Miguel Urdangarin se muda a Ginebra para estar con su madre y emprender proyectos

El pasado mes de diciembre, cuando la infanta Cristina ya sabía que iba a estampar su nombre en uno de los documentos que más dolor le han causado, su divorcio de Iñaki Urdangarin, recibía una buena noticia: su tercer hijo, Miguel, volvía a vivir en Suiza con ella.

Justo en el momento en el que Irene vivía en Zarzuela con su abuela, la reina Sofía, y se preparaba para hacer las maletas e irse de cooperante a Asia, como había hecho años atrás su hermano Juan. Justo cuando Cristina de Borbón se enfrentaba a su futura soledad. Ante el abismo del nido vacío, el chaval decidía estar con su madre.

A sus 22 años, es licenciado en Biología Marina desde finales de julio del pasado año en Reino Unido, y el joven ha estado los meses posteriores a su graduación en el país británico ampliando su formación. Finalmente, y ante la inminencia del viaje de Irene (se fue hace unos días), Miguel quiso estar junto a su madre. En Ginebra ha empezado a estudiar algunos cursos y además tiene entre manos un proyecto que por ahora no es conocido.

Gran ausencia

Tanto es así, tan enfrascado está en sus asuntos personales, que fue una de las grandes ausencias en el 60º cumpleaños de su tía, la infanta Elena, el 20 de diciembre. Por entonces ya se había mudado a Ginebra y andaba ocupado al máximo. Sí que estuvo en el cumpleaños de su prima, la princesa Leonor, a finales de octubre, momento en el que ya barruntaba su mudanza. La familia, que sabe de los proyectos de Miguel, no quiere contar lo que planea. Y cuando dan algún detalle, prefieren que no se sepa por el momento.

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Como todo cuando se trata de los Urdangarin de Borbón, ellos prefieren dominar los tiempos de la información que aparece sobre ellos y cuando ven que es inevitable que algo salga a la luz, tratan de parar el golpe. Así ha sido con el divorcio de la Infanta e Iñaki, y así es con sus cuatro hijos. Lo que está claro es que Miguel está “muy entusiasmado” y que los cursos y sus proyectos “van viento en popa”.

"Independiente"

“Miguel siempre ha sido un tío muy inteligente y muy formado, con mucha iniciativa, independiente”, comenta una persona del entorno familiar. Y con ese carácter emprendedor, ha empezado una nueva vida en la que fue su casa durante años. Amplía su formación, se pone manos a la obra con su carrera profesional y, de paso, acompaña a su madre en los primeros meses de su 'nueva' soltería.

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El verano pasado, después de licenciarse, decidió pasar unos días en la naturaleza. El joven ha heredado de su padre el espíritu deportivo y apegado a la tierra, algo que despliega en sus aficiones y en sus estudios.

En Reino Unido, las carreras universitarias duran sólo tres años, y a partir de ese momento es cuando los jóvenes empiezan a especializarse para mejorar su currículum. En el caso del joven Urdangarin, ha pasado un tiempo antes de decantarse sobre qué hacer con su carrera. Y aunque ya lo tiene decidido, por el momento es algo que guarda en su entorno más íntimo.

Orgullo de padres

Tanto quienes le conocen ahora como los que le conocían ya de pequeñito, señalan que Miguel siempre ha sido la chispa de la familia, muy divertido, con una mirada penetrante e inteligente. Que siempre ha sabido lo que quería y ha sido además la alegría de la casa. Los padres de Miguel están muy orgullosos de él y fueron a Inglaterra a visitarle más de una vez, tanto Iñaki Urdangarin como la infanta Cristina.

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Su abuelo el rey Juan Carlos ha seguido sus pasos casi a diario, sobre todo desde que se fue a vivir a Abu Dabi, donde, informan desde el círculo del exrey, recibe cada mañana un informe de cómo va la vida de los seis hijos de las infantas Elena y Cristina. A ellos les costea la vida, lo hemos contado aquí tantas veces, y cuenta además con la ayuda inestimable de un coronel que trabajó en Zarzuela, quien ha hecho de mentor de todos los Urdangarin y los Marichalar.

Familia 'tocona'

Hace unas semanas veíamos e los cuatro hijos de la Infanta e Iñaki Urdangarin en las páginas de la revista ‘¡Hola!’. Habían pasado el fin de año en Vitoria con su padre y en las imágenes los veíamos especialmente cariñosos con Miguel. “Esta familia es muy de tocarse, de abrazos y besos”, relatan a Vanitatis fuentes directas, “y entre los hermanos se quieren mucho”.

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Esos gestos de cariño entre los cuatro venían provocados, en este caso en especial, por el divorcio de sus padres. Estaba ya firmado y ellos se demostraban el amor que se tienen. Y Miguel, al que menos habían visto en las últimas semanas por estar tan ocupado, recibía el mayor cariño de todos. Su movimiento geográfico ha dado una alegría a todos, en especial a su madre, claro, quien ha visto su soledad reconfortada al tener a su segundo hijo, el que voló lejos antes, de vuelta al nido. Un nido que no se ha quedado vacío.