Cinco expertos dan su opinión sobre el rifirrafe de Letizia y Sofía, dos años después

2 años han pasado ya desde que doña Letizia y doña Sofía protagonizaban un tenso rifirrafe en la catedral de Palma. Era el día de Pascua, y como todos los años, la familia real se reunía en la isla para pasar estos días. Tras la misa, se vivía un desencuentro entre suegra y nuera. La emérita, al intentar hacerse una foto con Leonor y Sofía, era increpada por doña Letizia ante un conciliador Felipe VI y un atónito Juan Carlos.

El vídeo en el que se veían esos segundos de tensión hizo correr ríos de tinta, tanto en España como fuera de nuestras fronteras, y la aparición de Marie-Chantal de Grecia asegurando que la Reina "había enseñado sus verdaderos colores" no hizo más que avivar la polémica. Ahora, 24 meses después, en Vanitatis hemos querido conocer la opinión de expertos en distintos ámbitos y si creen que las dos Reinas, sobre todo Letizia, han sabido reponerse tras el escándalo.

Pilar Urbano, biógrafa de la reina Sofía

"Ha pasado mucho tiempo ya. Agua pasada no mueve molino. El mismo día yo llamé a Zarzuela y pregunté por lo que se iba a hacer tras esos ocho segundos de vídeo que había visto todo el mundo. Es algo que está ya en el imaginario colectivo. Tomaron nota y me aseguraron que iba a haber una reacción, como así hubo. Es cuando hicieron la ‘escenita’ en el hospital en el que estaba don Juan Carlos, con la reina Letizia ejerciendo de abrecoches de la reina Sofía. Esa fue la reacción oficial de la Zarzuela. Muy teatral, por cierto. Hicieron las paces, se dejaron ver después en muchos sitios. No fue más que una escenificación de la concordia. A partir de ahí, se llevarán como se quieran llevar. Pero, claro, dadas las noticias explosivas del rey Juan Carlos, es lógico que el rey Felipe y su esposa quieran separarse ahora de la familia, casi profilácticamente, como si del virus Covid-19 se tratara. Ya no es una crisis por ponerle un brazo encima a la princesa Leonor, como en Palma: se trata de que no va a recibir la herencia que pueda ser oscura o ilegal. Están guardando unas distancias muy recomendables de saneamiento".

Cristina Cifuentes, política

"Fue precisamente a raíz de la publicación de ese polémico vídeo (que se hizo viral en apenas unas horas) que la Casa Real fue más consciente que nunca de la importancia de seguir una política de 'gestos públicos'. De hecho, apenas unos días después la reina Sofía y la reina Letizia pudieron escenificar la resolución del malentendido, con ocasión de una visita al hospital al rey Juan Carlos, que acababa de ser operado de la rodilla. Y con posterioridad hubo muchas otras ocasiones para demostrar públicamente la 'buena' sintonía familiar. En cualquier caso, siempre nos quedará la duda de si realmente hubo un desencuentro entre reinas, o si tan solo fue un desafortunado gesto (malinterpretado por los medios) de la reina Letizia para preservar a la princesa Leonor y la infanta Sofía de la marea de fotógrafos apostados a las puertas de la catedral de Palma y dificultar su labor".

Verónica Fumanal, consultora en comunicación política

"Lo que más salió dañado en aquel momento fue la imagen de doña Letizia. Desde el primero momento, ella ha tenido que hacer frente a múltiples críticas, especialmente por parte de aquellos que han visto en su figura un elemento incómodo. Ella es la parte más débil, en términos de imagen pública, de toda la Casa Real. En aquel momento vio como una fricción con su suegra venía a mermar más esa imagen. La familia real vende un valor de familia, es el porqué básico de la institución.

Por eso, con aquella escenificación de un conflicto familiar se venía a poner en duda la propia institución, dado que atacaba el valor que la sustenta. La solución que intentaron poner fue insuficiente ya que todo el mundo entiende que esa cordialidad forzada delante de las cámaras se hizo para intentar paliar la mala imagen que habían dado el domingo anterior. Después, tampoco ha tenido una continuidad en el tiempo. Es verdad que las hemos visto alguna vez cogidas del brazo, pero todo el mundo sabe que ni se van juntas de compras ni comparten confidencias. Es una relación entre fría e inexistente. En aquel momento, intentaron poner un paño que evidenciaba que la relación no era buena. Una buena opción hubiera sido la normalización, intentar no forzar aquella escena posterior en el hospital. Quizá todo se hubiera quedado mucho más diluido. Hoy, dos años después, creo que es difícil que ese momento se repita. Va a ser muy excepcional el que las dos generaciones se vuelvan a encontrar".

Cristian Salomoni, analista de la conducta en Nechi Group

"La comunicación no verbal nos ayuda a entender el desencuentro de las dos Reinas. En este caso, podemos entender que estamos delante de una madre preocupada por la imagen pública de sus hijas. Fue, en definitiva, una reacción muy natural de una madre preocupada por el cuidado y protección de sus hijas. Seguramente es un fallo por parte de la Reina no entender que en todo momento están expuestos a fotógrafos, ya que para ella y sus hijas lo personal es público y siempre estará bajo la mirada de todo el mundo desde su compromiso con el Rey, una mirada incluso mas exigente al no ser de sangre real. Pero es indudable que lo que vino después de este 'manotazo' fue un lavado de cara.

Una semana después veíamos cómo la reina Letizia abría las puertas del coche a su suegra a la llegada al Hospital Universitario de La Moraleja, donde el Rey emérito acaba de someterse a una operación. Vemos sonrisas, afabilidad, alegría, Letizia caminaba un paso por detrás de Sofía en todo momento. También el domingo de esa semana vemos que Sofía acudía a la clínica, esta vez, con las nietas de la mano. Es indudable que se trataba de una estrategia (algo patosa) de Casa Real para limpiar la imagen de lo que pasó, ya que a Letizia no solemos verla abriendo la puerta a su suegra.

Analizando otro vídeo, de suegra y nuera en un mercado de Mallorca, vemos que recrean una imagen cotidiana donde hay señales de afecto entre la abuela y las nietas, pero vemos detrás a Letizia como orquestando en segundo plano algunos pasos mas atrás, indicando las fotos que se van tomando. La estrategia es clara. La monarquía pasa por un momento crucial: el caso Corinna, un Rey emérito que no sabemos dónde estaba en ese entonces, un cuñado en la cárcel. Por eso, se quiere dar un rol protagonista a las mujeres de la Casa Real unidas para limpiar la imagen de los varones".

Ana Palenzuela, experta en protocolo

"La escena que protagonizó la familia real en la misa de Pascua de 2018 acaparó durante días numerosos titulares en los principales medios de comunicación a nivel nacional e internacional. De hecho, aún hoy, dos años después, tenemos grabada en nuestra retina la secuencia de lo que ocurrió a las puertas de la catedral de Palma. ¿Por qué? Por el contexto en el que se produjo: un acto institucional que por su connotación (es de los pocos que reúne a la familia real al completo) levanta mucha expectación.

Hasta el momento, más allá del famoso 'déjame terminar' de la petición de mano, es la primera vez que en un acto de estas características un miembro de la familia real se deja llevar de manera tan ostensible por sus emociones, y eso, al fin y al cabo, es noticia, y más aún si lo protagoniza doña Letizia, cuyos gestos son analizados al milímetro. Al margen de si sus relaciones personales son buenas o malas (nunca lo sabremos), como buenas profesionales han sabido sobreponerse por el bien de la institución, demostrando a través de gestos en público de admiración y respeto que su relación de Reina emérita y Reina es extraordinaria".