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Sí, ha llegado el día: volveremos a llevar la melena tupé de los 2000, lo dice la pasarela
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Visto para sentencia

Sí, ha llegado el día: volveremos a llevar la melena tupé de los 2000, lo dice la pasarela

Si fuiste adolescente o joven alocada entre el 2006 y el 2010, seguro que probaste el tupé con el que se escondía el flequillo. Pues bien, ha vuelto a la pasarela, así que en 3, 2, 1… lo veremos en el street style

Foto: La melena dosmilera se convertía en el look estrella de la apuesta de Givenchy para el 2023. (Imaxtree)
La melena dosmilera se convertía en el look estrella de la apuesta de Givenchy para el 2023. (Imaxtree)

¿De cuántas tendencias más tendremos que lamentarnos de aquí al final de la década? Desde que se iniciaron los fatídicos años 20 del siglo XXI, hemos asistido al regreso de los labios perfilados en marrón chocolate, los flequillos chungos, los vaqueros a la cadera, las sombras de ojos nacaradas, las pinzas de pelo -ahora encumbradas al olimpo de la sofisticación- e incluso a la clásica diadema negra de nylon que te ponías para ir a clase de educación física -Bella Hadid dixit-. Todo vuelve.

Ahora la nostalgia ha llevado a los estilistas de grandes firmas de moda como Givenchy o Leonard Paris a recuperar las melenas con tupé, aquel truco con el que escondías un mal corte de pelo y, de paso, te creías que habías cardado tu melena a lo Amy Winehouse, pero con menos altura.

placeholder Melena con tupé de inspiración 2000, en el último desfile de Givenchy, primavera-verano 2023. (Imaxtree)
Melena con tupé de inspiración 2000, en el último desfile de Givenchy, primavera-verano 2023. (Imaxtree)

El sencillo, y en realidad terriblemente útil, peinado consiste en crear una sección frontal en la melena que se cepillará y colocará hacia atrás con múltiples beneficios.

El primero y más evidente es el de despejar el rostro. Aquí toca volver a una explicación millennial y es que, en los 2000, los flequillos despuntados, entre baby bang y choppy, eran el accesorio perfecto de las melenas muy capeadas, sin olvidarnos tampoco de los flequillos Bardot que vimos hasta la saciedad en Patricia Conde o Hilary Duff. Aquellos exigentes cortes de pelo conllevaban la dictadura del peinado.

placeholder Reese Witherspoon, con melena y minitupé en 2006. (Getty/Frazer Harrison)
Reese Witherspoon, con melena y minitupé en 2006. (Getty/Frazer Harrison)

Hicieras lo que hicieras, siempre tenías que llevar el flequillo. El minitupé, conocido internacionalmente como ‘pouf’ por una razón histórica que comentaremos más adelante, era la solución a todos los problemas capilares. Bastaba con recoger el cabello hacia atrás y fijarlo con un par de horquillas a la altura de la coronilla -o incluso antes, según de la tribu urbana a la que pertenecieras en los años de educación secundaria-.

placeholder Gigi Hadid, con la melena tupé dosmilera o pouf en el backstage de Givenchy primavera-verano 2023. (Imaxtree)
Gigi Hadid, con la melena tupé dosmilera o pouf en el backstage de Givenchy primavera-verano 2023. (Imaxtree)

¿Significaba esto que la melena con tupé estuviera solo reservada a las personas con flequillo? No, porque casi no había limitaciones para el peinado. Se adaptaba a los cortes de pelo, a los peinados e incluso a la etiqueta del evento.

placeholder Ashley Tisdale, con melena tupé en 2006. (Getty/Frederick M. Brown)
Ashley Tisdale, con melena tupé en 2006. (Getty/Frederick M. Brown)

Las únicas limitaciones eran que debías tener el cabello lo suficientemente largo como para que la diferencia entre el volumen del tupé y del resto de la melena quedara marcado, y que las melenas rizadas tenían más complicado crear un peinado pulido. Cristina Pedroche o Úrsula Corberó, en sus primeros años televisivos, eran un gran ejemplo de melenazas con pouf.

placeholder El pouf con semirrecogido en clave alfombra roja de Scarlett Johansson en 2006. (Getty/Peter Kramer)
El pouf con semirrecogido en clave alfombra roja de Scarlett Johansson en 2006. (Getty/Peter Kramer)

El volumen era quizá el beneficio más valorado de este tupé. En pleno 2006, cuando Amy cantaba ‘Rehab’, los cardados de inspiración años 50-60 se convirtieron en el look a imitar, desde los moños beehive o colmena hasta las coletas con tupé y face framing y, por supuesto, la melena con tupé.

placeholder El pouf o melena con tupé de los 2000, al detalle en el backstage de Givenchy primavera-verano 2023. (Imaxtree)
El pouf o melena con tupé de los 2000, al detalle en el backstage de Givenchy primavera-verano 2023. (Imaxtree)

