El conflicto reputacional de las infantas Elena y Cristina más allá de la Corona
Ambas trabajan en organismos cuyo objetivo principal es contribuir a la mejora de la sociedad. Sus estrictos códigos éticos podrían abrir la puerta a la toma de represalias
El segundo punto de los principios institucionales de la Fundación Mapfre exige a sus empleados una "actuación ética, transparente y socialmente comprometida". Además, "debe garantizarse el respeto a los legítimos derechos de todas las personas físicas o jurídicas con las que se relaciona y con los de la Sociedad en general". Ello implica, siempre en el ejercicio de sus funciones (no se habla de la vida privada), el "cumplimiento estricto de las leyes y contratos y de las obligaciones que de ellos se derivan, así como de los buenos usos y prácticas".
El miércoles por la mañana decenas de periodistas se agolpaban a las puertas de la Fundación Mapfre. La centralita recibió llamadas de medios de comunicación de todo el mundo, desde la CNN al 'Wall Street Journal'. El motivo de tal interés no era ninguno de sus proyectos sociales o culturales, sino captar las primeras palabras de la infanta Elena un día después de que El Confidencial adelantara que ella y su hermana Cristina se vacunaron durante un viaje reciente a Abu Dabi. Siempre amables, en la Fundación declinaron dar ningún tipo de información: "Hemos tenido muchas consultas sobre este tema, sí, pero no hablamos sobre nuestros empleados".
Doña Elena ejerce como directora de Proyectos Sociales en la Fundación Mapfre, donde trabaja desde el verano de 2008. No forma parte del comité de dirección, ni tampoco del patronato. La Fundación Mapfre tiene entre sus objetivos contribuir a la mejora de la sociedad y al interés general, a través de distintos campos de actuación. El área social en el que Elena de Borbón está implicada tiene entre sus fines fomentar la integración de colectivos en riesgo de exclusión social, ofrecer respaldo y soporte a personas en una situación más desfavorecida, apoyar la educación como herramienta de desarrollo y facilitar la incorporación al mundo laboral. Para ello, llevan a cabo programas como 'Sé solidario', en el que tratan de difundir "el valor de la solidaridad como uno de los elementos de convivencia más importantes de la sociedad".
Los principios éticos que mueven a la entidad son "difícilmente conciliables" con la actuación en el ámbito privado de la infanta Elena, como admite una fuente experta en este sector, que matiza que se vacunó "en el ejercicio de su libertad y dentro de su vida privada". La hermana del rey Felipe se inmunizó, según ella misma explicó en un comunicado enviado a 'El Mundo', "con el objeto de tener un pasaporte sanitario" que le permitiera visitar a su padre el rey Juan Carlos regularmente.
A lo largo de estos años, la presencia de la infanta Elena en la Fundación Mapfre ha permitido "abrir puertas", impulsar proyectos y dar visibilidad a varios programas de cooperación en Latinoamérica a través de varias giras internacionales.
El código ético de la Fundación Mapfre es especialmente estricto con los miembros del patronato (la Infanta no pertenece a él), que deben de cumplir con el requisito de la "honorabilidad personal y profesional". Esto se traduce en varias prerrogativas, como tener "una trayectoria personal intachable de respeto a las leyes así como a las buenas prácticas", o "no haber incurrido en circunstancias que puedan dar lugar a que su pertenencia en el Patronato pueda poner en riesgo los intereses o la reputación de Fundación Mapfre, o de cualquiera de las entidades controladas por aquella". "En el caso de incumplimiento sobrevenido de alguno de dichos requisitos que pueda afectar a la reputación de Fundación Mapfre o de cualquiera de las entidades controladas por ella, aunque no haya sentencia judicial o decisión administrativa firme, se estará a lo que determinen los órganos de gobierno".
Fundación La Caixa, "nada que declarar"
El caso de la Fundación La Caixa es diferente, no porque su código ético sea menos idealista, sino porque ya han vivido antes este 'problema' con la infanta Cristina y el tiempo les dio la razón. El asunto Cristina de Borbón ha salido a relucir de vez en cuando en sus juntas de accionistas. En abril del año 2016, por ejemplo, en un encendido encuentro, la entonces Caixabank se vio obligada a defender públicamente ante los accionistas la presunción de inocencia de su empleada, investigada entonces por el caso Nóos (y absuelta posteriormente). En la organización se la tiene en estima y desde que se incorporó en 1993 ha demostrado sus capacidades.
