La avena, ese ingrediente que puede hacer mucho por tu piel (sensible)

Las influencers llenan sus feeds de Instagram de porridge mezclado con frutos rojos. La avena es la protagonista, desde hace unas temporadas, de muchas conversaciones, fotos y recetas. Pero esto que es ahora una moda ya se descubrió hace más de cuarenta años como un activo cosmético imprescindible para cuidar la piel. Sobre todo, una de sus variantes, la avena Rhealba. Solo una de las más de 26.000 que existen.

¿El secreto de su eficacia? No es un secreto como tal, sino fruto de un trabajo de investigación durante 20 años en el cultivo de la avena Rhealba, una variedad de avena más rica en moléculas activas y otras propiedades empleadas para calmar, reequilibrar y reparar la piel frágil que se cultiva de una forma única.

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“Las semillas de esta avena se producen de manera exclusiva en Terre D'Avoine (la Tierra de la Avena)”, nos cuentan desde la firma A-Derma, que ha convertido este ingrediente en el centro de su línea dermocosmética. Una plantación de varias hectáreas de extensión en el interior de Francia, exactamente en la región de Tarn. Una apuesta sostenible que trabaja la agricultura ecológica, en formato kilómetro 0. ¿A qué nos referimos con este concepto? Su cadena de suministro se limita a agricultores de la zona que después, alineados con la marca, trabajan por una producción respetuosa que cumple la certificación BIO con el 99% de sus ingredientes de origen natural. Dentro de sus ingredientes también trabajan con el diente de león, conocido por sus propiedades anticontaminantes.

El dúo perfecto, ya que el extracto vegetal de plántulas de avena Rhealba es rico en saponinas, que reequilibran la piel, y en flavonoides, que tienen propiedades calmantes. “Se han seguido estudiando sus propiedades y en el siglo XVII se incluyó en la farmacopea francesa por sus virtudes reconocidas y documentadas para calmar la piel”, nos cuentan desde la firma. “Las plántulas de avena Rhealba® han demostrado ser un tesoro vegetal y dermatológico inestimable. A lo largo del proceso de investigación, se han revelado moléculas activas con propiedades dermatológicas completamente únicas", añaden.

Por eso se recolectan en el momento idóneo entre las 10 y las 12 semanas de vida, porque es cuando están llenas de la mayor dosis de moléculas activas para la piel, las saponinas y los flavonoides requilibrantes y calmantes. Es necesario cosecharlas precisamente en este periodo, para captar esta concentración máxima de activos, para aportar el mayor grado de eficacia a los productos A-Derma, dado que después esta concentración disminuye.

Junto al diente de león, la modalidad Rhealba consigue hidratar, reequilibrar y atender las necesidades específicas para el cuidado de las pieles sensibles y reactivas a través de productos eficaces, innovadores y comprometidos con la naturaleza.

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Un compromiso medioambiental del que forman parte todas las fases de la cadena, de tal manera que en 2014 se propusieron absorber el CO2, filtrar y drenar el agua de los suelos a través de sus raíces y luchar contra la erosión, y por tanto, influir de manera positiva en el medioambiente y la biodiversidad. Desde 2014, se han plantado más de 6 kilómetros de setos, lo que corresponde a un equivalente de 595 toneladas de CO2 ahorradas, o 595 viajes de ida y vuelta París-Nueva York en avión.

La tolerancia es una de las bases de esta firma que pertenece a los laboratorios Pierre-Fabre. El fundador utilizaba el rigor médico para crear cosmética y ese principio se mantiene aún hoy con cada fórmula que se monitoriza en todo el proceso. De esta manera se garantiza que las pieles más sensibles y reactivas estén en manos de fórmulas seguras. Y la avena es el activo principal de estas.