Cómo se crea un personaje de Wes Anderson desde el plano beauty: bigotes, heridas y lápiz de ojos

Con tan solo pronunciar el nombre del director tejano, todo el mundo identifica una estética retro, colorida e infantil. Hashtags como #accidentallywesanderson o incluso webs (wesandersonpalettes.tumblr.com) atesoran decoración, escenarios o looks que perfectamente podrían estar sacados del universo andersoriano, “espacios encontrados”, como la ilustradora Nuria Díaz los define en su libro ‘El gran hotel Wes Anderson’.

Desde las primeras películas del cineasta, ‘Bottle Rocket’ o ‘Academia Rushmore’, en las que las notas de color comenzaban a dejarse ver a través del gorro rojo del protagonista o del uniforme de la escuela privada -uno de los básicos en el vestuario de sus cintas- hasta su última producción, ‘Asteroid City’, la estética retro y la constante presencia del color en cada uno de sus planos han construido la imagen que hoy tenemos de todo lo relacionado con Wes Anderson.

“Piensa en una peli de Wes Anderson. ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Exacto, el COLOR es el protagonista absoluto y una característica que ha ido refinando con cada película. Puedes clasificar cada una por colores. ¿Cuál es el color de 'El Gran Hotel Budapest'? El rosa. ¿Y los de 'Life Aquatic'? El rojo y el azul. ¿'El de Fantástico Sr. Fox'? El amarillo. Es un recurso que utiliza como nadie para definir a sus personajes o el tono de la película en general y que también contribuye a una mayor teatralización”, expone Nuria Díaz en su libro ‘El gran hotel Wes Anderson’.

En 'Asteroid City', recién estrenada y rodada en gran parte en Chinchón, la predominancia de una estética vintage años 60 contagia incluso al filtro de toda la cinta. Scarlett Johansson, el gran reclamo del elenco, en el que también se cuelan nuevos actores en el universo andersoniano como Tom Hanks o Maya Hawke, pasa de su rubio platino habitual a un cardado retro claramente influenciado por Elizabeth Taylor.

Porque, sí, tan importante como la fotografía, los planos o el vestuario para crear la atmósfera perfecta es el cuidado al milímetro de los estilismos de los personajes de Wes Anderson y, en efecto, también se ven fuertemente influenciados por el color y la inspiración retro. Frances Hannon, Oscar a mejor maquillaje y caracterización por ‘El gran hotel Budapest’ (2014), es una de las pocas personas capaces de satisfacer las demandas beauty del director de cine al construir los personajes desde el plano estético.

Contusiones y lápices de ojos

“Wes Anderson refleja en sus narrativas la inocencia y la armonía a través del uso de colores análogos y cálidos; habla de contradicciones existenciales recurriendo a los contrastes entre opuestos complementarios y siempre da un toque vintage y de añoranza del pasado con el uso de colores pasteles”, apunta Nerina Freán, National Make Up Artist de Givenchy, quien nos ayuda a analizar los maquillajes más simbólicos del universo Anderson. “Además de utilizar los colores como portadores de mensajes en sus escenografías, también recurre al maquillaje, al peinado y al estilismo para construir la personalidad, el tono y las características personales de cada uno de sus protagonistas”, expone.

La maquilladora apunta a un detalle fundamental en los personajes de Wes Anderson, el hecho de que cuando les vemos en diferentes momentos de su vida, su estilismo se mantiene inalterable. Piensa en los hermanos Tenenbaum: la cinta del tenis, el pelo rizado o el lápiz de ojos negro les acompañan desde la infancia hasta la edad adulta, un poco como leitmotiv, un poco para dejar entrever que no ha habido mucho proceso de madurez.

“Ejemplos de ello pueden ser Margot Tenenbaum (Gwyneth Paltrow) siempre con su tapado de piel, su melena bob sujetada a un lado con pinza roja y sus ojos enmarcados con lápiz negro intenso levemente difuminado, que nos remite a la rebeldía del punk rock de los años 70. O Suzy Bishop (Kara Hayward) con sus ojos con delineado gráfico con fibra negra y pop de color azul pastel que nos remite a la belleza e inocencia de la icónica Twiggy de los años 60", analiza Nerina Freán. Nuria Diz la describía precisamente como "fría y distante" al sentir rechazo por su familia... ¿Será la sombra de ojos azul otra forma de forzar esa frialdad?

