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Si se ven mucho tus encías al sonreír, puedes corregirlas con ácido hialurónico
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Técnicas no invasivas

Si se ven mucho tus encías al sonreír, puedes corregirlas con ácido hialurónico

La sonrisa gingival no siempre necesita tratamientos complicados con láser o carillas. A veces la infiltración de ácido hialurónico puede ser suficiente

Foto: Jennifer Garner ha ido cambiando la forma de su sonrisa hasta reducir la visibilidad de sus encías. (Getty/Emma McIntyre)
Jennifer Garner ha ido cambiando la forma de su sonrisa hasta reducir la visibilidad de sus encías. (Getty/Emma McIntyre)

La sonrisa de Jennifer Garner o la de Nicole Kidman de hace un par de décadas poco tienen que ver con las actuales: antes ambas exhibían una encía generosa al sonreír que ya no se ve, probablemente gracias a la aplicación de ácido hialurónico.

En este punto quizá te estés preguntando cosas como... ¿Pero este material en esa zona no es para aumentar o armonizar los labios? No solo. ¿Entonces de qué manera puede el hialurónico ayudarme si tengo sonrisa gingival? Vamos por partes.

Sonreír empodera

Lo que está claro es que sonreír es buenísimo. Ejercitamos más de 400 músculos, liberamos endorfinas y serotonina, nos hace estar más contentos, mejora el sistema inmunológico y también el aspecto de la piel porque se incrementa la oxigenación de la sangre al entrar más aire en los pulmones.

placeholder El ácido hialurónico no solo aumenta el tamaño de los labios. (Unsplash/Kate Kozyrka)
El ácido hialurónico no solo aumenta el tamaño de los labios. (Unsplash/Kate Kozyrka)

Si dejamos de sonreír porque no nos gusta nuestra el resultado, todo eso lo perdemos. Existen varios estudios que confirman lo que influye en nuestra autoestima, como corrobora el Dr. Carlos Saiz, director de las clínicas Carlos Saiz Smile, odontólogo y famoso por su diseño de la sonrisa. “Cuando nos llegan pacientes con sonrisas gingivales, una mala alineación, dientes que han tornado a amarillentos o muy oscuros, todos coinciden en que sonreír les avergüenza y les hace sentirse inseguros”, cuenta.

Cuestión de proporción

Una sonrisa gingival es una condición estética en la que al sonreír se muestra una cantidad importante de encías, dando la impresión de que son prominentes y los dientes son más cortos. Según el Dr. Julio Martín, médico estomatólogo y director de Dental Studio, “en una sonrisa estéticamente equilibrada, la proporción ideal entre los dientes y las encías es crucial. Cuando esta se ve alterada y se muestra una porción excesiva de encías, se habla de sonrisa gingival. Puede deberse a diversos factores, como la posición de los labios, la forma de los dientes, la erupción dental o un exceso de tejido gingival. Existen diversas soluciones odontológicas para corregirla”, confirma.

placeholder La desproporción entre dientes y encías define la sonrisa gingival. (Street/Unsplash)
La desproporción entre dientes y encías define la sonrisa gingival. (Street/Unsplash)

Láser, carillas o infiltración

Y las soluciones dependen del tipo de problema y del grado del mismo. Cuando hay un exceso de tejido gingival, el Dr. Martín recomienda la gingivoplastia estética: se corrige la posición de las encías mediante láser y férulas quirúrgicas realizadas tras un escáner intraoral para revelar menos tejido al sonreír.

El precio parte de 250 euros y se realiza en una sesión. Si el problema se debe a la forma de los dientes, pueden ir bien las microcarillas de cerámica elaboradas en porcelana, “que se colocan sobre los dientes para mejorar su forma y apariencia y armonizar el sector anterior”, prosigue. En Dental Studio combinan la gingivoplastia y las microcarillas para mejores resultados.

placeholder Jennifer Garner, antes de corregir su sonrisa gingival. (Getty/Chris Weeks)
Jennifer Garner, antes de corregir su sonrisa gingival. (Getty/Chris Weeks)

El precio es a partir de 750 euros y se hace en dos o más sesiones. Y luego está la infiltración de ácido hialurónico. Es lo adecuado en casos leves o moderados de sonrisa gingival, a juicio del experto, y se utiliza para corregir la falta de armonía entre los dientes y las encías. Generalmente, suele bastar una sesión y sus resultados permanecen hasta un año dependiendo del paciente.

“Lo que siempre es imprescindible es una evaluación profesional, un diseño de sonrisa y una planificación adecuada para determinar la mejor opción en cada caso”, termina Julio Martín.

placeholder El profesional decidirá si el hialurónico es el tratamiento ideal para tu sonrisa. (Unsplash/Rafael Rocha)
El profesional decidirá si el hialurónico es el tratamiento ideal para tu sonrisa. (Unsplash/Rafael Rocha)

La técnica

Para entender dónde y cómo se aplica el tratamiento, le preguntamos a la Dra. Dina Moctezuma, directora médica de Signature Clinics y experta del laboratorio IBSA Derma, especialista en ácido hialurónico aplicado en labios y sonrisa, entre otros.

“Con esta sustancia podemos mejorar la sonrisa colocándola en dos zonas: en el labio superior, ganando un ligero volumen para que no suba mucho y cubra un poco las encías cuando se sonría; o en la zona nasogeniana, dejando pequeños depósitos en la zona del labio blanco (la que está justo encima de la mucosa labial), lo que hace que al hacer el gesto el labio superior encuentre resistencia y no se eleve demasiado. En muchas ocasiones se coloca ácido hialurónico en estas dos zonas en la misma sesión para conseguir un mejor resultado”, aclara.

placeholder Nicole Kidman en 2003, con una sonrisa gingival más visible. (Getty/Vince Bucci)
Nicole Kidman en 2003, con una sonrisa gingival más visible. (Getty/Vince Bucci)

En cuanto al tipo de hialurónico que se utiliza, la experta revela que debe tener una alta cohesividad e integración, lo que quiere decir que está pensado para que no se desplace y al mismo tiempo se integre en los tejidos con el fin de que quede natural sin que se vea que llevamos rellenos faciales.

En cuanto a la duración, como en todos los tratamientos que requieren pinchazos, habrá una ligera inflamación que tarda unos 2 o 3 días en bajar, además de que podría salir algún morado. El resultado final se puede ver a la semana y normalmente hace falta repetir el tratamiento a partir de los 10 o 12 meses.

¿Y si no me queda bien?

Hay quien teme a que el resultado no quede natural, al ser los labios una zona de mucha movilidad. Y esto depende del material y del profesional que lo realice. “Cada paciente requiere una valoración previa y un diagnóstico de su rostro para poder realizar una técnica correcta, con un material adecuado y conseguir una mejora natural. Todos estos tratamientos deben ser individualizados para conseguir un resultado bonito y respetar la naturalidad de las expresiones de los pacientes”, advierte la Dra. Moctezuma.​

La sonrisa de Jennifer Garner o la de Nicole Kidman de hace un par de décadas poco tienen que ver con las actuales: antes ambas exhibían una encía generosa al sonreír que ya no se ve, probablemente gracias a la aplicación de ácido hialurónico.

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