El lenguaje corporal de la infanta Cristina que deja clara su verdadera relación con la novia de su hijo Pablo Urdangarin

Con permiso de la Super Bowl, que supone una de las grandes citas deportivas del año, también este fin de semana ha habido tiempo para otros esperados momentos del mundo del deporte. Uno de ellos, el partido entre el Granollers y el Helvetia Anaitasuna, que contó en las gradas con la novia de Pablo Urdangarin y la infanta Cristina, cuyo lenguaje corporal dejaba clara la relación que tiene con la joven.

Fue un encuentro muy igualado, por lo que tanto Johanna Zott, la novia de Pablo Urdangarin, como la infanta Cristina sufrieron mucho desde sus asientos. Vibraron con cada jugada y celebraron los goles de su pareja e hijo, respectivamente. También hubo tiempo para la preocupación, puesto que en un momento determinado del juego, el nieto de los Reyes eméritos tuvo algún problema y se golpeó en la cabeza, sin mucha gravedad.

Convertidas en hinchas absolutas del balonmano desde que Pablo empezó a despuntar, las dos comentaron cada jugada y protestaron por las decisiones arbitrales. Finalmente, el marcador se inclinó a favor del Granollers y ambas pudieron felicitar a su jugador estrella cuando el equipo al completo se acercó a las gradas para recibir el cariño del público.

A nadie se le escapa que son las primeras imágenes de la infanta Cristina en nuestro país desde que se conociera que por fin había firmado el divorcio de Iñaki Urdangarin, el pasado 21 de diciembre en Madrid. Tras las Navidades, la hermana del rey Felipe había pasado la mayor parte del tiempo en Suiza, preparando el viaje a Camboya de su única hija, Irene, tal como podíamos ver hace unos días en las revistas.

La firma ante notario de su nueva situación sentimental no ha cambiado en nada sus costumbres, que pasaban por viajar siempre que pudiera a Barcelona para apoyar a su hijo Pablo en cada partido, intentando no coincidir, eso sí, con su exmarido.

Junto a sus hijos se siente arropada y, aunque ahora vive su hijo Miguel con ella, dando así una especie de relevo a Irene por su viaje a Asia para trabajar como voluntaria, aprovecha cualquier mínima oportunidad para pasar tiempo con Pablo, instalado desde hace años en Barcelona, una ciudad que además ella conoce muy bien y en la que sigue teniendo compromisos laborales por su trabajo con la Fundación La Caixa.

Pero doña Cristina no es la única que ha viajado para disfrutar de este partido y disfrutar de la compañía de Pablo Urdangarin. Hay que recordar quer Johanna se instaló hace unos meses en Alemania con una beca Erasmus, por lo que ya no pueden verse tanto como antes y los dos han hecho de los aeropuertos una especie de segunda casa, con frecuentes viajes para poder encontrarse.

Tras el partido y pasar por vestuarios, Pablo Urdangarin se reunió con su madre y su chica en los pasillos del Palacio de Deportes, la sede donde disputa sus partidos el Granollers. Ya estaban ambas mucho más tranquilas, después de haber vividos momentos de auténtica tensión mezclados con la más absoluta euforia. Y todo acompañado de sus correspondientes aplaudidores hinchables, que tan de moda se han puesto entre los aficionados al deporte en vivo.

Con tensión o sin ella, lo cierto es que la novia de Pablo Urdangarin y la infanta Cristina se mostraron totalmente cómplices durante todo el partido. En un momento dado, incluso la hija pequeña de los Reyes eméritos no dudó en compartir con su nuera lo que había en la pantalla de su teléfono móvil. Sonrisas, intercambio de impresiones... Gestos, en definitiva, que demuestran su buena relación.

Fue en marzo de 2023, hace apenas un año, cuando Vanitatis ofrecía en exclusiva las primeras imágenes de la pareja, sin que en ese momento se supiera la identidad de la afortunada. Solo unos días después, ya se conocía el nombre de Johanna Zott, una joven que no solo ha enamorado a Pablo Urdangarin, sino también a la infanta Cristina y al resto de la familia, tal y como pudimos ver en el cumpleaños del Rey emérito, donde se mostró como una más de la familia Borbón.