La relación de la familia real con Kike Figaredo, mentor de Irene Urdangarin en Camboya

En medio de las numerosas noticias sobre el ya finalizado proceso de separación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, se colaba casi de soslayo hace unas semanas un titular sobre la pequeña de la familia. Irene Urdangarin daba inicio a una nueva etapa en su vida tras cumplir 18 años, emprendiendo una aventura solidaria en Camboya para trabajar como voluntaria.

El 'culpable' de esta decisión era un gran amigo de la familia, el jesuita Kike Figaredo, convertido ahora en mentor de Irene Urdangarin en Asia. Claro que el vínculo no es nuevo, puesto que el ahora prefecto apostólico de Battambang guarda estrechos lazos con otros miembros de la familia real.

Es la revista '¡Hola!' la que lleva esta semana a su portada las primeras imágenes de Irene en el que será su hogar durante los próximos meses, mientras nos daba detalles sobre su nuevo trabajo, que se centra "en las víctimas de minas antipersonas y en cómo ayudar a las familias más desfavorecidas".

También nos muestran unas imágenes de la joven montando en bicicleta con una camiseta de la ONG Sauce, para la que trabaja, y del lugar donde reside, además de unas fotos acompañada de su mentor, monseñor Kike Figaredo.

Habiendo heredado de su familia la voluntad católica de ayuda al prójimo, en su decisión de dejar momentáneamente a un lado los estudios para emprender esta encomiable labor han pesado mucho las palabras de su hermano Juan, que ya fue cooperante en la ciudad camboyana de Battambang con la misma fundación del sacerdote nacido en Gijón.

Enrique Figaredo Alvargonzález, el a veces conocido como el 'primo pobre' de Rodrigo Rato, llegó al país del sudeste asiático en 1985 después del genocidio que sufrió la nación bajo la dictadura de Pol Pot. El también presidente de Cáritas Camboya pertenece a una influyente familia de empresarios asturianos y, como hemos señalado, es primo carnal del que fuera vicepresidente del Gobierno.

El archilaureado religioso, al que todos conocen como Kike, ha fundado en la ciudad de Battambang el Centro Arrupe para jóvenes con discapacidad, por el que han pasado muchos veranos numerosos y destacados cachorros de la jet set española.

Pero, además de los hijos de destacados empresarios, también numerosos miembros de la familia real española han pasado en algún momento por sus instalaciones en la segunda ciudad más grande de Camboya. Con la llegada de Irene, los cuatro hijos de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina han visitado ya el país.

Pablo lo visitó cuando tenía tan solo 7 años, en compañía de su madre, en una de sus visitas en calidad de responsable del área internacional de la Obra Social de La Caixa. Luego sería el turno de Juan, que tras licenciarse en Relaciones Internacionales por la Universidad de Sussex, realizó un año de cooperación junto a Kike Figaredo, donde recibió la visita de su hermano Miguel, antes de poner rumbo a la India.

Los Urdangarin siempre han sido una familia con profundas convicciones religiosas. Sus padres, Juan Mari Urdangarin y Claire Liebaert, inculcaron estos valores a sus hijos, e Iñaki se ha aferrado a ellos ante las adversidades. El exjugador de balonmano luce a menudo con orgullo la pulsera que llevan también su exesposa, sus hijos y la infanta Elena, y que conmemora la obra religiosa de Kike Figaredo.

Muy involucrada con la obra que realiza el sacerdote está desde hace años la infanta Cristina, que al igual que su madre recibió de manos del sacerdote una cruz de plata camboyana que usa en sus frecuentes visitas al país.

La propia doña Sofía se desplazó en 2008 a Camboya en uno de sus numerosos viajes de cooperación e incluyó en su agenda una parada en el Centro Arrupe de esta ciudad limítrofe con Tailandia, donde pudo comprobar en primera persona la atención dispensada a medio centenar de niños discapacitados que se vieron afectados por las minas.

Los actuales Reyes, cuando eran Príncipes de Asturias, también presidieron la entrega de un premio en reconocimiento a los logros de la fundación de Kike Figaredo. Y el pasado mes de noviembre, Felipe VI recibió en el palacio de la Zarzuela al jesuita, que le agradeció la contribución de nuestro país a Camboya.

Conocido como 'el obispo antiminas', ya que Camboya es el país con más minas antipersonas del sudeste asiático, monseñor Enrique Figaredo, junto con ONG y voluntarios, lleva 35 años desarrollando proyectos sociales y humanitarios de diferente naturaleza, incluyendo el apoyo a personas con discapacidad, educación, agricultura, salud y desarrollo socioeconómico, creando así una economía social en Battambang de la cual se benefician más de 80.000 personas.