doña Letizia anuncian su compromiso, algunos monárquicos recalcitrantes aludieron a la pragmática sanción de Carlos III, aquella norma que prohibiría los matrimonios entre no iguales, para deslegitimar el de los actuales reyes. ¿Podrían usar ese argumento los froilanistas? No. “De hecho ya se discutió si estaba vigente con el propio matrimonio de Doña Elena, que fue la primera en casarse. La norma de Carlos III regulaba el matrimonio de todos los súbditos de la monarquía española y quedó derogada con el Código Civil a finales del XIX. En cuanto a aristócratas y Grandes de España, quedó la costumbre de pedirle permiso al rey para casarse. Una norma de cortesía, ya que duques, marqueses y condes se consideran parientes del rey y los Grandes de España se consideran primos. Una fórmula poética, en realidad. Cayetana de Alba así lo hizo, le comunicó a Don Juan Carlos que pensaba casarse con Alfonso Díez. Hay que estar a lo que diga la Constitución”.

El sentido común nos dice que sería extrañísimo que un varón viniese a alterar la línea dinástica, sobrevenido o ya existente. Sin embargo, la reciente imagen de la Reina Letizia sosteniendo un bebé volvió a abrir un debate cerrado en falso. ¿Y si los Reyes tuviesen un tercer hijo y fuese varón? “Antes o después habrá que cambiar la Constitución. Yo apuesto por un plazo no superior a tres años y se hará de tal manera que se evite un referéndum. Especulo que entrará en el bloque una redistribución de competencias autonómicas, reforma del Senado, etc”.

Pongámonos en un escenario casi apocalíptico. ¿Podrían los froilanistas –o los elenistas, que también los hay– impugnar la Constitución para cambiar la línea dinástica? “Que pierdan toda esperanza. No se puede cambiar la línea con efectos retroactivos; es más, hay un dictamen del Consejo de Estado al respecto, siendo Don Felipe aún príncipe de Asturias. La Corona de España está establecida en Don Felipe, la Constitución habla de los sucesores del rey, el decreto del año 1987 sobre tratamiento habla del rey y la sucesión se empieza a contar desde él, no desde Don Juan Carlos ni desde Don Pelayo. Eso de Froilán es totalmente inviable. No tiene ni pies ni cabeza”.

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“El último atropello del felipesextismo fue la degradación de nuestro estatus de reino a ducado de Lugo. El reino más antiguo de Europa no merece tal degradación”. Así abre su declaración de intenciones el autodenominado Partido Froilanista (PF), cuyo eslogan –presidido por la imagen de un 'hipster' con boina calada– es FROILANISM IS THE NEW CARLISM. El partido, fundado el día de la abdicación de Juan Carlos I y cimentado sobre la antiquísima retranca gallega (ese sentido del humor que comienza por reírse de uno mismo como salvoconducto legitimador para despellejar cualquier institución), postula que el reino de Galicia debe tener un monarca y ese, el elegido, es Froilán III.

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