De Mary de Dinamarca a Victoria: derroche de elegancia de las invitadas reales en Suecia

Suecia se ha convertido en el epicentro royal estos días por la celebración del Jubileo de Oro del rey. Carlos XVI Gustavo lleva ya cincuenta años en el trono y ha tirado la casa por la ventana para festejar tan señalada fecha. Un programa de actividades que arrancó hace meses, pero que llega a su máximo esplendor este jueves y viernes, con grandes eventos reales. Esta misma tarde ha tenido lugar un concierto de la Swedish Royal Opera en el palacio de Drottningholm, la residencia de los reyes, al que han acudido varias invitadas de la realeza, luciendo sus mejores vestidos de gala.

Como Mary de Dinamarca, que ha ido acompañando a su marido, el príncipe Federico, y su suegra, la reina Margarita III. Los tres, junto a Ana María de Grecia, hermana de la soberana danesa, se están hospedando en el barco real, el Dannebrog, que ha viajado desde Copenhague hasta Estocolmo. La princesa heredera, quien desde hace unos años viene demostrando que es la reina del reciclaje, ha recuperado un vestido de su armario, al que ha dado una nueva vida.

Es habitual que la australiana remodele sus diseños para que parezcan otros. Un hábito que demuestra su preocupación por el medioambiente, pues el motivo principal, como ella mismo contó, es no saturar el mercado de la moda. Mary ha optado por un vestido del diseñador danés Lasse Spangenberg, con fondo blanco decorado con grandes flores en negro. Se trata de un modelo con escote palabra de honor, al que la princesa ha añadido un cinturón negro con lentejuelas.

Para darle un toque más chic a su look, Mary ha añadido a su cuello un fular negro que caía por la espalda. En cuanto a la elección de joyas, ha optado por unos pendientes de diamantes y turquesas que pertenecen a su suegra y que tienen su origen en la emperatriz Catalina la Grande. Forman parte de una parure que cuenta con una tiara, un collar y demás piezas a juego, pero la princesa solo ha optado por los pendientes, el anillo y un broche que llevaba en el pelo, a modo de prendedor.

Las damas de la familia Bernadotte también lo han dado todo, como la princesa Victoria, quien ha elegido un vestido naranja. La futura reina de Suecia ha elegido un vibrante diseño de escote asimétrico, de inspiración helénica, que deja un hombro al descubierto, mientras que el otro está decorado con una gran flor en tres dimensiones. El cuerpo, drapeado, termina con una falda ligeramente plisada, dando volumen a la silueta de la heredera, quien llevaba prendida del vestido, como el resto de mujeres del clan, la insignia de la Orden Familiar, con la foto de Carlos XVI Gustavo.

Victora y Daniel han querido que sus hijos los acompañaran a esta cita. No es la primera vez que Estelle y Oscar acuden a un acto de gala, ya que estuvieron presentes en la cena con motivo del 18 cumpleaños de Ingrid Alexandra de Noruega. Estelle, que tiene once años, llevaba un vestido de H&M, de la colección sostenible Conscious, que perteneció a su madre. Se trata de un diseño verde de tul que ha sido especialmente modificado para que Estelle lo luzca en este acto en honor a su abuelo materno.

Por su parte, Magdalena se ha coronado como una de las invitadas más elegantes con un nuevo vestido de Marchesa. Un romántico diseño con el que se ha convertido en una auténtica princesa de cuento. La apodada como "la royal más bella de Europa" ha brillado con una creación en color rosa pastel, de escote palabra de honor y largo asimétrico, decorado con flores con detalles metálicos.

Sofía ha sido de las que ha repetido vestuario, con un diseño fucsia que estrenó en abril de 2022, en los galardones QX Gay. Nos encontramos ante un deslumbrante vestido con cuello alzado rematado en lazada XL, mangas transparentes abullonadas y falda larga de volantes del diseñador sueco Lars Wallin. Una elección perfecta que, sin embargo, no es exactamente igual al modelo original. Sofía le quitó la abertura que llevaba en el medio del top y que le daba un toque de sensualidad y prefirió cerrarlo completamente para hacerlo menos atrevido.

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