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Leonor, felizmente ausente en Atenas
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OPINIÓN

Leonor, felizmente ausente en Atenas

La notable ausencia de la princesa Leonor en el funeral de Constantino está llena de sentido, ya que Zarzuela quiso evitar la foto de la heredera con su todavía proscrito y real abuelo

Foto: La princesa Leonor, a su llegada a los Premios Princesa de Asturias. (Limited Pictures)
La princesa Leonor, a su llegada a los Premios Princesa de Asturias. (Limited Pictures)

No es por malmeter entre tanta opinión adversa, pero a mí se me antoja que la ausencia de la princesa Leonor en el funeral de su tío abuelo Constantino está llena de sentido. Si algo ha aprendido la actual Casa Real española de la tragedia de sus parientes griegos es que el futuro de las contemporáneas monarquías parlamentarias está directamente relacionado con el sentir de sus respectivos parlamentos. Y en lo relativo a los sentimientos y las emociones -que es lo que ya define a la política del presente-, la imagen es más poderosa que cualquier discurso.

Lo palmario en este sentido es que Zarzuela quiso evitar la foto de la heredera con su todavía proscrito y real abuelo. El consabido cordón sanitario con don Juan Carlos seguirá institucionalmente vivo a menos que, de aquí a un año, cambie el signo político de las mayorías en las Cortes. Tan vivo sigue hoy dicho cordón que, pese a la tregua familiar que ha supuesto la compañía del emérito en Londres y en Atenas por las exequias de su tía Isabel II y de su cuñado, el exrey de Grecia, la Casa del Rey se ha encargado de evidenciarlo a través de fotografías oficiales.

placeholder Leonor, en los Premios Princesa de Asturias. (LP)
Leonor, en los Premios Princesa de Asturias. (LP)

Después de que las televisiones repitieran en bucle las novedosas imágenes de una muy digna y doliente reina Sofía sentada en el banco de la iglesia, atendida y consolada por un solícito marido y rey, vuelto por unas horas de su exilio, Zarzuela contraponía todo un editorial gráfico que copaba redes y portadas al día siguiente: Los Reyes, en primer plano, estrechamente ligados a doña Sofía, hermana del finado y la más querida por el monarca y por las encuestas. El emérito, tambaleante, solo sostenido por sus ayudantes, varios metros atrás.

placeholder Los Reyes, con Leonor a su llegada a Cadeveu. (LP)
Los Reyes, con Leonor a su llegada a Cadeveu. (LP)

Pero de lo palmario a lo sutil, puestos a preservar el archivo fotográfico de Leonor, mejor seguir construyéndole un álbum -esto es, un relato- coherente, definido. Fuera de sus apariciones estipuladas, léase los Premios Princesa de Asturias y Girona, la primogénita de Felipe VI solo ha roto su férreo y exagerado blindaje -inédito, por cierto, en las monarquías reinantes- para participar o presidir actos de claro mensaje social y solidario. Los refugiados ucranianos, la Cruz Roja… Son contadísimas y muy similares las ocasiones en que la heredera ha irrumpido en agenda.

Foto: La princesa Leonor. (LP)

A pocos meses de su jura de la Carta Magna, con un Gobierno que prioriza su propio calendario electoral a la obligación constitucional y expresa de que la Princesa comparezca en las Cortes el 31 de octubre, tal vez sea tarde para cambiar el foco. Antes que reencontrarse con la familia paterna en el funeral del hermano de su abuela, Leonor tuvo la oportunidad de hacerlo en ocasión más alegre y homologable a su posición, como fue la celebración de la mayoría de edad de Amalia de Holanda. Pero está claro que, a ojos de Zarzuela, la opinión pública en España tampoco estaba entonces para puestas de largo. Exceso de prudencia en el alambre institucional, muy posiblemente, pero coherencia al fin y al cabo.

placeholder Leonor y el rey Felipe, en los Premios Princesa de Asturias. (Limited Pictures)
Leonor y el rey Felipe, en los Premios Princesa de Asturias. (Limited Pictures)

La que, como su padre, parece llamada a representar un día el papel de primera funcionaria del Estado antes que el de soberana coronada podría calzar antes las botas de soldado que los zapatos de cristal. Y su familia será, salvo cambios de guion, la muy estricta familia real.

No es por malmeter entre tanta opinión adversa, pero a mí se me antoja que la ausencia de la princesa Leonor en el funeral de su tío abuelo Constantino está llena de sentido. Si algo ha aprendido la actual Casa Real española de la tragedia de sus parientes griegos es que el futuro de las contemporáneas monarquías parlamentarias está directamente relacionado con el sentir de sus respectivos parlamentos. Y en lo relativo a los sentimientos y las emociones -que es lo que ya define a la política del presente-, la imagen es más poderosa que cualquier discurso.

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