Imperativos, controversias, despedidas y celebraciones de la moda de París

Decía Polly Maggoo en su diario íntimo el 4 de marzo de 1966: “He leído en el periódico que los imperativos de la moda son más categóricos que los de la filosofía”, a lo que ella misma replicaba con una mueca. Las respuestas de hoy están en la propia película 'Qui êtes-vous, Polly Maggoo?'. El riguroso y contrastado blanco y negro filmado por William Klein es una de ellas. Para la temporada otoño-invierno 2023/2024, París dicta una vuelta al clásico combo.

En plena década de los sesenta, cuando fue rodada la cinta, Courrèges era una de las firmas que cambiaba el paradigma de la moda de los años cincuenta. En 2023 la firma recupera los volúmenes y cortes de los 90, y conecta con la actualidad a través de unas modelos que desfilan móvil en mano y mirada en la pantalla. Puede que, además de un recurso para mostrar la funcionalidad de capa que tienen sus chaquetas, Nicola di Felice haya enviado un toque de atención a ese comportamiento tan incívico.

Si no hay reproches implícitos en lo del móvil, no se ha librado de las explícitas reprobaciones al casting de modelos. “Siempre hacemos lo mismo. Vestimos a mujeres palos de escoba, a mujeres extremadamente delgadas, a las que les hemos robado todas sus ventajas”, reflexionan en una secuencia del crítico largometraje.

En esta edición no solo hemos visto modelos famélicas en Courrèges. La procesión de piernas de Valentino ha sido enjuiciada de la misma manera. La periodista Sophie Fontanel publicaba en su Instagram un elogio a la ágil juventud de las modelos; la audiencia más realista y menos benevolente no ha dejado pasar el impacto negativo en la salud mental y la percepción corporal que tiene en las jóvenes seguidoras de la moda.

Afortunadamente ha habido excepciones: Ester Mañas y Harris Reed no han dado un paso atrás en inclusividad, desafortunadamente sobran dedos de la mano. Si la pasarela sigue la máxima de la asesora de imagen Anitta Ruiz sobre las alfombras rojas, se avecinan malos tiempos. Según explica el restringido y repetitivo cromatismo blanco y negro en los trajes de fiesta de los photocalls parece preceder (¿predecir?) crisis económicas. AZ Factory, Gauchere, Balmain, Valentino, Dawei, Alexander McQueen, Chanel, Comme des Garçons, Issey Miyake, Nina Ricci… El Google de la moda, Tagwalk, lo identifica como una de las tendencias de esta edición.

Frente a la socorrida elección de la mayoría de firmas, el equipo de Anrealage ha dado la nota de color más innovadora de la semana con sus materiales fotocrómicos. Las siluetas inspiradas en los años 50 cambian de color al exponerse a la luz solar natural (rayos UV) para volver a su color original cuando dejan de estar expuestas a los rayos UV.

La misma década, pero con una visión más sombría, es la que ha inspirado a Maria Grazia Chiuri en Dior. Juliette Greco (clienta de Dior), Edith Piaf y la hermana de Dior, Catherine, han sido las tres figuras que han permitido a la italiana mostrar una colección de posguerra y seguir su relato feminista.

TE PUEDE INTERESAR

Dior homenajea a las grandes mujeres de la historia francesa con el vestido midi como protagonista

Marita Alonso

Mujeres que diseñan para mujeres, inspiradas en mujeres. De igual manera, Gabriela Hearst presenta su colección para Chloé basada en el cuadro 'Conversión de la Magdalena', de la pintora barroca Artemisia Gentileschi. Las propuestas visten a una mujer contemporánea con exquisitas prendas funcionales, sin estridencias. En la misma línea han ido las impecables creaciones de las gemelas Olsen para The Row. Las cuales sorprendieron tanto por el delicado y preciso patronaje de sus prendas como por hacer desfilar a sus modelos con una actitud sonriente que es casi imposible verles a ellas.

“No hay nada más controvertido que la dichosa moda”, es otra de las perlas del guion de la comedia francesa. En esta ocasión, el fuego lo tenía que apagar Balenciaga. Después de la polémica campaña bondage que ha asociado la firma a la pedofilia, Demna Gvasalia ha adoptado perfil bajo.

Nada de decorados apocalípticos ni de faranduleo. Fuera el entretenimiento. Ningún paso en falso. Los pases han recuperado los grandes volúmenes, las hombreras puntiagudas, las distorsionadas prendas basculadas en el cuerpo, las botas moteras… que han hecho célebre e influyente a Gvasalia en Balenciaga.

Su colección ha querido recuperar las bases del oficio: hacer ropa, la relación entre el cuerpo y el tejido. Prueba de esto fue la invitación al desfile, que era el patrón de una chaqueta. A su vez una invitación extendida a cualquiera que quiera confeccionar, ya que se puede descargar de la web. Este gesto recuerda a Issey Miyake, que publicaba sus patrones en la revista 'Vogue' USA de los años 90.

TE PUEDE INTERESAR

El regreso tras el escándalo: Balenciaga vuelve a la esencia de la moda

M.L.

En el extremo opuesto: la elegancia y el maximalismo de Dries Van Noten también basa su colección en el amor que profesa a la ropa. Esa intimidad entre la prenda y el que la lleva. Estampados pintados a mano, encajes de fábricas centenarias, técnicas más antiguas que la moda aplicadas de forma contemporánea. Prendas con la firme intención de dar placer, de adquirir vida, ser reparadas y resignificadas.

Respetar un legado ya creado a la vez que un diseñador se integra en la historia de una firma es el reto de los creativos en las sillas de grandes marcas del siglo pasado. Anthony Vaccarello en Saint Laurent ha recurrido a la figura de la musa Catherine Deneuve y el entorno del hotel Intercontinental para anclarnos a Yves. No obstante, ha hecho suyo el armario sofisticado y sensual de la clienta de lujo en la crisis.

Las firmas Vivienne Westwood y Paco Rabanne han desfilado por primera vez después del fallecimiento de los creadores de la marca. "El amor es el motor de toda actividad”, en voz de Paco Rabanne marcaba los pasos de piezas originales de hace 60 años, lo cual no han impedido celebrar las propias prendas de Julian Dossena. En esta ocasión, la amistad entre Rabanne y Salvador Dalí le ha dado las claves para aplicar el surrealismo a la percepción de los tejidos jugando con las materias.

Las dos efemérides de la edición han sido el primer desfile prêt-à-porter de Schiaparelli y el de Harris Reed para Nina Ricci. El historiador de la moda Fran Esegé, en su perfil @cocochanelando, analiza cómo Daniel Roseberry ha desvelado una de sus mejores colecciones, sin por ello abandonar el espíritu de la creadora de la casa. Ha recuperado la iconografía en accesorios surrealistas, bordados que lucieron Marlene Dietrich y la misma Elsa. El debut del británico-estadounidense Harris Reed en Nina Ricci ha sido atrevido y un soplo de aire fresco que no todos han aplaudido. La propuesta coherente con los códigos se ha enriquecido con un mensaje de diversidad, inclusividad y diversión que ninguna otra marca ha defendido en esta edición.

Esta semana de la moda ha puesto fin coincidiendo con la apertura de la nueva exposición del Palais Galliera. '1997: Fashion Big Bang' invita a descubrir, o a revivir, y a alimentar el deseo de restaurar la energía creadora de esa época. Empresa más que necesaria frente a un sistema en plena mutación frente a los cuestionamientos del feminismo, la inclusividad, la ecología, la apropiación cultural y la globalización.