Crónica desde París: esa extraña convivencia entre la serenidad y el circo en la alta costura
La edición primavera-verano 2023 parisina lucha por ser una divina comedia y no un circo de los sustos
Desde el 23 al 26 de enero se ha celebrado en París la edición primavera-verano 2023 de la Semana de la Alta Costura. La definición de Haider Ackermman es muy acertada: la alta costura es lo que queda cuando todo lo demás se ha olvidado. Bajo esta premisa podríamos decir que solo algunas marcas son capaces de distraer su ansiosa mirada comercial y mediática para llegar al corazón de la alta costura.
Precisamente Ackermann, como diseñador invitado en la firma de Jean Paul Gaultier, ha presentado una de las colecciones más sobresalientes que ha visto la capital en estas cuatro jornadas. El diseñador de origen colombiano puede sentirse orgulloso de haber creado las prendas más sofisticadas y puras desde que la casa de JPG entrega las riendas de los talleres a un diseñador diferente cada temporada (previamente lo hicieron Glenn Martens, Olivier Rousteing y Chitose Abe).
Al navegar por los archivos decidió sacudirse el ruido y la ligereza circense para quedarse con lo mejor del patronaje de la alta costura de JPG de finales de la década de los 90. Quizá Jean Paul Gaultier, cuyos pilares han sido la diversión, el frikismo y la transgresión, no se haya reconocido plenamente en la propuesta. No obstante, este miércoles, sentado al lado de Catherine Deneuve pareció gozar de la belleza, la gravedad y el silencio en el que se desarrolló el desfile.
Esta manera de presentar recuerda a la época dorada de la alta costura parisina, lo cual sí que puede interpretarse como un gesto transgresor en los tiempos que corren en la industria. También retoma los modos el programa escrito por la periodista Sophie Fontanel, en el que se describe cada pase de la colección. El guiño comprometido está en los nombres de las 36 propuestas, los cuales recuperan el título de la canción 'Baraye', de Shervin Haijpour, convertida en el himno de la lucha iraní contra el régimen islámico.
“Todos necesitamos tanta calma y consuelo hoy en día”, reza el comunicado de prensa. Puede que la masa excitada que bloqueaba el tráfico en la puerta de la sede y que se agolpó para ver a las celebridades invitadas buscara consuelo, calma, no ansiaba.
Una interpretación poco literal es la que anheló también Maria Grazia Chiuri para Dior. Solo unas pocas prendas podrían ser depositarias de la frescura y la audacia de la musa de la colección: Josephine Baker. Las grandes imágenes del decorado de Bureau Betak fueron claves para establecer la conexión de referencias con la cantante.
Mucho más elegante y emotiva fue la artística puesta en escena de Moda Povera por Olivier Saillard y Axel Doué. Saillard, el historiador de la moda más polifacético, desveló la quinta iteración de su proyecto. 'Les vêtements de Renée' ('La ropa de Renée') es un homenaje a la madre de Saillard, fallecida hace dos años. Las prendas de su armario se han repensado, retocado y reformulado con una visión tan inteligente que los pañuelos de algodón han acabado como guantes. Toda una fuente de inspiración para esos guardarropas que han perdido a sus dueños y para esos duelos necesitados de consuelo y constructividad.
Construir y deconstruir interiores y exteriores han sido las bases de Viktor & Rolf y Fendi
En el caso de los neerlandeses, además las coordenadas y líneas del vestido. La colección progresó desde los vestidos clásicos de princesa de cuento a unos con giros radicales en los que las faldas estaban boca abajo, los corsés saliendo de la cadera o el vestido en horizontal atravesando el cuerpo de la modelo. Un auténtico ejercicio de desafío gravitatorio, creativo y la belleza estereotipada (y, por qué no decirlo, repipi) de la alta costura.
Menos conceptual pero meritorio de admiración ha sido el juego de Kim Jones para Fendi. Del mundo interior que se convierte en la jornada de cierre de la cita. “La colección ropa interior que se convierte en traje de noche. Las técnicas de la alta costura, con la ligereza, fluidez y actitud de hoy”, explicó el creativo.
Esta combinación ropa interior-alta costura ya la exploró con éxito Daniel Roseberry en la anterior colección de Schiaparelli. Precisamente la firma que ha inaugurado esta edición y acaparado los debates y las bromas de las redes sociales.
Para la próxima primavera-verano, Roseberry vuelve al surrealismo de Elsa Schiaparelli. En la colección pueden distinguirse dos líneas claras: la moda meme y la alta creación. “Inferno, Purgatorio, Paradiso: uno no puede existir sin los otros. Es un recordatorio de que no existe el cielo sin el infierno; no existe la alegría sin el dolor; no existe el éxtasis de la creación sin la tortura de la duda”, explica la firma.
El infierno de 'La divina comedia' de Dante que ha recreado Roseberry podría ser (mal)interpretado como un circo de esos que la moda sobreexplota. En cualquier caso, mucho más espectacular y cómico que el reproducido en Chanel gracias al contemporáneo decorado de Xavier Veilhan. Virginie Viard ha presentado una colección que compromete a sus defensores y que ha despertado la nostalgia por la era de Lagerfeld.
Hablando de grandes glorias y comedias: Giorgio Armani Privé. El italiano jugó todas sus cartas al arlequín, personaje más popular de la comedia del arte, aparecida en Italia en el siglo XVI. Algo inusual y arriesgado a lo que solo la sofisticación de Monsieur Armani podía sobreponerse.
Frida Kahlo decía que el surrealismo es la sorpresa mágica de encontrar un león en un armario, allí donde esperábamos encontrar camisas. Cuatro días después del inicio de la Semana de la Alta Costura, todo el mundo ha visto la cabeza de león pegada a una mujer (Irina Shayk o Kylie Jenner); no todos han sabido desbrozar el camino entre camisas y leones para llegar al saber-hacer y la riqueza cultural. ¿La moda lo pone cada vez más complicado?.
Desde el 23 al 26 de enero se ha celebrado en París la edición primavera-verano 2023 de la Semana de la Alta Costura. La definición de Haider Ackermman es muy acertada: la alta costura es lo que queda cuando todo lo demás se ha olvidado. Bajo esta premisa podríamos decir que solo algunas marcas son capaces de distraer su ansiosa mirada comercial y mediática para llegar al corazón de la alta costura.