El regreso de la diadema zigzag de los 2000 a los peinados de moda

Si las melenas largas y con capas son tendencias, una de las consecuencias más probables es que algunos mechones acaben sobre el rostro. Puede que esto explique el resurgir de peinados como la diadema de nailon.

Tan solo se trata de una de las tendencias recuperadas de décadas pasadas, igual que el bandeau bardot. En este regreso al pasado en busca de estilismo, el marcador del DeLorean señala el periodo comprendido entre los finales de los 90 y los primeros años del nuevo siglo.

Así que, cuando sobre la pasarela de Givenchy y Maryling, las melenas de sus modelos estaban accesorizadas por aquellas míticas diademas de plástico en forma de zigzag, sabíamos que no estábamos ante una casualidad, sino ante una firme tendencia beauty.

Su simple uso, su potente efecto fijador y su precio hicieron que en aquel difícil momento estético se convirtieran en un salvapeinados apto para todas las edades y bolsillos.

Su precio, de apenas un par de euros o incluso pesetas, hizo que su uso se extendiera a toda velocidad, allá cuando las redes sociales ni siquiera eran una idea en la mente de Mark Zuckerberg.

Solas o accesorizando un moño o una coleta, se trataba de un recurso perfecto para hacer deporte o para ir al colegio, pero casi siempre se mantenían en looks 'casual'. Cuando daban el salto a un estilismo más digno de celebs, elevaban su diseño, incorporando uno más anguloso e incorporando gemas. El strass y los años 2000, un combo indivisible.

Diadema de zigzag en la actualidad

Hace un par de temporadas, Givenchy ya decidió recuperar un mítico peinado de los dosmil, cuando todas sus modelos desfilaron con un pouf, aquel microtupé que daba volumen a las melenas sueltas y a las coletas a media altura.

Puede que, inspirado por aquel éxito estacional, la firma francesa haya rebuscado en el pasado de la historia beauty reciente, hasta llegar a la diadema en zigzag.

Por supuesto, la forma de llevarla es fundamental, pues, mientras antaño era un peinado casual y socorrido, ahora es un look elegante y effortless chic; es decir, tiene que parecer que es fruto de la casualidad y del pasotismo aunque se trate de un peinado muy pensado.

Por un lado, la apuesta de Givenchy es cepillar el cabello con un gesto muy natural, luciéndolo liso, pero con un movimiento sencillo y echando el cabello hacia atrás, pero sin apenas volumen. En su caso, la diadema en zigzag es rígida, por lo que el pelo no se recoge de una forma tirante, sino que la raíz está más ahuecada.

El uso de la diadema en Maryling era algo distinto. Por un lado, la firma italiana sí utilizaba la diadema en zigzag tradicional, es decir, de plástico y en tonos entre negro, marrón y carey. Por el otro, la diadema se convertía en un recurso con el que aportar mayor fijación al cabello y crear una sensación de volumen entre deshecho y retro.

La propuesta de Maryling era incorporar la diadema zigzag en un moño alto y deshecho, previa texturización del cabello. Es decir, un look mucho más Y2K (estética inspirada en los años 2000).

Tanto el uso de la diadema zigzag en Givenchy como Maryling devuelve a la pasarela estilismos asequibles y muy fáciles de recrear. Un accesorio capilar disponible en cualquier tienda ayuda a construir un peinado cómodo y que no apelmaza el cabello ni resulta tirante.

100% copiable.