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Naira Regúlez, la instagramer que demuestra que se puede llevar la ropa de tu madre de hace 40 años y que parezca nueva
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MODA VINTAGE

Naira Regúlez, la instagramer que demuestra que se puede llevar la ropa de tu madre de hace 40 años y que parezca nueva

Sus looks compuestos por prendas de sus familiares se han convertido en inspiradores para abrazar la moda vintage

Foto: Naira Regúlez.
Naira Regúlez.

Resulta evidente el creciente impulso que la moda vintage ha vivido en los últimos años. Lo vemos en las alfombras rojas, donde cada vez son más las celebrities que deciden tirar de archivos de las principales firmas para sus apariciones y las hay incluso que, como Cate Blanchett, no dudan en reciclar diseños que ya han llevado ellas mismas; y se percibe también en la calle. El mercado de reventa de prendas de vestir, calzado y accesorios de segunda mano casi ha triplicado sus cifras desde 2020 y no muestra signo alguno de desaceleración. La ropa usada representa ya el 25% del armario del consumidor medio de segunda mano según el último informe publicado por la consultora BCG en colaboración con la plataforma Vestiaire Collective.

La sostenibilidad es uno de los motivos más fuertes que alegan quienes apuestan por darle una segunda vida a piezas antiguas, pero también la exclusividad. No es cuestión de vivir anclada en épocas remotas. Tampoco de ser fiel a la cita de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero sí de poner en valor elementos que nos permiten salirnos un poco del carril y no vestir del mismo modo que todo el mundo. Así lo siente Naira Regúlez, una emprendedora que, además de tratar de promover una moda más ética con su firma The Atypical Project, lo hace vistiendo prendas que en ningún caso forman parte de las colecciones que actualmente se encuentran en las principales tiendas: “Primero se trataba de una mera cuestión estética, sin más, el salirme de la norma, huir del uniforme, pero con los años maduras y te das cuenta de que vives en un bucle de consumo de fast fashion que no beneficia a nadie (en el que yo también estaba metida en un momento dado)”, reflexiona Regúlez, quien tiene muy clara su forma de consumo: “Si yo gasto menos dinero en ropa de mala calidad, no genero contaminación textil y, además, voy vestida de una manera propia y única. Para mis necesidades y personalidad a la hora de vestir, encontré el equilibrio perfecto”, puntualiza.

En su cuenta de Instagram, Naira muestra cómo es capaz de adaptar a su día a día prendas vintage que va seleccionando de distintos contextos: "Compro ropa vintage normalmente en plataformas online. Llegó un momento dado en mi vida en el que dejé de ir de compras, dejé de ir de tiendas físicas porque las opciones de moda no eran de mi estilo. Empecé a bucear en internet y en eBay compré mis primeros vestidos vintage online. Poco a poco fueron surgiendo otras plataformas”, desvela Regúlez, quien confiesa que mira muchísimo y a veces incluso se atreve a revender. “Cuando encuentro piezas maravillosas a buen precio, invierto y revendo, por el mero hecho de ver ese tesoro y divertirme un poco. Ayudo a esa prenda a buscar a alguien que le dé una nueva oportunidad”, explica. “He dado con gente que abre el garaje de su abuela y encuentra looks que para ellos son prácticamente un estorbo y me venden a un precio irrisorio para quitárselo de encima. No hay nada como encontrar tesoros perdidos en el mar”, confiesa.

Puede que esta emprendedora tenga las plataformas de compra-venta de ropa muy trabajadas, pero si hay un lugar en el que encuentra los mayores tesoros, ese es, sin duda, el armario de su madre y de sus tías. "Los vestidos de noche de mi madre son impagables (…) y los trajes de mis tías son fabulosos para ir a la oficina o a una reunión”, cuenta Naira Regúlez.

Mucha de esa ropa de su familia a la que se hace referencia la hemos visto en su red social, donde lo mismo se enfunda en una chaqueta que su madre compró en 1979 que se pone una blusa que perteneció a su abuela. “Llevo tantos años ya que en cuanto veo una prenda en mi cabeza ya sé cómo la voy a usar. No soy de las que prueba y duda, me muevo por instinto y por flechazos. Arriesgo mucho, algo que aprendí de mi madre”, comenta Naira, quien reconoce que lo que más le gusta de reciclar piezas de ellas es que le sirve para “avalar el estilo único, arriesgado y personal” del que siempre hicieron gala sus familiares.

En constante búsqueda

Dar con piezas que de verdad merezcan la pena requiere muchas horas de búsqueda y, sobre todo, ir con la mente abierta. Son las dos máximas que hay que tener muy presentes a la hora de iniciarse en este mercado de prendas vividas. “Cuando consumes moda vintage, no puedes bajar tan a tierra eso de 'quiero un vestido de lunares rojos y verdes que me llegue por la rodilla y de tirantes'. No. No va a suceder. Tienes que ser muy abierto de mente y bucear mucho hasta que te topes con la prenda que te llame”, apunta la experta.

La otra recomendación de Naira Regúlez a quienes quieran probar con moda vintage es conocerse a la perfección. "Conocer tu fisionomía y tener claro qué te sienta bien y qué te sienta mal”, dice Naira, quien sugiere empezar por los establecimientos físicos antes de adentrarse en el negocio online. “El prueba-error es una herramienta obligatoria si no estás acostumbrado, y no hay que tener miedo a fallar; pero por eso para los noveles siempre mejor ir de tiendas: Amores Eternos, 3CoolCatsVintage, Friperie o un paseo por Humana Vintage. Probar y probar. Y conseguir un equilibrio: yo tengo la suerte de disponer de todo el armario de mi madre, pero no es lo habitual”, argumenta. “Un vaquero que tengas de cualquier tienda combinado con alguna blusa vintage es una opción básica y fenomenal para empezar”, aclara.

Resulta evidente el creciente impulso que la moda vintage ha vivido en los últimos años. Lo vemos en las alfombras rojas, donde cada vez son más las celebrities que deciden tirar de archivos de las principales firmas para sus apariciones y las hay incluso que, como Cate Blanchett, no dudan en reciclar diseños que ya han llevado ellas mismas; y se percibe también en la calle. El mercado de reventa de prendas de vestir, calzado y accesorios de segunda mano casi ha triplicado sus cifras desde 2020 y no muestra signo alguno de desaceleración. La ropa usada representa ya el 25% del armario del consumidor medio de segunda mano según el último informe publicado por la consultora BCG en colaboración con la plataforma Vestiaire Collective.

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