La diadema negra y ultraceñida ha vuelto desde los 90 y Bella Hadid tiene la culpa

“Ha vuelto”. La firme intención de la generación que no vivió las catástrofes fashion de los 90 de recuperar los grandes hits de la década ha tocado el cielo, o más bien la cabeza, con el regreso de la clásica diadema de lycra con la que se conseguía despejar el rostro de cualquier flequillo o desfilado y, de paso, se generaba un duradero efecto lifting.

Todo comenzó en 2019, cuando la troupe de modelos gen Z, capitaneada por las hermanas Hadid, Hailey Bieber, Kendall Jenner o Kaia Gerber, comenzó a dejarse ver entre desfile y desfile con looks tremendamente 'comfy' y cuyas cabezas coronaban con la celebrada diadema negra. Los peinados inspirados en los años 90 estaban aquí.

Como si de un espíritu de los años 90 se hubieran visto poseídas, en plena fiebre por el athleisure noventero que Diana de Gales ascendió hasta el top del fashionismo, la diadema ceñida en la sien pasó de ser un look de ‘tarde de mascarilla’ a convertirse en un estilismo a la moda. La pulcritud que se logra al retirar todo el cabello del rostro encaja a la perfección con los cánones de belleza actuales que priman una cara de tez natural y aspecto jugoso, en la que el efecto no-makeup sea la base.

Veíamos así como las mallas de ciclista, las sneakers blancas con calcetín a media caña y las sudaderas XXL encontraban en la diadema negra un perfecto equilibrio entre 'casual' y favorecedor.

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Si bien en los 90 este tipo de diademas dominaron las tendencias capilares, tanto estirando el cabello hacia atrás como siendo el truco para ocultar el inicio de las extensiones o colocadas sobre el flequillo para darle una mayor curvatura en un más que cuestionable movimiento, en realidad su uso se remonta aún más al pasado.

Basta con recordar a Brigitte Bardot o a sus coetáneas. El volumen de los flequillos, las capas o los cardados de los años 60 utilizaban las diademas para fortalecer toda la estructura capilar y además diferenciar los volúmenes.

Diadema fija, ceñida a unos centímetros de la frente y, a continuación, la coronilla se alzaba con el pelo cardado. Eso sí, las cintas de la época yeyé se caracterizaban por tener una textura más gruesa y rugosa, por lo que no había rastro de efecto lifting. Su color y ancho tampoco coinciden del todo con las diademas que vemos en la actualidad.

Las diademas de top model del siglo XXI beben mucho más del estilismo noventero. Sin embargo, el movimiento no tuvo mucho recorrido y tras un 2019 de diademas gruesas de lycra, el 2020 las borró del mapa… Todas excepto una, la de Bella Hadid. La modelo ha hecho de lo que fuera una tendencia su look de diario y su aliado de andar por casa.

En los meses de confinamiento, las diademas eran parte de su outfit diario, pero la puesta en escena ha continuado. La modelo ha conseguido ocultar su cambio de look, un flequillo recto que se cortaba prácticamente tras hacer la maleta en Cannes, gracias a este accesorio capilar y ahora, que ha considerado que el mundo debía descubrir su nuevo estilismo, lo ha hecho: ha colocado la diadema negra, elástica, ceñida y de lycra al inicio de su flequillo.

¿El resultado? Como todo lo que toca Bella Hadid o todo lo que se hace en el pelo -recordemos la coleta medusa-, ha conseguido volver a colocar en el radar de las tendencias a la mítica diadema.

En esta ocasión, la modelo no solo ha dejado el flequillo a la vista, sino que lo ha texturizado con gel fijador, colocándolo a un lado y, de paso, probando otra de las tendencias que las pasarelas de este 2022 amparaban, el efecto wet o greasy hair.

Otras formas de llevarla

Reconvertida en un accesorio 'it' capaz de sublimar cualquier look por sencillo o soso que sea, la forma de llevar la diadema de algodón o lycra ofrece un sinfín de posibilidades, más allá del dominio de Bella Hadid. Las medias melenas, que se han convertido en el nuevo corte de pelo de moda, se ven especialmente beneficiadas de la cinta sobre todo cuando se trata de peinados de inspiración retro en los que las puntas se peinan tanto al estilo del bob italiano (hacia dentro) como hacia afuera en busca de un volumen extra.

Comenzamos así a ver estilismos en los que la diadema no solo cambia de material, también el color varía, del gris al blanco. Las tonalidades rara vez se alejan de los tonos neutros, recalcando así que la diadema es un accesorio útil, el centro del peinado.

El fenómeno 'quiero esa diadema'

Algo tan sencillo como una diadema negra se ha convertido en uno de los accesorios más demandados y populares en los últimos meses, tanto es así que esta diadema ancha de punto en negro de Asos Design, 6,50€ en Asos, colgaba la etiqueta de 'arrasando', ya que en un abrir y cerrar de ojos sus ventas comenzaban a dispararse.

Comprar

Es, cuando menos, curioso que haciendo una rápida búsqueda entre las principales tiendas a las que recurriríamos para encontrar este tipo de accesorios capilares, no haya ni rastro de diademas negras tradicionales. La duda está en si el efecto llamada de Bella Hadid ha hecho que se agoten en todas partes o si su ingenio para volver a ponerlas de moda ha pillado por sorpresa a la industria textil de todo el mundo. Mientras tanto, nos conformaremos con la diadema toalla para la rutina de cuidado de la piel... Si a Hailey Bieber le sirve, ¿por qué no a nosotros?