Don Felipe y doña Letizia muestran una zona hasta ahora desconocida del palacio de la Zarzuela

Siempre que los Reyes cumplen con un acto en el palacio de la Zarzuela, las imágenes se realizan en los mismos lugares. Las audiencias, en el salón Magnolia; los recibimientos, en la fachada principal... Sin embargo, en esta ocasión han querido cambiar de escenario y mostrarnos un punto de los jardines que hasta ahora desconocíamos. Ha ocurrido durante la comida que han mantenido con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su esposa, Verónica Alcocer, quienes se encuentran de visita de Estado en España.

Tras la ceremonia de bienvenida de esta mañana en el Palacio Real, las dos parejas han vuelto a encontrarse en Zarzuela; sin embargo, no han posado para los medios en el lugar de siempre, la escalinata principal, sino que han elegido un lugar distinto. Hablamos de la parte trasera del edificio, en la que se encuentra un gran patio con numerosos detalles que procedemos a describir.

Los Reyes han guiado al presidente y a la primera dama justo ante unas fuentes, en concreto dieciséis, rodeadas por numerosos árboles y un jardín de lo más cuidado. Al lado derecho, intuimos lo que es un parque infantil con tobogán y columpios. Una zona que doña Sofía mandó construir para sus hijos, pero que cuando nació Froilán comentó a la prensa que debía modernizar, siendo esta la primera vez que vemos la reforma.

No es este el mismo parque que aparece en las fotos del 40 cumpleaños de la Reina, ya que esas imágenes fueron tomadas en el Pabellón del Príncipe, residencia de don Felipe y doña Letizia, en la que Leonor y Sofía tenían sus propios columpios y toboganes, todo de madera.

También puede divisarse lo que son varias pistas de pádel, deporte que practican varios miembros de la familia real. En el otro lado vemos una escultura que representa una puerta con una reja.

Gracias a Google Maps vemos que al lado de las pistas, y rodeada por setos, se encuentra la piscina, un lugar del que sí existen fotografías, pero de cuando la infanta Elena, la infanta Cristina y don Felipe eran pequeños y los ahora eméritos proporcionaban más imágenes privadas, por lo que han pasado ya muchos años de eso.

En los jardines de Zarzuela encontramos también unas pistas de hípica que don Juan Carlos mandó construir hace unos años para que su primogénita, la infanta Elena, pueda practicar allí tanto cuanto quiera. También hay una ermita, que ha albergado algunos bautizos y comuniones reales, sobre todo en el pasado.

Podemos hallar también, entre cientos de árboles y distintas plantas, un guiño a Asturias: un hórreo. Fue en 1971 cuando una empresa asturiana se lo regaló a los entonces Príncipes para así salvarlo de una expropiación en su lugar de origen. Un lugar que pudimos ver gracias a que, en 2009, los ahora Reyes lo eligieron como escenario de su felicitación navideña junto a unas pequeñísimas Leonor y Sofía.

Ya dentro de Zarzuela encontramos, en la planta baja, a la que se accede por un gran hall, el despacho del Rey, una biblioteca, un comedor, una sala de visitas y varias salas de estar. En el primer piso están los dormitorios, cuartos de vestir y habitaciones de invitados. Al edificio original, se decidió añadirle dos alas en los laterales: una en la que ahora se encuentran las oficinas de los trabajadores, y otra que alberga habitaciones privadas de la familia.

Almuerzo en Zarzuela

Los Reyes han ofrecido este almuerzo en honor al presidente de Colombia y la primera dama tras un primer encuentro en el Palacio Real de Madrid. Para los actos, doña Letizia ha elegido un vestido de encaje blanco de la firma Sfera, de venta en El Corte Inglés, que ha combinado con unos nuevos slingback en nude con tacón sensato de Magrit, y unos nuevos pendientes de origen colombiano, en deferencia a sus invitados. Se trata de unos aros llenos de perlas de la firma Yibina, creados en Bogotá por la diseñadora de joyas Bibi Marini.

Por su parte, Verónica Alcocer vestía también un diseño blanco de estilo étnico y unos salones nude de Louboutin para el encuentro de la mañana, que cambiaba a mediodía por unos pantalones beis y una chaqueta de seda en color tofe.