Cada uno de los elementos que componen el personaje, de la vestimenta, en el caso de Suzy con evolución cromática a lo largo de ‘Moonrise Kingdom’, a los accesorios que lo acompañan, como si se tratara de figuritas de acción, son sus pertenencias, también construyen al personaje y nos dan pistas de quién es. Los discos de Françoise Hardy que Suzy Bishop acarrea hablan del amor melancólico, pero también influyen en el maquillaje de la pequeña.

"Las dos heroínas femeninas por excelencia del cine de Wes, Margot y Suzy, se han convertido también en iconos estéticos y sus estilos son imitados en multitud de editoriales de moda", explica Nuria Díaz en su libro ‘El gran hotel Wes Anderson’.

La otra constante en los maquillajes de Wes Anderson es que siempre, en todas sus películas, habrá un personaje herido y, como indica la maquilladora, se tiene que notar. Pero la contusión, el morado, la sangre o las tiritas no aparecen en medio de la trama como si tal cosa. Los personajes se pelean y, para no olvidarlo, las heridas se quedan permanentes. “Wes Anderson recurre a la literalidad de la imagen para que te concentres en el mensaje y es por ello que recurre a elementos que reflejan explícitamente el daño como moretones, vendas y parches”, señala National Make Up Artist de Givenchy.

Como contrapunto, Nerina Freán aprecia que no todo son maquillajes sanguinolentos, caracterizaciones como la de Madame D. u ojos marcadísimos: “Siempre muestra pieles naturales, impecables pero reales, con poco maquillaje, aplicado estratégicamente para que acompañen la simetría y armonía de sus escenarios”.

Bigotes, pelucas y texturas: historias de pelo

Puede que el hecho de que en el universo Anderson no existan los calvos, si acaso tan solo personajes con entradas, tenga alguna explicación. Sin embargo, todavía no hay estudios al respecto. De lo que no hay duda es de que el director texano tiene predilección por los bigotes. Su obsesión por las décadas de los 50, 60 y 70 se materializa en los personajes masculinos en los estilismos de vello facial.

Si no son barbas, son bigotes. En ‘La crónica francesa’ (2021), los personajes de Timothée Chalamet, Adrien Brody o Steve Park llevan finísimos bigotes, repitiendo el éxito de Monsieur Gustave o Zero en ‘El gran hotel Budapest’. Nuria Díaz señalaba que, precisamente, en esta alcanzaban su máximo esplendor. Tras esta cinta, el flequillo está presente en un alto porcentaje de los personajes. Sin ir más lejos, en 'Asteroid City', Anderson le planta bigote a Tom Hanks o Steve Carell.

Pero la constante presencia de bigotes no significa que todos sean iguales. Mientras el revolucionario personaje de Zeffirelli presume de un bigotillo partido, cuando Adrien Brody aparece en escena haciendo de villano, el bigote se convierte en un mostacho frondoso que puede incluso curvarse, por no olvidar las barbas más rebeldes y salvajes de los personajes depresivos o encerrados (Benicio del Toro en 'La crónica francesa'). En un ejercicio total de fascinación por el recepcionista del hotel Budapest, Zero llega a pintarse él mismo con un lápiz el bigote. Nada es casual.

“Los personajes masculinos lucen diferentes tipos de vello facial. En su diseño se perciben referencias históricas desde el siglo XVI hasta el presente, de manera que cada actor luce uno especial para su rostro, totalmente personalizado en forma y color. Algunos son más clásicos, como el de Ralph Fiennes, otros tienen un ligero rizo, como el de Adrien Brody, ambos en la película 'Gran Hotel Budapest'. En esta, la mayoría parecen postizos, realizados con pelo natural hasta en cinco colores diferentes, cosidos en seda finísima”, observan los expertos de los salones de peluquería Toni&Guy.

La obsesión de Wes Anderson por los bigotes no se queda en la gran pantalla y también salta a la televisión, de la mano de los personajes creados para campañas de publicidad. En el spot que dirigió para H&M con Adrien Brody, en el de SoftBank con Brad Pitt o en el de Prada con Jason Schwartzman, el bigote, en todas sus modalidades, ponía el sello Anderson.

