Red Gate Farm, el refugio de Jackie Kennedy en Cabo Cod, en venta por 58 millones

Cuando Jacqueline Bouvier tenía 10 años escribió: “Cuando paseo por la arena de la playa, solo puedo pensar en lo que me gustaría vivir al lado de este mar tan azul mientras las gaviotas vuelan a mi alrededor”.

Unos 40 años más tarde, en 1979, Jacqueline Kennedy Onassis, tras sus cambios de apellido a raíz de sus matrimonios con el presidente John F. Kennedy y el magnate Aristóteles Onassis, hizo realidad aquel sueño infantil con la compra de 137 hectáreas de terreno en Aquinnah, entonces una zona sin urbanizar al suroeste de Martha’s Vineyard, una diminuta isla situada a poca distancia de Cabo Cod y que sigue siendo uno de los destinos más populares y pintorescos de Nueva Inglaterra.

En este idílico entorno rodeado de dunas y praderas, Jackie encargó al arquitecto Newell Jacobsen la tarea de diseñar una impresionante villa a la que bautizó como Red Gate Farm y cuya construcción se completó en 1981. Un oasis de paz y un pedazo de la historia de los Estados Unidos que busca nuevo propietario a cambio de 65 millones de dólares (unos 58 millones de euros).

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Con una superficie de más de 6.000 m2 y construida en el estilo tradicional de Cabo Cod, la casa dispone de cinco habitaciones y cinco baños. En la planta baja se encuentran la sala de estar, el comedor, la biblioteca y la cocina, que es la única de todas las estancias que no tiene vistas al mar. También hay un dormitorio para el personal de servicio, dos estudios, una sala de lavandería y un sótano. En el piso superior hay otras cuatro habitaciones con baño y vestidor.

Los jardines fueron diseñados por la amiga de Jackie, Rachel Bunny Mellon, que se había encargado de esa misma tarea en la Casa Blanca en su época de primera dama.

“A mi madre le encantaba explorar el cabo, navegar por el Nantucket Sound con mi padre y ser el centro de todas las actividades en Hyannis Port [el hogar del clan Kennedy]”, explica su hija Caroline a Christie's Real Estate, los encargados de gestionar la propiedad. “Pero cuando mi hermano y yo crecimos, quiso buscar un sitio para ella sola, y encontró Red Gate Farm”.

Ahora, después de tres generaciones al servicio de la familia y amigos de Jackie, su hija ha decidido poner la mansión a la venta tras ser renovada y ampliada en 2000. “Red Gate Farm fue la perfecta expresión del espíritu aventurero y romántico de mi madre”, asegura Caroline. “Adoraba sus paredes de piedra, la garza azul que vivía en la laguna tras las dunas, pescar langostas y construir una casa en un árbol para sus nietos”, concluye.