Pero mientras los otros peinados requerían de laca y cardado, el pouf dosmilero permitía conseguir el volumen solo con recoger el cabello hacia atrás. Si tenías el pelo grueso, bastaba con recogerlo y listo; si lo tenías más fino, podías cepillarlo con energía e incluso, antes de fijar la horquilla, empujarlo un poco al frente, para conseguir que se quedara abombado.

placeholder La nueva melena con tupé en el street style de la Semana de la Moda de París y en los desfiles de Monier, Mohapatra, Intuitiva y Givenchy. (Imaxtree)
La nueva melena con tupé en el street style de la Semana de la Moda de París y en los desfiles de Monier, Mohapatra, Intuitiva y Givenchy. (Imaxtree)

El contraste de la melena larga y lacia cayendo a los lados y el tupé con volumen otorgaba un look rockero, divertido y hasta futurista. Sin embargo, aquel peinado poco a poco fue cayendo en desuso en pro de estilismos que consiguieran un acabado más natural. Las ondas surferas y con volumen, inspiradas en los desfiles de Victoria’s Secret, terminaron por ganar la batalla.

El pouf y la reina más famosa

Lo más interesante del regreso de la melena tupé es que, en realidad, por más que se trate de una nueva interpretación de un peinado de los 2000 o de 1960 es que, como bien apuntaba 'Vogue Francia', se trata de un peinado histórico. El tocado en cuestión fue creado para María Antonieta -muchos años antes de que su cabeza rodara por el suelo- y consistía en una auténtica estructura de alambre y cubierta de cabello con la que la estatura de la reina sobresalía sobre la de cualquier súbdito.

placeholder Fotograma de 'María Antonieta'.
Fotograma de 'María Antonieta'.

En vez de cardar el cabello como se haría mediados del siglo XX, en el siglo XVIII se recurría a complementos para rellenarlo, entre ellos pequeños cojines; de ahí su nombre, pouf. Esta curiosa práctica también tiene su réplica en la actualidad con los donuts para hacer moños o los demás rellenos capilares.

La melena con tupé en 2023

Sin embargo, el pouf que ahora nos atañe, ese en el que coincidían los desfiles primavera-verano 2023 de Badgley Mischka, Intuitiva, Givenchy, Leonard Paris, Mohapatra o Monier Atelier en las semanas de la moda, bebe directamente de la versión más sencilla del tupé de la melena de los 2000, sin volumen artificial, ni aderezos, un peinado sencillo y cómodo.

placeholder La versión de la melena tupé o pouf de Badgley Mischka. (Imaxtree)
La versión de la melena tupé o pouf de Badgley Mischka. (Imaxtree)

Especialmente era en París donde más se repetía el estilismo. Mientras en otros desfiles veíamos melenas más texturizadas o el cabello se recogía hacia atrás con más sutileza, o dando más importancia a pulir los laterales de la melena, eran los de Givenchy y Leonard Paris los que dictaban sentencia sobre el regreso del genuino tupé con volumen de los 2000. En el desfile de este último, la ocurrencia del equipo de peluquería era colgar un postizo del recogido que creaba el tupé.

placeholder Para crear el efecto de la melena con tupé de los 2000, Leonard Paris creaba un entramado de trenzas con el que reforzar la fijación del peinado. (Imaxtree)
Para crear el efecto de la melena con tupé de los 2000, Leonard Paris creaba un entramado de trenzas con el que reforzar la fijación del peinado. (Imaxtree)

En ambos casos, observamos melenas lacias, en las que el tupé no se curva ni busca esponjosidad, sino que se aplana, como buscando rectitud y un acabado más pulido. El volumen lo da el propio cabello al colocarse sobre la melena, y la fijación, eso sí, se realiza en la nuca, quedando escondido cualquier rastro de horquilla.

placeholder El pouf de Givenchy. (Imaxtree)
El pouf de Givenchy. (Imaxtree)

Las nostálgicas tendencias de belleza de la generación Z han traído de vuelta el mítico peinado que llevamos en el corto periodo de tiempo de 2006 a 2010… ¿Durará más este nuevo pouf o rodarán cabezas antes de que recupere la popularidad?

¿De cuántas tendencias más tendremos que lamentarnos de aquí al final de la década? Desde que se iniciaron los fatídicos años 20 del siglo XXI, hemos asistido al regreso de los labios perfilados en marrón chocolate, los flequillos chungos, los vaqueros a la cadera, las sombras de ojos nacaradas, las pinzas de pelo -ahora encumbradas al olimpo de la sofisticación- e incluso a la clásica diadema negra de nylon que te ponías para ir a clase de educación física -Bella Hadid dixit-. Todo vuelve.

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