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Cómo usar (bien) el secador y proteger tu melena en nueve pasos
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TRUCOS DE BELLEZA

Cómo usar (bien) el secador y proteger tu melena en nueve pasos

Pelo mojado, aire caliente... et voilà! Piensas que secarte el pelo es así de fácil, ¿verdad? Pues, en realidad, no. Si quieres sacar el máximo partido de tu secador, toma nota

Foto: Foto: Unsplash/Tessa Wilson.
Foto: Unsplash/Tessa Wilson.

Vamos a empezar con un poco de historia: en 1890, en París, Alexandre Godefoy sorprendió a las clientas de su salón de belleza con un invento revolucionario: un secador de pelo. El artilugio era un tanto rupestre, porque venía a ser una aspiradora gigante que expedía aire caliente. No fue hasta 1920 cuando encontramos los primeros ancestros reconocibles del actual secador. Una década después, el instrumento mejoró tanto que se coló no solo en las peluquerías, sino en todos los hogares.

Desde entonces ha llovido mucho (mejor dicho, ha secado mucho) y emplear un moderno secador parece un juego de niños. Y ahí está la trampa: no lo es. Saber secar bien el cabello no es tan simple como pueda parecer. Tampoco exageremos, no hace falta licenciarse en física cuántica para utilizarlo, pero sí tener en cuenta algunas normas. ¿Y qué pasa si no las sigues? El efecto más común es el frizz, que sucede cuando la electricidad estática y la sequedad de la melena provocan ese aspecto de que cada pelo va por libre y tiene una apariencia de estar como partido. La deshidratación y una textura apagada son otros de los daños colaterales del mal uso del artilugio. Y es que puedes estar gastándote una fortuna en productos para el cabello y no entender por qué luces un pelo de rata en vez de una melena de anuncio. Pero no nos pongamos en lo peor: nada de eso tiene que ocurrir si tomas unas mínimas precauciones.

La importancia de los momentos

Cuando salgas de la ducha, lo primero que debes hacer es secar bien el pelo con la toalla y después atusarlo con los dedos. Ni se te ocurra acercar el secador al cabello empapado. Además de ahorrar tiempo de secado, no someterás durante tanto tiempo a tu pelo al calor. Y recuerda: cuando el cabello esté muy mojado, no lo cepilles, espera a después de haberle pasado la toalla para hacerlo. Si tienes la melena muy larga o muy encrespada, opta por una crema que desenrede y que no requiera aclarado.

El orden de factores sí altera el producto

El secado del cabello contradice esta máxima matemática de toda la vida. Para secar correctamente el pelo, has de ir de la raíz a la punta, no al revés, y hacerlo por zonas: ahora seco la coronilla y después las puntas. Más tarde ya podrás hacer acrobacias para que gane volumen, pero este es el orden que te permitirá un buen y saludable secado. E intenta hacer pasadas uniformes.

placeholder Foto: Unsplash/Andrea Donato.
Foto: Unsplash/Andrea Donato.

Y divide

No intentes secar todo el pelo de golpe. Lo ideal es que lo dividas por mechones y vayas secando de la raíz a la punta cada uno. E intenta que los trozos que separes no sean muy gruesos, pues así no estarás secando cabello que está ya seco y, por tanto, haciendo que soporte un calor innecesario. Aunque parezca que este proceso comporta más trabajo, no es así: resulta más práctico y sirve para distribuir mejor el calor y no daña la cutícula del cuero cabelludo.

Guarda la distancias

Todos hemos visto cómo un peluquero profesional acerca el secador al cepillo. Pero si te fijas bien, lo suelen hacer en la última etapa, cuando están peinándote, no durante el secado general. Lo ideal es que el aparato esté a una distancia de entre 20 y 25 centímetros. Si no tienes los brazos muy largos o te cansas, puedes hacer un poco de trampa: pero nunca lo arrimes a más de cinco centímetros. Es cierto que tardarás un poco más, pero la salud de tu melena lo agradecerá.

placeholder Foto: Unsplash/Adam Winger .
Foto: Unsplash/Adam Winger .

No lo pongas muy caliente

En general, los secadores tienen tres temperaturas, de menor a mayor. Y habitualmente empleamos la más caliente, en pos de un resultado rápido. Pero en muchas ocasiones no es la decisión más adecuada para nuestra melena. Si tienes el cabello frágil o dañado, opta por la temperatura menos caliente. Si quieres conservar el color y brillo de un pelo teñido, escoge la posición media. Y si tienes el cabello a prueba de bombas, entonces podrás utilizar la más tórrida. De todas formas, cuando tengas el cabello seco y quieras fijar el peinado, deberás utilizar durante unos minutos la temperatura más elevada, pero solo para conseguir el look deseado.

La función de la boquilla

Muchas veces tenemos la genial idea de que si la quitamos, tenemos más chorro de calor y, por tanto, iremos más rápidas con el proceso. Y no es así. Más bien al revés. La boquilla se encarga de distribuir el calor correctamente para que el cabello se seque sin que sufra en exceso. Dependiendo del cabello que tengas y del look que ansíes conseguir, también puedes emplear el difusor.

Foto: Miranda Kerr. (Getty)

Cuida de tu secador

La limpieza es fundamental, pues acumula polvo que puede acabar provocando el odioso frizz. Pero también debes tener en cuenta que no es eterno y que pasado un tiempo (la media suelen ser entre 300 y 400 secados), aunque siga escupiendo aire, no funciona como antes y merece una jubilación. También ten en cuenta que a la hora de adquirirlo necesitas el que mejor se adapte a tus necesidades. ¿Tienes espacio? ¿Necesitas llevártelo de viaje? ¿Cuál es la largo de tu melena? ¿Tienes mucha cantidad o poca? Estas son las preguntas que deberían ayudarte a escoger el más adecuado.

placeholder Foto: Unsplash/Arum Sharma.
Foto: Unsplash/Arum Sharma.

Utiliza un protector térmico

Si te secas el pelo del todo, sin que quede nada de humedad, bastante a menudo y eres fan de las planchas y las tenacillas, tendrás que emplear un producto específico para proteger tu melena, en concreto un protector térmico. Y recuerda que no por ponerte más de la cuenta, hará más efecto. Usa la cantidad recomendada para que no te quede graso y espera un rato si después vas a aplicarte otro producto.

Escoge un buen cepillo

El cepillo es tan importante como el secador. Los metálicos, por ejemplo, se calientan más y dañan el pelo. Los de plástico potencian la electricidad estática y, además, rompen más el cabello. Así que lo mejor es que busques un buen cepillo de madera. La medida y el tipo dependerán de tu melena y del acabado que le quieras dar. Pero, en general, si quieres lucir rizos, emplea el difusor. Y si quiere lucir cabellera lacia, utilizar un cepillo plano y después, en todo caso, ya domarás las puntas con uno redondo.

Estos son los trucos básicos que te ayudarán a lucir tu mejor versión día a día.

Vamos a empezar con un poco de historia: en 1890, en París, Alexandre Godefoy sorprendió a las clientas de su salón de belleza con un invento revolucionario: un secador de pelo. El artilugio era un tanto rupestre, porque venía a ser una aspiradora gigante que expedía aire caliente. No fue hasta 1920 cuando encontramos los primeros ancestros reconocibles del actual secador. Una década después, el instrumento mejoró tanto que se coló no solo en las peluquerías, sino en todos los hogares.

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