Lavado capilar 'tapping', el ritual milenario para recuperar la vitalidad del cabello
Entre el universo de conceptos que rodean a la belleza y, en especial, a tu melena, ha vuelto a la palestra uno que asocia la limpieza de la melena con técnicas de masaje... ¡Descúbrelo!
El cuidado del cabello desata pasiones. Literalmente. Los protocolos específicos se han diversificado hasta cubrir cualquier mínima necesidad que reclamen tus cutículas, la versatilidad de los productos de uso domiciliario se ha multiplicado y todas estas opciones llegan a tu cuarto de baño sin la necesidad de renunciar a los ingredientes más selectos y a unas texturas muy cuidadas, cargadas de sensorialidad.
En este contexto también se recuperan conceptos y técnicas ya instauradas que han proporcionado infinidad de beneficios a lo largo de las décadas. Y uno de ellos es el tapping. Amado Quilez, embajador nacional Hair Ritual by Sisley, lo define como “un método de masaje y de lavado para el cuero cabelludo y el cabello que se lleva utilizando durante siglos en diferentes culturas y formaban parte de sus rituales de belleza y cuidado del pelo, como por ejemplo la egipcia”. Se trata de un gesto de bienestar, ya que, en palabras de los expertos de Blow Dry Bar, su principal beneficio es que, a través de suaves pulsaciones circulares, ayuda a estimular la circulación sanguínea del cuero cabelludo, lo que se traduce en una optimización del suministro de nutrientes a los folículos capilares que facilita que la melena se pueda lucir en su mejor versión, con una mayor vitalidad, fuerza y brillo.
¿El extra? Se puede considerar un protocolo relajante de masaje que permite minimizar la tensión acumulada o aliviar el estrés, es apto para cualquier tipo de cabello o de piel y resulta compatible con toda rutina de cuidado capilar doméstica. Desde la firma capilar francesa apuntan que produce “una relajación total, saludable para nuestro cuero cabelludo y nuestro cabello, pero también es una 'relajación para el alma', que es lo que decían en la antigüedad”.
Modus operandi
Si bien es cierto que lo ideal es que lo disfrutes en un salón para optimizar ese extra de bienestar, también puedes hacértelo tú misma con el fin de obtener los beneficios de una óptima microcirculación sin salir de casa. Y desde Blow Dry Bar nos describen, paso a paso, los gestos que debes ejecutar:
- Elige una posición cómoda, en la que puedas estar sentada con la cabeza inclinada y coloca las yemas de tus dedos en el cuero cabelludo, empezando por la línea del cabello. La clave es realizar suaves presiones circulares, desplazándote hacia la zona de nuca para cubrir toda la zona.
- Después, levanta ligeramente los dedos y con las puntas los medios y anulares, da golpecitos ligeros, rápidos y repetitivos en el área de piel que estás masajeando. Es el momento de aprovechar para experimentar con diferentes velocidades y patrones de golpeteo hasta que hagas match con lo que te resulte más placentero.
- Ve trabajando las diferentes partes del cuero cabelludo, adaptando la intensidad y el patrón de presiones sin que resulte molesto, ya que lo esencial es que te sientas cómoda (además, así querrás repetir). Respecto al tiempo, puedes dilatarte los minutos que quieras (lo ideal son 5-10 minutos) y aplicar un aceite o un acondicionador capilar para que te ayude a que los dedos se deslicen mejor hasta crear una experiencia más completa.
- Cuando termines de trabajar todo el cuero cabelludo, tanto tu melena como tus sentidos estarán listos para su protocolo de lavado habitual.
Un tapping exprés
Dedicarse tiempo a uno mismo es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Sin embargo, no siempre es fácil sacar un hueco. Por eso, Caroline Greyl, presidenta de la firma Leonor Greyl, recomienda que en días así aproveches la aplicación del propio champú para hacer ese masaje.
Su consejo es que utilices una avellana de limpiador en la parte superior de la cabeza y apliques un poco de agua para emulsionarlo hasta hacer espuma, con el fin de que, manteniendo la misma ligera presión con las yemas de los dedos, facilite los gestos de masaje en el cuero cabelludo. Cuando termines no te olvides de aclarar todos los restos de producto con abundante agua. Un dato de Caroline Greyl: “Esta técnica, además de destensar las terminaciones nerviosas, permite multiplicar por diez el efecto de los activos del champú”.
Algunas referencias aptas para apuntarte al tapping…
Color Perfecting Shampoo with Hibiscus Flower Extract de Hair Rituel by Sisley
Indicado para limpiar con suavidad, tanto las cutículas como el cuero cabelludo, Color Perfecting Shampoo with Hibiscus Flower Extract, de Hair Rituel by Sisley (69,50 euros), se alía con activos de origen natural para proteger el tono del pelo, potenciando su luminosidad. Ideal para ese masaje tapping exprés…
Régénérescence Naturelle de Leonor Greyl
Compuesto por óleos esenciales y vegetales, Régénérescence Naturelle, de Leonor Greyl (31,25 euros), purifica y estimula el cuero cabelludo mientras te ayuda a nutrir los bulbos capilares para un crecimiento óptimo.
Organic CBD Oil 1000mg de Icon
Con aceite CBD, de almendra, de girasol y de menta piperina, Organic CBD Oil 1000mg, de Icon (79 euros), es rico en vitamina E y aporta una dosis de ácidos omega 3,6 y 9 a la piel con el fin de nutrir, fortalecer los folículos, acondicionar… Y ayudar a calmar y aliviar tanto tensiones como estrés.
Bálsamo Botánico Light de Yves Rocher
Se trata de un producto multiusos adaptado para las melenas más finas o con tendencia a engrasarse. Con un 98% de ingredientes de origen natural, el Bálsamo Botánico Light, de Yves Rocher (9,95 euros), también actúa como un gran aliado prelavado gracias a que contiene aceite de aguacate que, además, te ayuda a nutrir y a equilibrar hasta las cutículas más rebeldes.
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El cuidado del cabello desata pasiones. Literalmente. Los protocolos específicos se han diversificado hasta cubrir cualquier mínima necesidad que reclamen tus cutículas, la versatilidad de los productos de uso domiciliario se ha multiplicado y todas estas opciones llegan a tu cuarto de baño sin la necesidad de renunciar a los ingredientes más selectos y a unas texturas muy cuidadas, cargadas de sensorialidad.