¿Abdicación en Noruega? Los 3 motivos por los que Mette-Marit aún no puede ser reina
La idea de que los actuales príncipes herederos puedan convertirse en los nuevos reyes de Noruega en un futuro próximo no acaba de convencer a los noruegos
La princesa Mette-Marit vuelve a ser noticia y no por sus horribles estilismos ni por sus largas temporadas sin trabajar ni tampoco por las lujosas vacaciones que disfruta cuatro veces al año. Tal como aseguran los principales diario de Noruega, el rey Harald V estaría pensando en abdicar a causa de distintos problemas de salud. Así pues, el actual monarca de Noruega se sumaría a la lista de Beatriz de Holanda, Alberto de Bélgica y Juan Carlos de España, quienes en su día decidieron dejar paso a las nuevas generaciones. De ser ciertas las informaciones sobre una posible renuncia de Harald, su hijo, el príncipe heredero Haakon, se convertirá pronto en el rey Haakon VIII y su esposa, Mette-Marit, en reina consorte de Noruega.
Una de las pruebas que los medios aportan para asegurar que la abdicación del rey sera más pronto que tarde es la fiesta que organizaron Haakon y Mette-Marit en su casa de la isla de Tjome a la que invitaron a los herederos de Europa mayores de edad: la princesa Victoria de Suecia, el príncipe Federico de Dinamarca y el gran duque heredero Guillermo de Luxemburgo. Este encuentro celebrado a mediados de septiembre recuerda poderosamente al que Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda organizaron en el castillo de Het Oude Loo (Apeldoorn) en marzo de 2013, tan sólo unas semanas antes de su investidura como reyes de los Países Bajos.
La idea de que los actuales príncipes herederos puedan convertirse en los nuevos reyes de Noruega en un futuro próximo no acaba de convencer a los noruegos, sobre todo en lo que se refiere a las cuestiones relacionadas con Mette-Marit. Catorce años después de su enlace matrimonial con el heredero al trono, la princesa sigue originando numerosas polémicas que provocan que su imagen entre sus ciudadanos no sea del todo buena. Hoy en 'Vanitatis' analizamos los tres detalles por los que creemos que Mette-Marit todavía no está preparada para convertirse en reina consorte de Noruega.
1. Su popularidad es escasa
Cuando se dio a conocer su compromiso con el príncipe Haakon, fueron muchos los que se opusieron a ese enlace. Su polémico pasado y el hecho de que tuviera un hijo de una relación anterior con un narcotraficante suscitaron las dudas de hasta los más fieros monárquicos. Sin embargo, Mette-Marit se dejó aconsejar por la corona y consiguió lograr una de las cosas más difíciles para un miembro de la realeza: el amor de su pueblo. Durante años, la princesa ocupaba los primeros puestos en las listas de popularidad, pero a partir de 2012 eso empezó a cambiar. De encabezar los ránkings pasó a ocupar los puestos más bajos y su prestigio se desplomó hasta por debajo del de su cuñada, la clarividente Martha Luisa. Los motivos por los que la imagen de la heredera cambió radicalmente es su actitud y las pocas ganas que pone a la hora de acudir a actos oficiales. Asimismo, cabe destacar la cuantiosa cantidad de dinero que se deja en ropa y sus constantes bajas laborales por problemas de salud.
2. Agenda poco significativa
Actualmente, Mette-Marit es una de las royals que tiene una agenda oficial más escasa junto con Sthèphanie de Luxemburgo. A pesar de llevar 14 años ejerciendo el cargo de princesa, la esposa de Haakon todavía no dispone de una agenda plena como la que tiene, por ejemplo, Mary de Dinamarca. La heredera suele acudir a cuatro o cinco actos oficiales al mes como máximo. En estos últimos años, sus visitas al extranjero se han limitado y ya ni siquiera acompaña a su marido en sus viajes internacionales. Esto mismo sucedió la pasada semana cuando, quince días antes de que diera comienzo una visita a Brasil, Mette-Marit ya avisó de que no viajaría junto a su marido por 'problemas médicos', algo que los noruegos no acabaron de creer. Aparte de todo lo dicho, la princesa apoya muy pocas causas específicas, tan sólo la lucha contra el dida. En otras monarquías europeas, las damas tienen mucho por lo que luchar,como Letizia,que apoya la investigación de las enfermedades raras y el cáncer, o Máxima, que se opone firmemente al maltrato y defiende los microcréditos en África.
3. Inestabilidad matrimonial
Mucho se ha hablado en estos últimos años sobre que el matrimonio entre el príncipe Haakon y Mette-Marit no acaba de funcionar. Los rumores sobre una posible crisis matrimonial son constantes y las continuas ausencias de ella no arreglan demasiado las cosas. En algunos actos oficiales, la princesa se muestra un tanto fría y distante, tal como sucedió en la boda del príncipe Carlos Felipe de Suecia con Sofía Hellqvist. Durante la ceremonia, se vio algún que otro desplante de Mette-Marit hacia su marido y y en la cena posterior su cara era todo un poema. El desencadenante de la crisis matrimonial entre los herederos es, según la prensa noruega, la mala racha emocional que está viviendo la princesa. “No está a gusto con su papel de princesa y por eso, en ocasiones, se escapa e intenta no asistir a los actos oficiales”, aseguran a 'Seg or Hor' fuentes cercanas a la princesa. Asimismo, aseguran que “no le gusta estar tan expuesta a la opinión pública”.
La princesa Mette-Marit vuelve a ser noticia y no por sus horribles estilismos ni por sus largas temporadas sin trabajar ni tampoco por las lujosas vacaciones que disfruta cuatro veces al año. Tal como aseguran los principales diario de Noruega, el rey Harald V estaría pensando en abdicar a causa de distintos problemas de salud. Así pues, el actual monarca de Noruega se sumaría a la lista de Beatriz de Holanda, Alberto de Bélgica y Juan Carlos de España, quienes en su día decidieron dejar paso a las nuevas generaciones. De ser ciertas las informaciones sobre una posible renuncia de Harald, su hijo, el príncipe heredero Haakon, se convertirá pronto en el rey Haakon VIII y su esposa, Mette-Marit, en reina consorte de Noruega.