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Muere el primogénito del jeque Ashmawi, al que llora la jet set de Marbella
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IN MEMORIAM

Muere el primogénito del jeque Ashmawi, al que llora la jet set de Marbella

Ahmed Ashmawi se convirtió, al igual que su padre, en una figura icónica para la localidad malagueña

Foto: Ahmed Ashmawi, con Carolyn Mahboubi en 2014. (Cordon Press)
Ahmed Ashmawi, con Carolyn Mahboubi en 2014. (Cordon Press)

Ahmed Ashmawi, hijo del jeque Ashmawi, heredero del imperio de su padre y gran amigo del rey de Marruecos, Mohamed VI, falleció ayer en Marbella, tras una larga enfermedad. El primogénito del mejor embajador que ha tenido Marbella en el mundo árabe llora ahora su ausencia. Llegan condolencias desde la capital alauita donde su amigo el rey, que le mandaba su flota aérea particular para cuando la necesitaba, ahora lamenta su pérdida.

Una de sus personas más allegadas, el príncipe Hubertus de Hohenlohe, señala a Vanitatis: "Ha sido un palo. Este mismo verano estaba en mi exposición, animándome él a mí. Pero hace una semana hable con él y me dijo que estaba flojo, que ya solo podía hacer un evento por semana. Ni siquiera pudo venir a la fiesta de Simona, mi mujer. Pero era tan optimista, tenía tan poco miedo a morirse, que nunca pensé que la enfermedad del cáncer pudiese con él. Desde pequeños jugamos juntos en su palacio de Tánger”.

placeholder Con Sheetal Mafatlal, en una imagen de 2010. (Alamy)
Con Sheetal Mafatlal, en una imagen de 2010. (Alamy)

La familia Ashmawi poseía en la ciudad marroquí un palacio al lado del rey Mohamed VI, gran amigo de Ahmed, con el que iba a esquiar asiduamente. Allí se celebraban grandes fiestas. A una de ellas acudió Vanitatis. La familia siempre homenajeaba en la fiesta del Cordero a sus amistades marbellíes, para hacerlas partícipes de sus tradiciones invitándolas a sus eventos en Tánger. Y así, el palacio se llenaba de la sociedad más variopinta, guiados siempre por el patriarca de la familia, el jeque Ashmawi. Por su buen hacer por la ciudad de Marbella se le ha inmortalizado con un monolito en la rotonda junto a la avenida que lleva su nombre, en la Milla de Oro, como representante de la vida social marbellí en los años 90.

El mejor embajador

Ahmed Ashmawi recogió el testigo de 'embajador' de su padre cuando este falleció. El jeque era el importador oficial de Rolls-Royce para Arabia Saudita, aparte de poseer pozos y propiedades en Yambo y palacios en Tánger, Costa de Marfil, Egipto y otros lugares. La familia tiene un espectacular garaje de San Pedro Alcántara, al que los amigos le llaman la 'cuadra', donde se encuentra la flota de automóviles más espectaculares del planeta, con prototipos exclusivos y reliquias del automóvil que marcaron época.

En ellos se han paseado desde las celebrities de Hollywood que pasaban por la Costa del Sol a mandatarios políticos de diferentes nacionalidades. Los coches eran la pasión de Ahmed. También su yate Neeveen (el nombre de su hija y hermana), varado en Puerto Banús, y donde tenían lugar a bordo recepciones con la presencia de personalidades del mundo árabe y de Europa y América.

La tristeza de Carmen Lomana

Carmen Lomana, amiga de la familia, muestra su dolor a Vanitatis: “No me lo puedo creer. Era maravilloso. Este mes de agosto cené con él. Yo le adoraba y, entre broma y broma, en la cena, él sabía que era la última vez. En el segundo plato se tuvo que levantar e irse porque no se encontraba bien. Qué poco ha durado”. Otros de los que lo han despedido con bonitas palabras han sido el conde Rudi y Maria Luisa de Prusia, dándole su último adiós.

placeholder  Carmen Lomana.
Carmen Lomana.

Ahmed Ashmawi ayudó a la promoción internacional de Marbella, que ya había iniciado su padre. Él mismo fue el artífice de contratar un canal, en pleno éxito de la cadena de televisión Al Yazira, para emitir por satélite desde Marbella hacia toda Africa y el mundo árabe. Montó unos estudios justo enfrente del Marbella Club, desde donde se emitían noticias y reportajes a todo el mundo árabe. En una de las fiestas de su palacete de Tánger, a la que asistió este medio, su padre el jeque paralizó la programación con una llamada de teléfono para que su cuñada, una cantante tangerina hermana de su última esposa Samia, cantara sus canciones. Cuentan que en Egipto se quedaron 'ojipláticos', cuando de repente se interrumpió la telenovela y apareció una señora con sus cánticos marroquíes.

Con la flota aérea de Mohamed VI

El rey Mohamed VI ha enviado sus condolencias a la familia. Eran muy amigos. Tanto es así que cuando hace un par de años se inauguró un monolito de mármol de Carrara con el logotipo de Mohamed Ashmawi y cuando se le dedicó la rotonda y la avenida que lleva su nombre a su padre, el rey de Marruecos envió su flota aérea particular y una formación de aviones militares para darle todos los honores en Marbella al jeque. En la arteria principal de la ciudad, Ricardo Soriano, se celebró una gran fiesta donde participaron bandas de gaiteros escoceses, bandas de música y todo un desfile, al que no faltaron las principales personalidades de la vida social de la ciudad.

placeholder Mohamed VI, en una imagen de archivo. (Getty)
Mohamed VI, en una imagen de archivo. (Getty)

El 'hijo del jeque', como llamaban a Ahmed, era muy querido en los distintos países en los que realizó su labor como empresario. La gran amistad que le unía a su padre con Adnan Khashoggi, hijo del médico la familia real saudí, siguió con los años. Y hoy Lamia, la esposa del magnate sirio, que trajo personalidades a Marbella de la talla de Elizabeth Taylor o presidentes y jefes de Estado, como el presidente del Congo, Mobutu, le ha querido homenajear desde Mónaco, donde se encuentra actualmente, enviándole una gran corona de flores con el epitafio: “Querido Ahmed, lamentablemente te has ido”.

Ahmed Ashmawi, hijo del jeque Ashmawi, heredero del imperio de su padre y gran amigo del rey de Marruecos, Mohamed VI, falleció ayer en Marbella, tras una larga enfermedad. El primogénito del mejor embajador que ha tenido Marbella en el mundo árabe llora ahora su ausencia. Llegan condolencias desde la capital alauita donde su amigo el rey, que le mandaba su flota aérea particular para cuando la necesitaba, ahora lamenta su pérdida.

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