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El (penúltimo) tropezón de Máxima de Holanda en Utretch
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la reina estuvo a punto de caerse

El (penúltimo) tropezón de Máxima de Holanda en Utretch

La reina de los Países Bajos visitó un barrio de nueva construcción en la localidad holandesa y fue recibida con entusiasmo por la multitud

Foto:  Máxima de Holanda, en Utretch. (Cordon Press)
Máxima de Holanda, en Utretch. (Cordon Press)

No es la primera vez ni será la última. Ya en diciembre de 2016, la reina Máxima de Holanda estuvo a punto de estempanarse (o lo que es lo mismo, caerse de bruces) en Ámsterdam. Y ahora ha vuelto a hacerlo.

Eso sí, la mujer del rey Guillermo es una mujer sin complejos, natural y que no pierde la sonrisa ni en la peor de las circunstancias. En esta ocasión la ubicamos en Utretch, donde los taconazos le jugaron una mala pasada. Pero solo quedó en un susto...

placeholder Máxima, a punto de tropezar. (Cordon Press)
Máxima, a punto de tropezar. (Cordon Press)

La reina se había desplazado hasta la mencionada ciudad para participar en los actos del 20 aniversario de Leidsche Rijn, uno de los nuevos barrios, donde, como era de esperar, fue recibida en olor de multitudes. Se trata de la mayor operación urbanística que se ha desarrollado en este país en los últimos años y se espera que para 2025 tenga nada menos que 80.000 habitantes.

[LEE MÁS: Máxima de Holanda, su gesto 'muy humano' hacia una madre desesperada]

Máxima no decepcionó a la concurrencia, pues volvió a optar por uno de sus gigantescos sombreros y lo apostó todo al verde, tanto vestido de encaje como complementos eran de ese color. Sin embargo, en pleno fragor de estrechar manos, acercarse a la gente y repartir sonrisas, se tropezó, pero supo retomar la postura en cuestión de segundos.

placeholder El momento del tropezón. (Cordon Press)
El momento del tropezón. (Cordon Press)

Máxima visitó el parque que lleva su nombre, dio un paseo triunfal por el boulevard de París, donde no cabía un alfiler, y posteriormente, en un gran escenario en la plaza de Bruselas, se cantó en honor a la localidad y acabó la 'fiesta' con un gran sabor de boca.

Como es habitual en este tipo de ocasiones, la gente no paró de hacer fotos a la reina, que se marchó con un precioso bouquet de flores y con la sensación de haber triunfado una vez más. No es para menos...

No es la primera vez ni será la última. Ya en diciembre de 2016, la reina Máxima de Holanda estuvo a punto de estempanarse (o lo que es lo mismo, caerse de bruces) en Ámsterdam. Y ahora ha vuelto a hacerlo.

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