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Alexia de Grecia y sus 'príncipes' canarios brillan por fin (también económicamente)
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GRAN BODA GRIEGA

Alexia de Grecia y sus 'príncipes' canarios brillan por fin (también económicamente)

Los cuatro nietos más desconocidos de Constantino de Grecia tuvieron gran protagonismo en la boda de Philippos y Nina Flohr, aunque viven alejados de la luz pública

Foto: Arrietta, Carlos, Amelia, Carlos Morales, Alexia de Grecia y Ana María, en la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr. (CP)
Arrietta, Carlos, Amelia, Carlos Morales, Alexia de Grecia y Ana María, en la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr. (CP)

La última boda real, la que ha unido religiosamente a Philippos de Grecia con Nina Flohr ante buena parte de la aristocracia y la jet europeas, ha sido una buena oportunidad para devolver un poco de glamour y aspiracionalidad a la crónica social. Una de las cosas que despertaban más curiosidad entre los fans de las familias reales era ver a los cuatro hijos de Alexia de Grecia y Carlos Morales, prácticamente desconocidos. La pareja, que vive en Lanzarote, no se expone en las redes sociales, no acude a eventos relacionados con sus orígenes familiares y ha logrado llevar una vida fuera del radar. También sus cuatro hijos, Arrietta, Ana María, Carlos y Amelia, que causaron más expectación que sus famosísimos primos y tíos, con Marie-Chantal y Olympia de Grecia a la cabeza.

La princesa Alexia rezuma sangre azul por los cuatro costados. La dama es princesa por partida doble, al ser hija de Constantino de Grecia y de Ana María de Dinamarca. Nació en el palacio familiar de Mon Repos, en Corfú (Grecia), donde residió hasta que empezó su exilio dos años más tarde, tras no prosperar el contragolpe que preparaba Constantino de Grecia. Se ha criado entre Roma, Dinamarca y Londres, y hoy exhibe un suave acento canario cuando habla su perfecto castellano. La pareja se trasladó a Lanzarote desde Barcelona cuando ya tenían dos hijas, el ambiente les parecía más sano y tenían más lazos familiares.

Foto: La princesa Marie-Chantal en la boda de Philippos de Grecia. (Gtres)

Su infancia fue muy diferente de la de su marido, 'conejero' (como se conoce a los nacidos en Lanzarote) hasta las cejas. Carlos Javier Morales Quintana creció en el seno de una familia numerosa de cinco hermanos, hijo de un funcionario y de una auxiliar administrativa. Se crio en uno de los barrios más populares de la isla, Puerto del Carmen. Hasta que se marchó a estudiar Arquitectura a la Universidad Politécnica de Barcelona, su vida transcurrió plácida en una casa frente al mar. Más o menos como ahora.

placeholder Arrietta, Carlos, Ana María y Amelia Morales, con sus padres. (Gtres)
Arrietta, Carlos, Ana María y Amelia Morales, con sus padres. (Gtres)

Sus cuatro hijos son estudiantes, deportistas (todos han practicado la natación de manera más o menos seria) y aún no han salido del nido. Las reuniones 'familiares' a las que han asitido con presencia de medios de comunicación no han sido muchas. La última fue hace más de siete años, cuando la reina Margarita de Dinamarca celebró una Navidad 'diferente' en Fredensborg rodeada por sus hijos y nietos y los de sus hermanas, Ana María y Benedicta. Desde entonces no habíamos vuelto a ver a los hijos de Alexia de Grecia en un ambiente royal. Cuando visitan Porto Heli, donde se instalaron sus abuelos al volver a Grecia, lo hacen de forma privada.

En pandemia asomaron tímidamente en una videollamada para celebrar la Pascua ortodoxa de 2020. Fue entonces cuando pudimos atisbar el gran cambio experimentado en los niños, ya adolescentes, mientras hablaban con Constantino y Ana María de Grecia. “Les hago la comida y les acuesto, no como las princesas de los cuentos”, explicaba Alexia en una de las pocas entrevistas que ha dado en su vida, en 'Vanity Fair'. También dijo que sus hijos detestaban verse en las revistas.

El día que conoció a los Reyes

En esa misma charla, Morales hablaba con humor del momento en que conoció a su familia política. "Creo que tuve que tomar una copa antes de conocer a los Reyes y a la familia de Alexía. Fue en Marivent y no debí meter mucho la pata porque me invitaron a volver al día siguiente”, contó Carlos, que ya anunciaba que pretendía criar a su familia en un "entorno tranquilo, no agresivo ni competitivo”.

