Ni ajos ni Monopoly: 10 extrañas reglas que George y Charlotte tienen que seguir
Los hijos de Kate y Guillermo se someten a una disciplina real que incluye normas como aprender idiomas o terminar de comer antes de que lo haga la reina, entre otras
La vida en palacio no siempre es fácil. El príncipe George y la princesa Charlotte lo saben muy bien. Los hijos de los duques de Cambridge, de 4 y 2 años respectivamente, están desde su nacimiento sometidos a las normas impuestas desde Buckingham que todos los miembros de la familia real tienen que seguir. Algunas necesarias, otras lógicas y más de una realmente extraña. No sabemos si la llegada de nuevos aires a la corte (llámese Kate Middleton o Meghan Markle) puede hacer cambiar algunas de ellas, pero de momento es lo que hay.
Hemos rescatado 10 reglas que los bisnietos de la reina Isabel van a tener que seguir (algunas ya las siguen) por ser miembro de una de las familias reales más conocidas y poderosas del planeta.
Regla número 1: No están permitidos los diminutivos ni los motes.
Al menos en actos públicos aunque tampoco se conoce que se utilicen en el entorno de lo privado. Así que no se les llamará con apelativos cariñosos como Georgie o Charlie. De hecho, aunque nosotros llamamos a su madre Kate, deberíamos referirnos a ella como Catalina, duquesa de Cambridge.
Regla número 2: Come antes de que termine la reina
Cuando los miembros de la familia real se sientan a comer juntos, deben seguir el ejemplo de la reina. Una vez que ella termine de comer, todos los demás deben parar, así que si los pequeños están entretenidos jugando con la comida, es posible que no lleguen al postre.
Regla número 3: Respetar el 'dress code'
Existe un código de vestimenta estricto en la familia real que incluye que los pequeños no pueden ponerse vestidos de Barbie o vestirse de superhéroes. De hecho, George tiene que llevar pantalón corto hasta que tenga 8 años, mientras que su hermana siempre llevará un vestido y un cárdigan, y dependiendo del clima, podría usar medias.
Regla número 4: “Nou hablo j'español”
Como miembros de la familia real, en unos años viajarán por el mundo en representación de la Corona y se espera de ellos que hablen varios idiomas. Los príncipes ya han empezado con clases de español y de hecho George ya puede decir los números con fluidez.
Regla número 5: Nada de regalos en Navidad
No es que los pequeños no vayan a tener sus presentes como todos los niños del mundo, es que ellos los abren durante la Nochebuena y no el día de Navidad, que es lo que manda la tradición. Este cambio obedece a una tradición alemana que la familia real sigue desde hace años.
Regla número 6: Nada de selfies
Los miembros de la familia real no pueden hacerse un selfie ni solos ni acompañados. Una dura regla que les va a dejar a los príncipes fuera de la era digital y el poder de Instagram.
Regla número 7: Prohibido jugar al Monopoly
Aunque suene extraño, los niños y el resto de la familia tienen prohibido jugar a este juego de mesa conocido por ser fuente de muchas discusiones entre amigos y familiares que han echado alguna partida. Así que nada de cobrar, pagar, construir o ir a la cárcel.
Regla número 8: No podrán viajar con sus padres
Una de las normas que tendrá que adoptar George cuando cumpla 8 años es que no podrá volver a viajar con su padre, porque la Corona tiene prohibido que dos herederos al trono viajen juntos por si hubiera un accidente. De momento, debido a su corta edad, se le permite viajar con ellos.
Regla número 9: Nada de tiaras ni coronas
Parece una contradicción que cuando todas las niñas sueñan con ser princesas y se colocan coronas en la cabeza, precisamente la princesa Charlotte no pueda hacer lo mismo. De hecho las mujeres de la familia real británica solo podrán ponerse una tiara si están casadas. Así que aún le quedan años.
Regla número 10: No podrán comer ajo si están en Buckingham
Es una de las normas no escritas más extrañas y curiosas: al parecer la reina odia esta hortaliza, así que los pequeños, mientras estén en el palacio de su bisabuela, no podrán comer pollo al ajillo ni protegerse de los vampiros con una ristra.
La vida en palacio no siempre es fácil. El príncipe George y la princesa Charlotte lo saben muy bien. Los hijos de los duques de Cambridge, de 4 y 2 años respectivamente, están desde su nacimiento sometidos a las normas impuestas desde Buckingham que todos los miembros de la familia real tienen que seguir. Algunas necesarias, otras lógicas y más de una realmente extraña. No sabemos si la llegada de nuevos aires a la corte (llámese Kate Middleton o Meghan Markle) puede hacer cambiar algunas de ellas, pero de momento es lo que hay.