"Integridad y transparencia: los que formamos parte de la Fundación La Caixa debemos desempeñar nuestra actividad con integridad, honestidad y transparencia. Además, promovemos que las entidades sociales, colaboradores y proveedores con los que se relaciona la entidad sigan los mismos estándares de conducta", se lee en su hoja de ruta ética, a la que están sujetos todos sus empleados "con independencia de la modalidad contractual por la que se encuentren vinculados a la entidad, directivos y miembros del Patronato". No dice nada de su conducta en su vida privada.
Como directora del Área Internacional, Cristina de Borbón gestiona programas y proyectos "dirigidos a favorecer el desarrollo socioeconómico sostenible y la mejora de la salud global en las poblaciones más vulnerables del mundo" (según su currículo oficial). Irónicamente, es una gran experta en temas de vacunación. "Hasta la fecha ha visitado y trabajado en más de 20 países de África, Asia y Latinoamérica. Su compromiso con la lucha contra la mortalidad infantil se ve reflejada en su relación con Gavi, la Alianza de Vacunas, desde 2005. En 2008 impulsó el acuerdo de colaboración entre La Caixa y Gavi, y la creación de la Alianza Empresarial para la Vacunación Infantil". Desde Ginebra, gestiona y coordina los programas de la Fundación La Caixa con diversos organismos internacionales de Naciones Unidas con sede en la ciudad suiza. "Así mismo, fomenta programas de colaboración con las fundaciones culturales y sociales de la Aga Khan Development Network en su calidad de coordinadora Interagencias de la Aga Khan Trust and Culture".
Presidenta de ISGlobal, que promueve la equidad
Entre sus múltiples cargos, doña Cristina es presidenta del patronato del prestigioso ISGlobal (Instituto de Salud Global de Barcelona), una "organización sin ánimo de lucro que tiene por objetivo mejorar la salud global y promover la equidad en salud a través de la excelencia en la investigación y de la traslación y aplicación del conocimiento". En su código de buen gobierno, aprobado en 2018, se especifica: "El respeto a la ética y a las leyes debe inspirar la actuación de quienes integran la Fundación, lo que implica actuar con la diligencia de un buen administrador, buena fe y primacía de las finalidades de la Fundación en consonancia con la voluntad de los fundadores. Y, en especial, todas aquellas actitudes y prácticas derivadas de normas de derecho público y privado que establecen los umbrales de la ética y la diligencia debidas".
Hace un mes y medio 15-Febrero fui a la televisión a explicar qué pasaría si no se tomaban medidas para evitar la propagación del #COVID19. Parecía exagerado. Lo peor de todo es que #siento_una_pena_profunda de no haber logrado convencer a los políticos ni a los medios.
— Oriol Mitjà (@oriolmitja) March 29, 2020
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Consultamos con ISGlobal si existe la posibilidad de que tomen represalias por la conducta en su ámbito privado de la infanta Cristina: "En el Patronato de ISGlobal hay representadas diversas instituciones, y los miembros que forman parte de él lo son en función del cargo o responsabilidad que desempeñan en estas instituciones, a las que representan. La posibilidad de proponer cambios en el Patronato depende exclusivamente de las instituciones que forman parte del mismo", explican. La infanta es presidenta del patronato de ISGlobal en su calidad de directora del Área Internacional de la Fundación La Caixa, quien de momento no ha planteado el relevo de Cristina de Borbón de esta función.
Los principios de "honestidad, integridad y sentido común" que rigen el código ético de la Fundación La Caixa buscan también salvaguardar la imagen de uno de los referentes mundiales del sector. La obra social de la fundación bancaria desarrolla cuatro grandes ámbitos de actuación: programas sociales; de cultura y ciencia; investigación y salud, y educación y becas. "La reputación de la Fundación La Caixa depende de la percepción que genere en la sociedad a través de la actividad desarrollada por la entidad en todos sus ámbitos de actuación y de la conducta de sus empleados, directivos y miembros del Patronato", se lee en su código ético.
La fundación catalana ha "declinado hacer cualquier valoración" sobre el tema de la vacunación de la hermana pequeña del Rey por tratarse "de un asunto ajeno a la entidad".
El segundo punto de los principios institucionales de la Fundación Mapfre exige a sus empleados una "actuación ética, transparente y socialmente comprometida". Además, "debe garantizarse el respeto a los legítimos derechos de todas las personas físicas o jurídicas con las que se relaciona y con los de la Sociedad en general". Ello implica, siempre en el ejercicio de sus funciones (no se habla de la vida privada), el "cumplimiento estricto de las leyes y contratos y de las obligaciones que de ellos se derivan, así como de los buenos usos y prácticas".