Foto: Nina Flohr antes de la ceremonia, del brazo de su padre y con sus damas de honor. (Gtres)

No siempre fue así. Su segunda hija, Ana María, nació en Barcelona pero fue bautizada, dos meses después, en el monasterio de Pantanasa, en el Peloponeso griego. La cita familiar significaba mucho más que celebrar el simple sacramento: era la primera vez que el depuesto rey Constantino, expulsado del país en 1967, podía reunir a su familia en su tierra, después de ganar el derecho a volver en los tribunales. En la cita estuvo hasta la reina Sofía, que hizo un paréntesis en sus vacaciones en Mallorca para asistir a la fiesta, en la que el príncipe Pablo de Grecia actuó de padrino de su nueva sobrina.

placeholder Foto oficial de la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr. Amelia y Ana María, con vestido de flores amarillas. (CP)
Foto oficial de la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr. Amelia y Ana María, con vestido de flores amarillas. (CP)

Carlos Morales y Alexia se casaron un 9 de julio de 1999, en la catedral londinense de Santa Sofía, lejos de la pequeña ciudad donde nació y creció el novio. La princesa llevaba un vestido de Inga Sprawson y una tiara de diamantes de su abuela, la reina Ingrid. Entre los invitados, una generosa representación de la realeza europea (es íntima amiga de la infanta Cristina, por ejemplo) y un puñado de lanzaroteños como 'peces fuera del agua'.

Aquel enlace bañado de oropel y la inevitable presencia del matrimonio en las citas familiares son las únicas pistas de que, tras dos décadas de unión, la pareja y sus cuatro hijos son algo más que un matrimonio de clase acomodada de la isla. En Lanzarote Morales tiene un despacho de arquitectura desde donde dirige varios trabajos importantes, CMA Resort Designers. Morales goza de gran predicamento en la isla debido no a su parentesco real, sino a su trabajo. El nombre de su estudio de arquitectura aparece en proyectos tan relevantes como la ampliación del exclusivo puerto deportivo y sus tentáculos, restaurantes, hoteles o el Palacio de Congresos.

Foto: Philippos de Grecia y Nina Flohr, recién casados. (Gtres)

A pesar de su prestigio, las cuentas de su estudio han vivido algún que otro bache. En 2019 facturó 95.000 euros que no le sirvieron para cubrir gastos y cerró en números rojos: 9.664 euros de pérdidas. La cantidad era relevante sobre todo por comparación con el ejercicio 2018, cuando obtuvo unos beneficios limpios de 73.000 euros. Significaba además la vuelta a los malos números de años anteriores. En 2015, el estudio facturó 288.000 euros, pero las pérdidas fueron de 122.816 euros; en 2016 ingresaron, antes de impuestos y gastos diversos, 120.718 euros, y registraron pérdidas de 98.271; y en el peor año, 2017, las pérdidas fueron mayores que los ingresos.

Pero esta vez hay buenas noticias. La misma semana en la que la familia se dejaba ver en la boda de Philippos de Grecia, la empresa de Morales volvía a actualizar sus cuentas en el Registro Mercantil con los números de 2020, que vuelven a ser positivos. El arquitecto ha ganado cerca de 40.000 euros de beneficio limpio en este último año, el de la pandemia.

Ayudas Covid

Como cualquier otro empresario, Morales tuvo que acudir a las ayudas ofrecidas por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital para paliar los efectos del covid. Recibió un aval a través del ICO por valor de 48.000 euros a finales del año 2020. Para Morales, la última parte del año fue especialmente dura. A los problemas empresariales, se sumó la muerte de su padre. Miguel Morales, profesor en la Escuela de Pesca durante décadas, que falleció en septiembre a la edad de 88 años.

placeholder Arrietta y Carlos Morales, en la boda de Philippos de Grecia. (CP)
Arrietta y Carlos Morales, en la boda de Philippos de Grecia. (CP)

La web del despacho de arquitectura que gestiona Morales aparece repleta de proyectos e ideas. El arquitecto y la hija de Constantino de Grecia llevan una vida corriente en la isla, marcada por el día a día de sus cuatro hijos y la práctica del deporte (la princesa hace natación y ha participado en algún triatlón, y en maratones). Su único 'pecado' es también el que más quebraderos de cabeza les ha traído. Viven en un chalé diseñado por Morales y ubicado en una de las zonas más exclusivas de Lanzarote, Puerto Calero (Yaiza), al sur de la isla. Una casa de dos plantas más sótano ubicada en una parcela de más de 5.000 metros cuadrados. La mansión fue objeto de una investigación judicial por asentarse sobre suelo no urbanizable. La justicia dictaminó que, aunque la casa era 'ilegal', no había habido delito urbanístico.

A pesar del ruido generado por el caso Unión, la cosa quedó en nada. Morales habló de ello en el citado reportaje de 'Vanity Fair', en el que advertía que la investigación podía haberle afectado en los negocios. "Mi trabajo se basa en la seriedad y en el rigor. Afortunadamente, aquí me conocen bien y siguen confiando en mí", explicó.

La última boda real, la que ha unido religiosamente a Philippos de Grecia con Nina Flohr ante buena parte de la aristocracia y la jet europeas, ha sido una buena oportunidad para devolver un poco de glamour y aspiracionalidad a la crónica social. Una de las cosas que despertaban más curiosidad entre los fans de las familias reales era ver a los cuatro hijos de Alexia de Grecia y Carlos Morales, prácticamente desconocidos. La pareja, que vive en Lanzarote, no se expone en las redes sociales, no acude a eventos relacionados con sus orígenes familiares y ha logrado llevar una vida fuera del radar. También sus cuatro hijos, Arrietta, Ana María, Carlos y Amelia, que causaron más expectación que sus famosísimos primos y tíos, con Marie-Chantal y Olympia de Grecia a la cabeza.

Constantino de Grecia
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