¿Qué sobrinos de Felipe VI son también sus ahijados? El Rey y otros padrinos de los Marichalar y los Urdangarin

Amigos y familiares, todos íntimos y cercanos. Cuando los matrimonios Marichalar y Urdangarin escogieron a los padrinos de sus hijos, se decantaron por su círculo más cercano. Algo que, suponemos, hace la mayoría. Y de todos ellos, de los seis sobrinos del rey Felipe, dos son sus ahijados, uno por cada familia: Victoria de Marichalar y Miguel Urdangarin.

Don Felipe es un padrino cercano, nos cuentan fuentes solventes de la familia, y está pendiente de sus ahijados, a quienes llama y hace regalos. El Rey suele regalar a todos ellos, en el momento del bautizo, una edición especial del ‘Quijote’, libro que la mayoría guarda con cariño. Pero Felipe VI tiene seis sobrinos y todos ellos cuentan con sus propios padrinos.

El primer hijo que nació fruto de las relaciones matrimoniales de las infantas Elena y Cristina con sus respectivos maridos fue Felipe Froilán de Marichalar, quien ya desde muy pequeño nos regalaba titulares divertidos sobre sus comportamiento. Famosa fue su inquietud en la boda de los actuales Reyes, Felipe y Letizia, en la que iba en el grupo de pajes y terminó jugando cerca del altar sin prestar atención alguna al protocolo. Sus dos padrinos son los más mayestáticos de todos: su abuelo, el rey Juan Carlos I, y su abuela, Concepción Sáenz de Tejada, madre de Jaime de Marichalar.

Fallecida en 2014 a los 85 años tras sufrir un ictus, la abuela de Felipe de Marichalar siempre fue una mujer típica castellana, de gustos austeros, con una elegancia aristocrática que trató de pasar a sus seis hijos. Su relación con los nietos ‘reales’ era muy estrecha y pasaba temporadas con ellos. No hay que olvidar que cuando Felipe se dio un tiro en el pie sin querer y tuvo que ser operado, estaba en la finca familiar Garrejo en Garray (Soria).

Vidas independientes

También don Juan Carlos tiene una estrecha relación con sus nietos, habida cuenta de que es padrino además de uno de ellos. Así que ha tenido siempre especial atención hacia los hijos de doña Elena. Ser padrino de Felipe le ha reportado muchas alegrías. Está muy unido a él, incluso ahora que el joven vive más independiente de su familia. Y se ha reído mucho con las tropelías de su ahijado, a quien considera un alma libre, tal como nos dicen desde su entorno.

TE PUEDE INTERESAR

Los sobrinos del Rey y el amor: los 'ligones' Urdangarin y los enamoradizos Marichalar

Silvia Taulés

Como don Juan Carlos con Felipe de Marichalar, el Rey se ha volcado siempre en su papel de padrino con su sobrina Victoria Federica. Sobre todo, cuando era pequeña. La joven vive ahora su vida y lejos quedan aquellos años de llamadas, consejos y regalos. Mientras, la madrina de Victoria es su tía Ana de Marichalar, empresaria relacionada con el mundo del arte, una mujer hiperdiscreta que mantiene una estrecha relación con su ahijada.

Juan y los Bulgaria

Cuando nació el primer hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, lo tuvieron claro desde el principio: Juan iba a tener de padrinos a la infanta Elena y a Mikel Urdangarin. Los hermanos de ambos son además grandes amigos y personas de su total confianza. Y así es como se han comportado como padrinos de los chicos. A Juan se le puso el nombre por sus dos abuelos, el Rey y el padre de Iñaki, y se añadió Valentín de segundo nombre en memoria de San Valentín Berriochoa, dominico misionero, tío de una abuela de Urdangarin que nació en Elorrio y murió, mártir, en Indochina en el año 1861.

TE PUEDE INTERESAR

Los estudios de los sobrinos de Felipe VI: solo un empollón en los Marichalar y Urdangarin

Silvia Taulés

Todos los gestos de la familia real y la familia del Rey, como vemos, están medidos al detalle. También la elección de padrinos para los nietos del que fuera Rey, sobrinos del actual monarca. Escogidos para apadrinar a Pablo fueron el príncipe Kubrat de Bulgaria, íntimo amigo de la Infanta, y Alexia de Grecia, sobrina de los Reyes eméritos y una de las personas más cercanas a doña Cristina. En aquel momento, además, ambas vivían en Barcelona y sus parejas se han llevado siempre muy bien.

Los Urdangarin siempre

No fue hasta que nació el tercer hijo del matrimonio, Miguel, que la Infanta y su entonces marido escogieron al que era Príncipe de Asturias para apadrinar al retoño. Miguel cuenta con el actual Rey, Felipe VI, como padrino y con su tía Lucía Urdangarin como madrina. Con los Urdangarin, tanto Miguel como sus hermanos han tenido siempre una familia con la que contar: cercana, cariñosa y entregada. Sobre todo cuando llegaron las dificultades. Los problemas que tuvieron los exduques de Palma con la familia real no han sido motivo para que don Felipe cortara su relación con su ahijado. Es más, mantienen buena relación y contacto, como hace el Rey con todos (y tiene 12), con llamadas, regalos y mostrándose pendiente.

TE PUEDE INTERESAR

Los sobrinos de Felipe VI, al volante: gama alta para los Marichalar y gama media para los Urdangarin

Silvia Taulés

Cuando llegó Irene Urdangarin, la última en nacer de todos los sobrinos del Rey, sus padres se decantaron por pedir que fueran sus padrinos a unos amigos. Y son Rosario Nadal y Pedro López-Quesada, quienes acudieron al bautizo de la benjamina como tal. López-Quesada ha formado siempre parte del círculo íntimo del Rey y sus hermanas, las Infantas. En 2019, sin ir más lejos, lo vimos de esquiada con don Felipe. Casado con Cristina de Borbón-Dos Sicilias, la pareja ha sido el refugio del exmatrimonio cuando las cosas venían mal dadas. Famosas son las imágenes de Urdangarin y su ‘prima’ Cristina de compras por Madrid para que el exduque tuviera ropa adecuada ante su nuevo empleo en el bufete de abogados Imaz & Asociados, de Vitoria.

Mientras, la amistad de Rosario Nadal con la Infanta y antes con quien fuera su marido está fuera de toda duda. Siempre ha estado allí, también en los malos momentos, y tener relación con la Casa Real de Bulgaria -estuvo casada con Kyril, hijo del rey Simeón- la ayudó a entender los problemas de la familia desde dentro. Este verano, sin ir más lejos, una de las primeras apariciones de la infanta Cristina tras su crisis matrimonial fue en la boda de Mafalda, la hija de Rosario y Kyril.