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Las románticas palabras de Carla Royo-Villanova a Kubrat de Bulgaria recordando su dos bodas: “Gracias por ser la mejor compañía”
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32 AÑOS CASADOS

Las románticas palabras de Carla Royo-Villanova a Kubrat de Bulgaria recordando su dos bodas: “Gracias por ser la mejor compañía”

El príncipe de Panaguristhe y la empresaria se casaron el 2 de julio de 1993 y volvieron a darse el ‘sí, quiero’ 30 años después, en 2023, igual o más enamorados que nunca

Foto: Carla Royo-Villanova y Kubrat de Bulgaria en la boda de Almeida y Teresa Urquijo. (Europa Press)
Carla Royo-Villanova y Kubrat de Bulgaria en la boda de Almeida y Teresa Urquijo. (Europa Press)

¿Existe el amor para toda la vida? Si quien tiene que responder a esta pregunta es Carla Royo-Villanova la respuesta es claramente un sí rotundo. Es una mujer enamorada de su marido, Kubrat de Bulgaria, y no duda en gritarlo a los cuatro vientos cuando tiene la ocasión, como es el caso de un aniversario. El pasado dos de julio, el príncipe de Panaguristhe y la empresaria celebraban 32 años de casados, ahí es nada, y la también princesa ha querido recordarlo en sus redes sociales con unas bonitas palabras de amor con las que demuestra que sigue igual o incluso más enamorada que aquel 2 de julio de 1993 cuando pronunció el primer ‘sí, quiero’, que no el último. La pareja celebró sus bodas de perla, los 30 años de casados, en 2023.

Hace dos años que nos casamos por segunda vez y lo haría mil veces. Te quiero infinito, te admiro por todas las cosas y bendigo cada día aquel dos de julio de 1993. Gracias por la generosidad, simpatía, cariño, responsabilidad. Por ser un padre bueno y comprensivo y la mejor compañía. Podría decir mil cosas, pero sé que no hace falta”, escribió la princesa junto a un vídeo carrusel con imágenes del álbum privado de la pareja, de su juventud a su presente más reciente, vemos a un jovencísimo hijo del Simeón de Bulgaria, también de la escritora, momentos privados de la pareja en diferentes viajes, momentos íntimos con sus hijos…

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Justo hace dos años, la propia Carla Royo-Villanova habla con Vanitatis para recordar cómo había comenzado su historia de amor con el príncipe, tercer hijo de Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo. “Nos presentó una prima mía en el pantano de San Juan un fin de semana. Yo solía ir con ella a pasar los fines de semana y los padres de Kubrat también tenían una casa allí”. Ella tenía 16 años y él 19.

El flechazo fue tal que podría decirse que fue un amor a primera vista. Así dieron comienzo a un largo noviazgo de siete años que se consolidó en una romántica y sonada boda un 2 de julio de 1993 en el monasterio de la Encarnación, en Madrid. “Después de 7 años de noviazgo, por fin hicimos realidad nuestro deseo de compartir una vida juntos. Además, celebramos la boda en una iglesia preciosa y con amigos muy queridos”. Ahí fue cuando Carla dejó de ser una anónima para convertirse en princesa.

Al enlace acudieron gran parte de la aristocracia, como los duques de Alba o el barón Thyssen con sus hijos, los archiduques Karl y Francesc; y también la Familia Real española: la reina Sofía, el entonces príncipe Felipe, las infantas Elena y Cristina, la infanta doña Pilar, su primogénita, Simoneta Gómez-Acebo, que acudió con su marido, José Miguel Fernández-Sastrón, y la infanta doña Margarita.

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El vestido se lo hizo alguien a quien tiene el placer de llamar “un buen amigo” y que, por aquel entonces, ni siquiera se dedicaba a la moda, sino que estaba estudiando Lengua y Literatura en la Universidad de Florencia: Lorenzo Caprile. “En un primer momento me dijo que no. Se armó de valor y diseñó aquel corsé de la época del Monasterio de la Encarnación, donde se celebró la boda”, y aquel buen amigo estuvo a su lado hasta el último momento. “Me emocioné muchísimo cuando, al bajar del coche, del brazo de mi padre, vi a Lorenzo esperando para colocarme el vestido antes de entrar al monasterio”.

El vestido estaba inspirado en Leonor de Médici y era un dos piezas: el corsé de escote cuadrado y mangas cortas afaroladas, así como la falda abullonada. Fue no solo el primer vestido de novia de Lorenzo Caprile, sino uno de los más mediáticos, incluyendo todos los que creó después, entre los que también se encontró el vestido de novia de la infanta Cristina. El propio Caprile reconoció que era el estilo perfecto para ese templo religioso de principios del siglo XVII. Carla completó su look nupcial con una de las joyas de los Sajonia-Coburgo-Gotha, la tiara de diamantes y perlas de la reina Giovanna.

Por aquel entonces, Carla Royo-Villanova también le dedicó en las redes sociales unas bonitas palabras de amor a su marido. “Hay que celebrar cada día y 30 años juntos y una gran familia, aún más. Tres hijos maravillosos y seguir junto a los amigos más increíbles que jamás hubiera imaginado, 30 años con el amor de mi vida que, como todo lo bueno, han pasado volando. No todo fue fácil, pero en las dificultades es donde se demuestra el amor verdadero”.

¿Existe el amor para toda la vida? Si quien tiene que responder a esta pregunta es Carla Royo-Villanova la respuesta es claramente un sí rotundo. Es una mujer enamorada de su marido, Kubrat de Bulgaria, y no duda en gritarlo a los cuatro vientos cuando tiene la ocasión, como es el caso de un aniversario. El pasado dos de julio, el príncipe de Panaguristhe y la empresaria celebraban 32 años de casados, ahí es nada, y la también princesa ha querido recordarlo en sus redes sociales con unas bonitas palabras de amor con las que demuestra que sigue igual o incluso más enamorada que aquel 2 de julio de 1993 cuando pronunció el primer ‘sí, quiero’, que no el último. La pareja celebró sus bodas de perla, los 30 años de casados, en 2023.

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