Mark Zuckerberg deja de ser ateo y abraza la fe desde su Facebook personal
El fundador de Facebook ha contrariado a sus seguidores, que creían que él era un ateo confeso. Su último mensaje ha dejado claro que está más espiritual que nunca y también explica el porqué
Pese a que la creencia en Dios es una decisión muy personal y profunda, Mark Zuckerberg tiene motivos de sobra para creer que un ente divino vela por sus intereses, ya que no solo tiene una empresa valorada en 48.000 millones de dólares según 'Forbes', sino que además tiene una mujer preciosa y una hija que alegra sus días.
A sus 32 años, el fundador de Facebook ha cambiado su marcada condición atea por una ferviente fe que ha pillado a todos por sorpresa. El pasado 25 de diciembre, Zuckerberg lanzó un mensaje a través de su cuenta personal felicitando a sus seguidores en su nombre y en el de su familia, perro incluido: “Feliz Navidad y Feliz Hanuka de parte de Priscilla, Max, Beast y mía”, escribía.
“Ver hoy los momentos de alegría y familia que he compartido en Facebook es una de mis cosas favoritas de nuestra comunidad. Espero que todos estéis rodeados de amigos y seres queridos y que tengáis la oportunidad de reflexionar sobre todas las cosas significativas de vuestras vidas. Que la luz de las amistades siga iluminando vuestras vidas y nuestro mundo entero”, continuaba escribiendo el millonario joven en su particular chritsmas navideño.
A muchos le sonó extraño este mensaje, sobre todo por su carga religiosa sabiendo que Zuckerberg siempre ha sido considerado como un ateo confeso. De hecho, uno de sus seguidores no dudó en preguntárselo directamente para despejar sus dudad. La respuesta fue inmediata: “No. Crecí judío y luego pasé por un periodo en el que me cuestioné las cosas, pero ahora creo que la religión es muy importante”. Como cabía esperar, esto fue solo el inicio de un debate entre sus seguidores sobre la acertado o no de su reconversión religiosa.
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Pese a que la creencia en Dios es una decisión muy personal y profunda, Mark Zuckerberg tiene motivos de sobra para creer que un ente divino vela por sus intereses, ya que no solo tiene una empresa valorada en 48.000 millones de dólares según 'Forbes', sino que además tiene una mujer preciosa y una hija que alegra sus días.