Fallece el guardaespaldas de Lady Di que consoló a Harry y Guillermo en su momento más duro

Uno de los episodios más trágicos de la vida de los príncipes Harry y Guillermo fue la muerte de su madre. Uno de sus grandes apoyos durante esos días fue su guardaespaldas, Graham Craker, quien les acompaño durante el funeral de Lady Di el 6 de septiembre de 1997. Fue su mano derecha durante el trayecto del palacio de St. James hasta la Abadía de Westminster, donde se celebró el servicio religioso. Más tarde, durante el recorrido hasta Althorp House, él se situó frente al coche hasta ser enterrada.

Cariñosamente apodado como ‘Crackers’, en referencia a la coincidencia de su apellido con la traducción en inglés de las galletitas saladas, siempre ha mantenido una estrecha relación con los príncipes, incluso después de su jubilación en 2001. Fue uno de los más de 1.900 invitados a la boda real entre Guillermo y Kate Middleton en 2011,

De él habló el príncipe Harry en sus memorias, ‘Spare’, publicadas en 2023, haciendo alusión a su papel proteccionista durante el funeral de Lady Di. “El conductor tuvo que detenerse varias veces para que el guardaespaldas pudiera salir y limpiar las flores del parabrisas”, relató sobre el desgarrador momento que vivieron mientras recibían el cariño de todo el mundo. “Willy y yo le teníamos mucho cariño”, añadió.

Sin embargo, Graham también habló en alguna ocasión sobre cómo fue para él el proceso de la muerte de Diana de Gales. “Intentas sobrellevarlo lo mejor que puedes, pero te emociona mucho. Probablemente, lo más emotivo fue ver a Guillermo a la mañana siguiente paseando a su perro afuera”, confesó al New York Post en 2017.

Cracker falleció el pasado jueves a los 77 años, tal y como confirmaron sus hijos a través de redes sociales. “Era un hombre increíble, nuestro héroe, nuestra roca, y significaba todo para nosotros”, explicaron sus primogénitos, James y Matthew. Por el momento, ni Guillermo ni Harry se han pronunciado públicamente al respecto. El exguardaespaldas comenzó en la Policía Metropolitana de Londres, en la que trabajó durante 35 años, y pasó más tarde a la protección real durante 15.