Fragancias para el coche, la gran next thing para los amantes de la perfumería

Perfumamos nuestra piel, nuestro cabello, la almohada sobre la que dormimos, las cortinas o las estancias de nuestro hogar.

Entre la personalización casi enfermiza y la firme intención de construir un entorno acogedor, las fragancias textiles o los mikados para perfumar el ambiente se han convertido en básicos de nuestra vida.

Eso de tener una vela de Jo Malone o Dior en una estancia para que al encenderla se repliquen algunas de las notas de nuestro perfume se ha convertido en un lujo accesible.

El siguiente paso, por tanto, era lograr adaptar esas notas a otro espacio en el que pasamos un tiempo considerable, el coche.

La sofisticación del sector perfumístico ha dejado atrás los ambientadores de pino sobre el retrovisor o esas botellitas con esencia que pueden lograr el efecto justamente contrario. En vez de hacer agradable la cabina del coche, atusan el cerebro y logran que terminemos mirándonos y deseando bajarnos del vehículo al instante.

La perfumería de lujo es la que ha puesto el ojo en este selecto departamento aromático. La respuesta son los difusores de fragancias capaces de combinar diseño y notas selectas.

La perfumería de lujo es la que ha puesto el ojo en este selecto departamento aromático. La respuesta son los difusores de fragancias capaces de combinar diseño y notas selectas. “Para el entorno del coche, lo mejor es optar por fragancias que creen una atmósfera equilibrada y refrescante, aumentando el confort sin ser excesivamente intrusivas”, apunta Valentina Colombo, Chief Marketing Officer de Acqua di Parma.

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Margarita Velasco

La finalidad de este tipo de perfumes es que mantenga un ambiente ligero y estimulante que no entorpezca la conducción. Aquí entra en el juego otro factor determinante. Vale, hay que optar por notas y familias olfativas estimulantes pero, y ¿si la idea es replicar nuestro perfume en la cabina del coche?

“Elegir una fragancia para el coche que encaje con el aroma personal es una elección opcional, pero meditada. Al hacerlo, la experiencia se vuelve más cohesiva y agradable, creando una atmósfera familiar que refleja el estilo personal de cada uno”, apunta.

Se puede optar por crear espacios diferenciados en el terreno olfativo, asociando aromas específicos a lugares determinados, o por la continuidad, de tal modo que las mismas notas que llevamos en nuestra fragancia preferida nos acompañen en otros espacios, “una fragancia que contraste también puede ser refrescante, permitiendo que el coche se sienta como un espacio distinto con su propio ambiente”.

El rápido crecimiento de las fragancias por el coche ha diversificado el mercado, creando no solo perfumes diseñados para aromatizar la estancia y no impregnar en los tejidos, sino también ampliando las opciones de formatos. Diseño, mecanismo, adaptabilidad y tipo de difusión son factores a tener en cuenta.

Por ejemplo, el difusor para coche de Acqua di Parma es un clip de ventilación que se acopla a la rejilla de ventilación. “Este tipo es especialmente eficaz, ya que utiliza el flujo de aire para difundir la fragancia, por lo que es fácil de controlar mediante el ajuste de la ventilación del coche”, señala la Chief Marketing Office de la marca.

Los difusores de fragancias para coche liberan el perfume a través del sistema de circulación de aire del vehículo, esparciendo la fragancia por todo el interior. El aire pasa a través del recambio perfumado dentro del difusor y dispersa el aroma.

Este tipo de formatos permiten el recambio de fragancias, por lo que colocar un difusor sobre la rejilla de ventilación no significa que ese vaya a ser nuestro perfume del coche para siempre, se puede cambiar según estación, tipo de viaje, etc.

La firma de perfumería Serge Lutens también cuenta con su línea de difusores olfativos para el coche, en su caso a través de cartuchos que se colocan sobre la rejilla de ventilación.

Otras opciones son los difusores tipo mikado, ambientadores sólidos o en aceite que se abren y perfuman la cabina de forma constante, no solo cuando se abre el aire acondicionado. Cada vez toman más protagonismo las brumas perfumadas que se utilizan como fragancias textiles que, pulverizadas sobre los asientos, permiten modular el perfume del coche según las necesidades.

Teniendo en cuenta la relación del olfato con el sistema límbico y la creación de los recuerdos, asociar un aroma negativo a un coche, puede también estar relacionado con malos recuerdos como los mareos. A veces, notas muy intensas propias de los coches como el clásico ambientador de pino sobre el espejo retrovisor o el olor del plástico de la guantera sacuden a nuestros sentidos.

Si has tenido una mala experiencia olfativa dentro de un coche, probablemente habrás tenido esa sensación de que el olor del ambientador de turno se pega a la piel, al pelo y a la ropa. La variedad de difusores de coche actuales, terreno en el que las firmas de perfumería de lujo han metido la cabeza, ha contribuido a que haya fórmulas que no afectan significativamente a la ropa ni al pelo.

“El aroma del difusor circula suavemente por el aire, y las fragancias están diseñadas para realzar el interior del coche sin ser demasiado fuertes ni adherirse a los tejidos. A diferencia de los perfumes o sprays que se aplican directamente sobre el cuerpo o la ropa, la fragancia de un difusor se dispersa de forma más uniforme y su intensidad es menor”, explican desde Acqua di Parma. La idea es que se disfrute de un ambiente perfumado sin que el aroma salga de la estancia con nosotros.

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