Isabel Marant recupera a las supermodelos de los 2000 con Irina Shayk a la cabeza
La diseñadora ha puesto en marcha en la Semana de la Moda de París un desfile que rinde tributo al pasado de la marca
Los desfiles de Isabel Marant tienen siempre ese inequívoco 'sello Marant' que va más allá de tendencias. La diseñadora se mantiene inquebrantable y fiel a sus máximas, y tras unos años de silencio, ha regresado al epicentro de la conversación fashionista gracias a sus bolsos.
Mientras que otras firmas llevan tiempo recurriendo a los años 90 y a los 2000 de la mano de la moda YK2, la marca francesa ha preferido apostar por las modelos de los 2000. Jessica Stam, Caroline Trentini, Sasha Pivovarova, Anna Selezneva, Natasha Poly, Kasia Strauss y Julia Stegner han sido algunas de las reinas de la pasarela, en la que no ha faltado Irina Shayk.
Otra forma de vincularse al pasado reciente ha sido no ofrecer la posibilidad de ver su desfile en directo, algo que ponen en bandeja la inmensa mayoría de las firmas y que Marant no ha querido hacer en esta edición de la Semana de la Moda de París.
Minivestidos de lana con aberturas laterales abotonadas combinadas con gabardinas camel de caída impecable y botines de estampado de pitón, más vestidos cortos con cremalleras y cuellos asimétricos sobre leggings vainilla y sandalias de grandes tiras envolventes a tono, vestidos de tirantes con drapeados centrales y estampado naíf sobre jerséis de cuello vuelto calado… En pocas palabras, los diseños siguen recurriendo al ADN de la marca, que se divierte con chaquetas desestructuradas que parecen bailar a su vez con las asimetrías de los vestidos y de los cuellos de los mismos.
Los pantalones, anchísimos, presentan dos tonalidades que, lejos de ser degradados, se separan con claras divisiones que dibujan al hacerlo figuras geométricas.
Parece reiterativo, pero más vestidos. De punto mostaza con relieves a tono o vestidos de largo midi y sisa infinita que conviven con boiler-suits vaqueros y los clásicos minivestidos etéreos de Isabel Marant. Como hemos visto en otras marcas, la temporada invernal que viene estará repleta de abrigos de efecto piel con interior y solapas de borrego y chaquetas biker de corte oversize y apariencia desgastada. Las chaquetas moteras, siguiendo la senda 'motomami' que ya vimos esta tarde en Chloé, se tiñen de burdeos en looks lucidos por Pivovarova y Poly.
Las maxibotas deambulan entre las clásicas mosqueteras, pero con un volumen que se acerca más a la rebeldía. En esa misma categoría de calzado, las inmensas botas camel que parecen abrazar las piernas de las modelos y que, conjugadas con vestidos cortes, vuelven a traer a la memoria esos desfiles de Marant de los 2000.
Del mismo modo que la pasada primavera miró hacia el pasado, ahora vuelve a hacerlo recurriendo no solo a la moda sino a las modelos para hacerlo. "Quería regresar a cierta fragilidad de la feminidad, pero sin perder de vista a la mujer Isabel Marant, que es una gran guerrera de la ciudad", dijo entonces la diseñadora.
Este invierno nos devuelve a esas guerreras, pero ahora se enfundan en cazadoras moteras, en botas superaltas y recurren a esos vestidos que hicieron de la marca la estrella del boho. Al finalizar el desfile, la fiesta llega a la pasarela con vestidos y jerséis brillantes sobre medias coloridas, diseños de cuello halter metalizados y modelos transparentes con motivos 'sparkling'.
En resumen, la diseñadora trae de vuelta los 2000, pero no cualquiera, sino los de Isabel Marant.
Los desfiles de Isabel Marant tienen siempre ese inequívoco 'sello Marant' que va más allá de tendencias. La diseñadora se mantiene inquebrantable y fiel a sus máximas, y tras unos años de silencio, ha regresado al epicentro de la conversación fashionista gracias a sus bolsos.
- Isabel Marant renueva su imagen y lanza un nuevo plan Marita Alonso
- Off-White e Isabel Marant: vanguardia, glamour y boho Marita Alonso
- Isabel Marant reinventa su bohemia con un toque futurista Cris Castany