La diadema negra que llevarás a partir de ya se llama 'bandeau Bardot' y te salva de un 'bad hair day'
Tan retro como para haber sido el accesorio capilar de tu madre y de tu abuela, pero tan versátil y 'salvalooks' como para seducir a la pasarela: la diadema anudada ha vuelto
Elsa Schiaparelli, que estás en el cielo, santificado sea tu uso del oro, venga a nosotros tu iconografía, háganse en nuestros cabellos lo mismo que en los de tus modelos. El padrenuestro 'beauty' es un homenaje al incansable poder de reinventarse de la firma italiana.
Temporada tras temporada, su equipo de belleza convierte el efecto mojado en una suerte de textura capaz de soportar el peso de sus tocados. La táctica es sencilla y efectiva, rescatar cada año un peinado del pasado hasta hacerlo propio. De cara a la temporada otoño-invierno 2023, el peinado recuperado ha sido la diadema negra.
Si recuerdas a Bella Hadid ciñéndose una diadema de nylon en el nacimiento de su melena, la idea es parecida, pero el tejido y el grosor de la cinta, igual que la forma de cerrarla o el peinado al que incorporarla, es la clave para pasar de un peinado de gimnasio a uno trendy.
Aquellas diademas elásticas de los 90 y 2000 viajan esta temporada un poco más al pasado, concretamente a las décadas de los 50 y 60. La inspiración ya no es una 'romcom' de estética deportiva, la inspiración son las voluminosas diademas de Brigitte Bardot. Schiparelli nos puso en la pista, pero la diadema gruesa y negra, anudada en la nuca, como si de una bandana se tratara, lleva varias temporadas haciendo ruido sobre la pasarela.
Casi siempre coronando un cabello recogido en moño, pocas reglas dictan esta tendencia. La idea es conseguir despejar al máximo el rostro, de tal modo que cualquier hebra que pueda liberarse quede fijada bajo la felpa. Aunque en ocasiones sobresale el nacimiento del cabello, lo más habitual es que la diadema forme una línea recta que diferencie marcadamente piel de cabello.
El rostro queda nítido, consiguiendo que cada facción se resalte, multiplicando los volúmenes y jugando con un claroscuro que potencia la luminosidad. Los rostros 'efecto cara lavada' son los aliados de estas gruesas bandanas negras, pero también lo son los maquillajes más potentes. Basta con echar la vista atrás, al clásico look de Brigitte Bardot, una de sus precursoras. Sus ojos perfilados en un potente lápiz de ojos negro resultaban aún más llamativos frente al rostro despejado y con la diadema a juego.
La versión 2023 de la bandeau Bardot parece construir un completo estilismo muy concreto. Como decíamos, el cabello siempre está recogido en un diminuto moño, no demasiado tirante, ya que la estética 'casual' es fundamental. Si las cejas se pueden fijar de forma ascendente, al estilo lion mane, perfecto, pero, sobre todo, si se puede acompañar el look con unos aros gruesos y dorados, no demasiado grandes, mejor que mejor.
Tanto el street style parisino como el de Copenhague lo dejaban claro. La combinación de estos elementos logra transformar el bandeau Bardot en un look de madre fashionista de los 90. Es rápido y cómodo, pero también sofisticado y arreglado, ya que no renuncia a un toque de maquillaje.
Los texturizantes parecen su aliado necesario en el caso de las melenas más cortas, aunque dejar que algún mechón se libere de forma natural le da cierto encanto. En los 60, Bardot utilizaba su bandana para resaltar el volumen de sus cardados, pero ahora se juega a justo lo contrario. Aunque cierto volumen se levanta tras la presión del nylon, la felpa o sea cual sea el material elegido, ya no se trata de un voluminoso carded hair; es el propio cuerpo del cabello.
Sia Arnika, Baum und Pferdgarten, Conner Ives, Schiaparelli y Prada son algunas de las firmas que han accesorizado los moños a diferentes alturas con las diademas negras. Mientras lo más cómodo es optar por clásicas diademas negras de nylon o algodón, en desfiles como el de Prada veíamos que, además de tratarse de un tejido más transparente -muy parecido al nylon muy estirado-, su ancha diadema era más una bandana tersa que se anudaba en la nuca. Un toque muy retro que nos hace viajar hasta los peinados veraniegos de Jackie Kennedy o la reina Sofía, en los años 60.
Schiaparelli, por su parte, primero introducía las diademas anudadas en la nuca en la alta costura para después transformarlas en gruesas diademas de felpa, con logo en dorado, en su propuesta para prêt-à-porter.
El gesto final que remata este socorrido peinado, apto para todas las edades y cabellos, es el de esconder las orejas. En parte aprisionadas, pero sin estar sometidas a una presión dolorosa, el invernal gesto de cubrir parte de las orejas bajo la cinta del pelo permite crear un rostro de forma homogénea, a la vez que logra que los pendientes resulten mucho más llamativos. De ahí que los aros de oro sean mandatory.
Elsa Schiaparelli, que estás en el cielo, santificado sea tu uso del oro, venga a nosotros tu iconografía, háganse en nuestros cabellos lo mismo que en los de tus modelos. El padrenuestro 'beauty' es un homenaje al incansable poder de reinventarse de la firma italiana.