Y si vello facial es importante y ya hemos dicho que apenas hay problemas de alopecia, el cabello es otro de los elementos estéticos clave en la creación de los personajes de Wes Anderson. Las medias melenas, los peinados tipo malt shop bob, los flequillos desfilados a la francesa y las pelucas diferencian a cada miembro del casting.

Una de las apreciaciones de los estilistas consultados es que, por sorprendente que parezca, el peinado de cada personaje se adapta al actor. No nos encontramos ante disfraces previos que encajar en el rostro de una estrella de Hollywood. “Salvo excepciones, los personajes de Wes Anderson tienen peinados muy naturales, que aprovechan la textura del cabello de los actores”, señalan los expertos de Toni&Guy. Coincide con ellos Eduardo Sánchez, director creativo de Maison Eduardo Sánchez, que destaca la sensibilidad del director no solo a la hora de elegir al casting por sus rasgos y fisionomía, sino también por el trabajo de investigación a la hora de dar con referencias históricas en 'Asteroid City'.

“Juega con la caracterización del personaje. Se nota que Anderson tienen un fantástico equipo de producción, maquillaje y peluquería que ha trabajado para realizar una adaptación que nos transporte enseguida a esa época (años 50), todo eso le aporta realidad a los personajes y a la película, hace que la historia sea más creíble”, destaca.

La inspiración del director para esta última película no es un secreto. “En 'Asteroid City', Maya Hawke, Scarlett Johansson y Tom Hanks llevan peinados inspirados en 1950 y actores clásicos como Clark Gable o Liz Taylor. Ya sea una melenita francesa con onda natural y flequillo en el caso de la primera o un look corto negro y ondulado en la segunda”, explican desde Toni&Guy.

Pero si hay un estilismo reconocible del universo Anderson, tanto si eres fan como si no te termina de encajar, ese es el de Gwyneth Paltrow en ‘Los Tenenbaum’. Antes de que el bob se convirtiera en un corte de pelo con nombre propio, Margot Tenenbaum apareció en la pantalla con una melenita francesa imitada hasta la saciedad. “Su melena es conservadora, muy pulida y lisa, pero marcó tendencia en la época de su estreno. El hecho de llevar la raya a un lado y estar sujeta con una horquilla decorativa añadía un aire cool a un estilismo clásico y que podría parecer aburrido a primera vista”, indican desde Toni&Guy.

La melena, que Eduardo Sánchez acierta al definir como un carré recto y liso perfecto, encuentra en el pasador el toque infantil y nostálgico seña de la casa Anderson. “La melena con la raya al lado con ese accesorio que le da un punto chic muy francés y actual. ¡Me chifla!”, nos confiesa el peluquero.

La minuciosa creación de los outfits, el maquillaje y el peinado de cada uno de los personajes permite crear roles muy diferenciados, a pesar de que todos compartan el mismo filtro cromático y retro. El cabello es una de las herramientas secretas para lograrlo. “En 'El gran hotel Budapest', los peinados femeninos contrastan entre sí, revelando la personalidad de cada personaje. Saoirse Ronan (Agatha) lleva la melena trenzada frontalmente, como una lechera holandesa, despeinada. Frente a ella, Tilda Swinton luce una peluca en forma de gran tupé ondulado, con referencias a 1920 y Luis XVI”, apunta el equipo de expertos de las peluquerías Toni&Guy.

Visto el perfeccionismo casi obsesivo de cada plano, que debe estar geométricamente equilibrado, con su medida cantidad de color de acuerdo a la paleta cromática de cada película, no es una sorpresa que cuando se trata de la construcción estética (maquillaje y peluquería), Wes Anderson traslade las mismas exigencias. Incluso, puede que estos detalles beauty, como en la forma de crear los peinados teniendo en cuenta el tipo de cabello de cada actor, hayan pasado desapercibidos, pero no hacen más que demostrar que nada es casualidad en el universon Anderson. Y tras descubrir, gracias al libro ‘El gran hotel Wes Anderson’, que el perfume del personaje M. Gustave fue creado por Mark Buxton, reconocido nariz fancés y socio de la casa francesa Nose, parece que dentro de Wes Anderson también hay un beauty addict.